En un año de crisis económica el mes de diciembre se perfila como un periodo de sacrificios para los venezolanos. Los comerciantes, trabajadores y pensionados esperan que el pago de las utilidades normalice el consumo y rinda el dinero
Mónica Duarte
El mes de diciembre es tradicionalmente sinónimo de navidad, cenas, juguetes y regalos. Pero los sacrificios económicos no parecen despegarse de las expectativas para el último mes de un año 2016 marcado por la crisis económica, las colas, la escasez y la inflación.
Luego del anuncio de aumento salarial a 27.092 bolívares a partir del mes de noviembre, el pago de utilidades en instituciones públicas, a 105 días de salario, junto con un mes de sueldo superará los 121.000 bolívares. Mientras que para los pensionados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales el beneficio alcanzará los 81.276 bolívares.
Estiman que 75% de las utilidades se irán en comprar alimentos y medicinas
Pero los economistas Ángel García Banchs y Sary Levy, coinciden en que este ingreso adicional alcanzará para poco más que los gastos propios del mes. Prevén que el consumo se concentrará en el sector alimentario y que la inflación podría tener un nuevo repunte con el excedente monetario en estas fechas.
“Normalmente el último mes se habla de cómo se va a dinamizar el comercio y como algunas empresas recuperan la dinámica productiva, pero este año la oferta disponible va a ser bastante reducida, así que ese ingrediente adicional monetario lo que uno advierte es que incrementará la presión inflacionaria. En términos nominales aunque aumente el comercio no será mayor lo transado en volúmenes reales”, explica la profesora universitaria Sary Levy, quien añade que esta situación podría arrastrarse en los meses de enero y febrero hasta caer en una “depresión” económica mayor que la actual.
Yelitza Barreto, encargada de una tienda de electrodomésticos en el centro de Caracas, da testimonio de esta caída comercial en su negocio. Asegura que en años anteriores la segunda quincena de noviembre comenzaban a subir las ventas pero que las compras este año se han mantenido especialmente bajas y no parecen dar señales de aumento. “Aquí puede pasar una semana sin vender nada y eso es terrible para el local. Lo que más vienen es a preguntar, sobre todo por cosas pequeñas, como un juego de sartenes o licuadoras que pueden estar en 50.000 bolívares las mejores opciones”, comenta.
En esa misma tienda, haría falta invertir completas más de dos utilidades de empleado público para pagar una nevera ejecutiva de 345.000 bolívares, y cuatro bonos de fin de año para una cocina a gas de cinco hornillas que cuesta 495.000.
Los regalos tampoco parecen ser una opción popular, pues los precios de los juguetes se han triplicado en relación al 2015. Las alternativas más económicas de las navidades pasadas, una patineta y una heladería de juguete que no superaban los 10.500 bolívares, este año pueden ascender a los 30.000 en uno solo de estos artículos.
Un juguete de regalo puede superar los 30.000 bolívares esta navidad
En las tiendas infantiles el ambiente está lleno de muchas manos que buscan y pocas que realmente llevan juguetes. Euris Azuaje es madre soltera de un niño de 6 años y aunque afirma haber recorrido cuatro tiendas en un mismo día, aun no consigue nada que pueda pagar. “Lo más económico es una pista de carros en 20.000 pero no sé si luego de comprar todas las cosas que necesito y vuelva esté al mismo precio. Por suerte, este año él ya se ha acostumbrado a la situación y entiende cuando le digo que no tenemos dinero para comprar muñecos o para un helado”.
Para Cecilia Romero, el escenario es similar, asegura que le tocará escoger entre comprar regalos para niños, hacer las hallacas o estrenar ropa nueva. Esta última posibilidad parece ser la más rentable pero no todos están dispuestos a gastar el dinero en ello, pues los precios pueden variar desde los 45.000 hasta los 215.000 para un conjunto casual de damas adquirido en una tienda de Sabana Grande, en Caracas.
Solo para comida
“Todas mis utilidades van a parar en la bendita comida, en la cena del 24 de diciembre voy a usar unos 60.000 bolívares, o eso es lo que tengo calculado y espero cumplirlo porque el resto del dinero ya lo tengo gastado”, así explica Ramón Colmenares el uso de su bono de fin de año. Colmenares es contador público y cobrará 135.000, con eso también espera comprar alimentos no perecederos para guardarlos los primeros meses del 2017. “Yo estoy viviendo para comer, no comiendo para vivir, y ese es mi plan para el futuro”.
Los economistas confirman esta realidad y consideran que el sector de alimentos y medicinas se mantendrán como las prioridades para los venezolanos y acamparán el 75% de los gastos, mientras que la demanda se mantendrá desplomada en los demás sectores.
“Las personas que han estado mal comiendo durante todo el año van a querer comer bien en épocas decembrinas. Esto va a generar más presión en el sector y más inflación, junto con el aumento del salario a un ritmo superior al de la productividad y de las ventas, todo esto incrementa el valor del inventario y, con el alza del tipo de cambio al mercado negro del dólar, también costo de reposición de mercancía subirá”, explica Ángel García Banchs, economista y director de Económetrica.
Carlos y Romina Fabregas una pareja de 43 y 48 años, respectivamente, afirma que sus utilidades ya las gastaron. Deben pagar deudas y comprar comida para su casa. En las fiestas navideñas esperan poder hacer “bollitos para compartir en familia”, a pesar de ya no poder regalarles nada. “Lo que queda es mantener la unión familiar, antes yo ahorraba un poco, me compraba ropa y zapatos en diciembre para estrenar y para usar después, pero ahora ya no me va a alcanzar”, comenta Romina.
«Yo antes podía ahorrar la mitad de mis utilidades, las aprovechaba para vivir más cómoda en el año, ahora no»
Como ella, Gladys Fernández, administradora, dice que con anterioridad solía comprar regalos para sus papás, su hermano y algunos amigos, pero que este año no piensa hacerlo. “Yo antes podía ahorrar la mitad de mis utilidades, las aprovechaba para vivir más cómoda en el año, ahora no. En 2017 no sé cómo haré porque con el último aumento de sueldo creo que mi jefe va a cerrar el negocio y yo me quedaré sin trabajo”.
Ante estas circunstancias, los economistas sugieren no aumentar el ritmo de los gastos diarios aunque sí creen recomendable “darse un gusto el día de navidad luego de un año tan duro”. “Este año los regalos van a ser comida”, comenta Sary Levy.
Sin embargo, las utilidades pueden gastarse completas cubriendo la cena de navidad y fin de año de una familia de cinco miembros, considerando que el plato tradicional de hallaca, pan de jamón y ensalada de gallina se encuentra, para el mes de noviembre, sobre los 11.000 bolívares por persona, mientras que en 2015, cada plato podía costar 3.000 bolívares.
Pagar las deudas o endeudarse
En épocas anteriores, los expertos financieros recomendaban invertir parte de las entradas de dinero adicionales en cuentas de ahorro, adquisición de activos o guardarlo como respaldo económico para afrontar eventualidades. Sin embargo, este año temen que la situación no permita invertir el excedente en productos costosos.
Reparaciones en el hogar, repuestos de vehículos y pequeños artículos electrónicos son los consumos más lujosos en los que las personas manifiestan invertir su dinero. Gloria Cárdenas, maestra y pensionada, dice que su aguinaldo lo gastará en el pago de una reja nueva para su casa, pues este año no pudo asegurar su carro y deseas resguardarlo de otra manera.
El plato tradicional navideño ya se ubica sobre los 11.000 bolívares por persona
Por su parte, las tarjetas de crédito y otros mecanismos de endeudamiento han sido el “salvavidas” para más de una familia en este año, por lo que muchos buscarán ponerse al día con sus pagos. “En los barrios donde hay prácticas crediticias con altos intereses, el préstamo de dinero es una deuda importante para saldar antes de que se acabe el año. Sin embargo, una muestra de que la gente continúa viviendo al día es que el débito sigue ocupando el primer lugar en las transacciones comerciales del país”, afirma García Banchs.
David Guzmán, plomero, es uno de los que ha optado por endeudar sus tarjetas de crédito para comprar comida, asegura que el dinero que antes mantenía ahorrado lo ha ido gastando en el año y ahora solo espera poder comenzar el 2017 sin ningún pendiente.
La economista Sary Levy explica que si bien es importante mantener los pagos al día su sugerencia es no endeudarse más. “Aunque la inflación se coma los intereses, las restricciones del sistema económico actual son tantas que si no se tienen los mecanismos para cumplir con las obligaciones de pago es mejor no pedir muchos créditos riesgosos. Antes se recomendaba invertir, hoy eso ya no es una opción”.