El espíritu del 23 de Enero de 1958, de nuevo se ha hecho presente en la historia contemporánea de Venezuela
Oscar Battaglini
En el transcurso de los días que corren hemos presenciado la ejecución de una feroz ofensiva política orquestada desde el alto Gobierno en contra de la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, adelantada por Maduro, Padrino López, Tareck el Aissami, Diosdado Cabello, Tarek William Saab —el “defensor del Pueblo”—, el contralor Manuel Galindo, y secundada por algunos “altos personeros” del psuvismo, entre los cuales destacan Diosdado Cabello, Pedro Carreño y el abogado de Maduro, Elvis Amoroso.
La razón de tal ofensiva. como se sabe, la posición institucional e institucionalista asumida por la fiscal de:
1.- Denunciar la flagrante ruptura del orden constitucional provocada por las sentencias del TSJ ordenada por la dupla gubernamental Maduro-Padrino López y ejecutada con inusual celeridad por el “jefe” del alto tribunal.
2.- Interponer ante el TSJ un recurso contencioso electoral de nulidad de la Constituyente propuesta por el Ejecutivo madurista; conjuntamente con un amparo cautelar contra las decisiones de la Sala Electoral del TSJ, a los fines de dejar sin efecto y sin sustento jurídico la convocatoria, las bases comiciales y las postulaciones de esa Constituyente, efectuadas en una abierta y flagrante violación de lo dispuesto en los artículos 5 y 347 de la Constitución de la República que le confiere al pueblo venezolano, no sólo la soberanía como un valor intransferible (que ellos pretenden ignorar), sino la prerrogativa absoluta del poder originario.
3.- La apertura de un antejuicio de mérito contra los ocho magistrados de la Sala Constitucional designados irregularmente de manera express por la moribunda Asamblea Nacional, bajo el poder omnímodo, arbitrario y despótico de Diosdado Cabello, el 23 de diciembre de 2015.
4- La anulación de las decisiones político administrativas del CNE “destinadas a darle “visos de legalidad” a la constituyente fraudulenta.
El carácter de la respuesta del conjunto oficialista madurista: En primer lugar la decisión del TSJ de declarar inadmisibles los recursos introducidos ante él por la FGR, sin entrar a considerar el fondo de los mismos; lo cual se ha puesto en evidencia, por un lado, porque ese tribunal no tiene una respuesta o una aclaratoria convincente que dar frente a los alegatos de la fiscal, y por el otro, el hecho de que su reiterada actitud, violatoria del orden constitucional, se corresponde no sólo con su origen espúreo, sino con toda una trama dirigida a perpetuar en el poder a la camarilla civil-militar encabezada por el binomio Maduro-Padrino López.
En segundo lugar, el desarrollo de una práctica en su contra cargada de descalificaciones y amenazas a su integridad personal y la de su familia, en la que no ha faltado la intensión perversa de acusarla de ser un factor de apoyo garante de la impunidad frente al terrorismo, término que han decidido endilgarle a toda acción social o política que se manifieste o se lleve a cabo desde la oposición. Por último, se han dado a la tarea no sólo de intentar hacer ver que está loca (Pedro Carreño dixit) sino de amedrentarla colocando unas inmensas cornetas ante la FGR para, a todo volumen, insultarla tildándola de “traidora” entre otros insultos y vejámenes, lo cual desdice mucho de la condición de hombría de estos caballeros.
En tercer lugar tratar de desmentir el hecho de que la fiscal Luisa Ortega Díaz, ni la Secretaría Ejecutiva del Consejo Moral de la fecha en la que se designó a la Sala Constitucional express del TSJ, María José Marcano, hoy en el exilio, firmaron el acta donde se le daba el “visto bueno” al listado de postulados para integrar dicha sala. Confirma esta funcionaria con más de doce (12) años en el cargo, lo dicho por la fiscal, que ni ésta ni ella firmaron esa acta de fecha 21/12/15, por las múltiples irregularidades que presentaba, lo que hacía que fueran violatorias, no sólo de la Constitución de la República, sino de la propia Ley del Poder Ciudadano. Sobre todo, da cuenta de que la inmensa mayoría de los nominados, ni eran, ni son idóneos para ocupar el cargo de magistrados del TSJ. Que de ese listado, dieciocho (18) no calificaban, entre otros estaban allí Elvis Amoroso, y que sin embargo fueron designados irregularmente y hoy se encuentran estratégicamente repartidos por las distintas salas del TSJ. Refiere además que ante su oposición a convalidar un acto ilícito como el que se pretendía realizar, en clara y flagrante violación de la Ley del Poder Ciudadano, el actual “Defensor del Pueblo”, quien para la fecha también se desempeñaba como presidente de dicho poder, le gritó que “no había ley que valiera porque se trataba de un acto político y que se atuviera a las consecuencias que su actitud pudiera acarrearle”.
Finalmente dejó en claro que el acta presentada hace unos días por Tarek William Saab, actual presidente del Poder Moral, y que según él hecho de que ni la fiscal ni ella hayan firmado el acta del 21/12/15, es falso; que esa acta corresponde a otra fecha (26/1/16) y a un acto completamente distinto, y que todo obedece a una burda maniobra dirigida a confundir y engañar a la opinión pública nacional e internacional.
La camarilla civil-militar en el poder amenaza a través de algunos de sus principales voceros –como hemos visto-, con hacer “caída y mesa limpia” una vez electa y puesta en vigencia la constitución fraudulenta, que viene “cocinando” con el asesoramiento cómplice y descarado de la burocracia estalinista cubana. Anuncian estos “caballeros” que llegado el momento no sólo se eliminará la actual Asamblea Nacional y se destituirá de su cargo a la fiscal LOD, que se pondrá a la un control aún más estricto Fiscalía General de la República “patas arriba” y se impondrá un control aún más estricto, servil y totalitario de las instituciones y de la vida política, y general del país.
He ahí sintetizados algunos de los propósitos fundamentales de la Constituyente propuesta por la camarilla delictiva que usurpa el poder en nuestro país y que aspira mediante este último recurso desesperado, atornillarse en el poder para seguir manejando el país a su antojo. Imagina esa camarilla, movida por la prepotencia autoritaria y militarista que la anima, que podrá finalmente imponer su constituyente fraudulenta y dar cumplimiento a los mencionados propósitos, sin que se produzca una resistencia aún mayor y más resuelta de la inmensa mayoría del pueblo venezolano en contra de la intencionalidad usurpadora de sus derechos democráticos. Se necesitaría estar ciego y haber perdido la capacidad de entendimiento para no darse cuenta: de que los venezolanos ni aceptamos ni aceptaremos la consumación de esos planes nefastos, y que la Constituyente fraudulenta se ha convertido en el último acto de la tragedia que hemos padecido los venezolanos y que ya tiene 18 años en escena. Se percibe muy claramente que el espíritu del 23 de Enero de 1958, de nuevo se ha hecho presente en la historia contemporánea de Venezuela.