“Si no paramos en seco la hiperinflación, todo lo que se haga en materia monetaria carece de sentido”, afirma el diputado y exfuncionario del BCV
Enrique Meléndez
A juicio del economista José Guerra la petromoneda, anunciada por el presidente Nicolás Maduro, no tiene ningún sentido, tomando en cuenta que hay una hiperinflación causada por una política fiscal y monetaria “absolutamente irresponsable” que ha propiciado la destrucción del bolívar como unidad monetaria.
Considera inviable lo anunciado por Maduro en cuanto a que la petromoneda tendría como soporte la Faja. Según recuerda el diputado y profesor universitario, las reservas petroleras son inalienables.
¿Qué piensa usted de la petromoneda que Nicolás Maduro acaba de crear para evadir sanciones económicas de EEUU?
—La petromoneda ni tiene ningún sentido. En Venezuela el problema es que hay una hiperinflación causada por una política fiscal y monetaria absolutamente irresponsable que ha propiciado la destrucción del bolívar como unidad monetaria. Sin no paramos en seco la hiperinflación todo lo que se haga carece de sentido. Además, la petromoneda no se puede basar en las reservas petroleras porque éstas son inalienables, según la Ley Orgánica de Hidrocarburos vigente. Igualmente en un esquema de control de cambio es imposible tener una petromoneda que pueda ser usada en el comercio internacional. Por ello, esa petromoneda carece de algún sentido práctico. Moneda es confianza y ello es de lo que carece el gobierno en materia económica.
Pero el presidente Maduro ha dicho que tendrá como soporte la Faja Petrolífera del Orinoco. ¿Usted cree que eso le dará confianza a la petromoneda?
—Insisto, las reservas petroleras no pueden darse en garantía de nada. Si lo quieren hacer, deben modificar la Ley Orgánica de Hidrocarburos. La confianza en una moneda viene dada por la credibilidad en lo que haga el gobierno en materia económica y financiera, no por un activo real. El dólar y el euro son monedas que poseen el estatus de divisa, porque tienen detrás dos bancos centrales que cuidan esas monedas, no lo que ocurre en Venezuela donde el Banco Central de Venezuela (BCV) destruye su moneda mediante la inflación. Con un banco central como el que tiene Venezuela actualmente, jamás habrá confianza ni el bolívar, ni el petro ni en otra moneda, porque el BCV lo que hace es destruir las bases de la estabilidad monetaria al financiar el déficit fiscal.
“Recordemos que Ramírez era secretario de finanzas del PSUV, y PDVSA era su caja chica. Tiene razón cuando dice que era hijo de Chávez”
El ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, ha puesto como condición para la convocatoria a elecciones presidenciales el levantamiento de las sanciones internacionales impuestas a funcionarios del Gobierno. ¿Eso es una consecuencia de los efectos que se están sintiendo de las mismas?
—Las sanciones impuestas por Estados Unidos y La Unión Europea fueron a funcionarios corruptos, que por cierto estos días han explotado con los escándalos de PDVSA. Las elecciones presidenciales están reguladas en la Constitución de acuerdo con los tiempos previstos en ella, por tanto no es aceptable que la elección del presidente esté sujeta a que les quiten o no las sanciones. Ese fue el argumento de Fidel Castro para no hacer elecciones en Cuba. Ello refleja el miedo del Gobierno al voto popular. Es evidente que las sanciones han tenido un efecto, pero la crisis económica no tienen nada que ver con las sanciones sino con el fracaso del modelo económico.
Standard & Poor’s rebajó la calificación de Pdvsa, tras el incumplimiento de los pagos del bono 2017. ¿En qué situación quedaría nuestra industria petrolera a partir de allí?
—PDVSA está quebrada y minada por la corrupción. No solamente fue Standard & Poor’s quien rebajó la calificación, también lo han hecho otras agencias, debido a la difícil situación de la empresa. PDVSA está en default por el incumplimiento de pagos de los intereses de varios de sus bonos. Todo esto crea dificultades para que PDVSA pueda acceder al financiamiento externo, el cual es fundamental para que se recupere la producción. Las opciones son muy pocas para PDVSA y la perspectiva no luce buena, debido a un manejo errático de la empresa. Como está contratada la deuda de PDVSA, es impagable. Fue una deuda contraída de manera alocada, deuda emitida en dólares pero pagadera en bolívares. Ese es un caso de estudio de lo que no se debe hacer.
“La Ley Orgánica de Hirocarburos prohíbe dar en garantías las reservas petroleras. Con el esquema de control de cambio es imposible tener una petromoneda”
¿En consecuencia, estamos en una situación de default, a propósito de los impagos en que ha caído Pdvsa?
—Sí. PDVSA está técnicamente en default. Lo que pasa es que todavía no se ha activado el cobro compulsivo y tampoco las demandas judiciales, que ojalá no ocurran, porque ello agravará los problemas. Además, con las últimas actuaciones de la Fiscalía en el caso de Citgo se demuestra que el Gobierno y PDVSA son la misma cosa, por tanto los bienes de la empresa en el exterior pueden ser sujetos a embargo. Por desconocimiento, el fiscal ha agravado el problema de la falta de pagos de PDVSA. Hasta las empresas chinas han demandado a PDVSA, porque la empresa está morosa. PDVSA ha hecho agotar la paciencia de sus acreedores con los atrasos en los pagos de sus compromisos.
¿Qué opinión le merece el hecho de que el Gobierno está obligando a los comercios a ceñirse a los precios que considera justos?
—Eso es comida para hoy y hambre para mañana. Ya sucedió con Dakka, Kreisel, empresas que fueron destruidas y ya no existen, literalmente. El precio justo es una ficción. El precio es lo que el consumidor está dispuesto a pagar. ¿Cuál es el precio justo para el petróleo, por ejemplo? Ese es un concepto medieval, que aplican funcionarios con mentalidad medieval. Quienes nunca han producido nada ni tienen idea cómo se forman los precios en la economía, quieren imponer los precios a quienes sí saben producir. Eso fue lo que arruinó la agricultura venezolana y ahora no tenemos comida. El problema de Venezuela es la hiperinflación.
“Las sanciones económicas fue la excusa de Fidel Castro para no hacer elecciones en Cuba”
¿Cómo ve usted la renuncia definitiva del antiguo zar de la economía, Rafael Ramírez? ¿Guerra de mafias?
—Ramírez le hizo un daño irreparable a PDVSA y al país. El daño también fue de quienes pusieron a Ramírez en esos cargos, es decir Chávez y Maduro. Ramírez tiene razón cuando dice que él era hijo de Chávez. Estuvo doce años en su entorno y según él mismo estaba cuando Chávez falleció. Eso no es cualquier cosa. Recordemos que Ramírez era secretario de finanzas del PSUV, y PDVSA era su caja chica. Ramírez y sus compañeros de directiva de PDVSA dejaron un legado de destrucción. Allí están los hechos. Y estos son irrefutables.