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Antonio Sánchez García: Maduro solo saldrá por la presión insurreccional de calle #Entrevista

«No hay derecho que un criminal de lesa humanidad gobierne sin problemas»

Enrique Meléndez

El escritor Antonio Sánchez García afirma que el informe, que presentó la comisión independiente, que investigó los casos de violación de derechos humanos en Venezuela ha tenido un impacto mundial tremendo.

“Ha sido tan impactante que hasta el momento no ha salido ni un solo gobierno de los aliados de Nicolás Maduro a defenderlo. ¿Cómo defienden a un criminal de lesa humanidad, cuyos datos, además, entregados por la comisión reafirman esa condición de Nicolás Maduro?”, afirma el también filósofo Sánchez García.  

¿Qué opinión le merece la misión que envió Joseph Borrel, representante de España ante la Unión Europea, a negociar con Nicolás Maduro la suspensión de las elecciones para el próximo año?

         -Para nosotros los demócratas venezolanos resulta casi ofensivo que el alto representante de la Unión Europea, y jefe de la diplomacia del gobierno español de Pedro Sánchez intervenga en nuestros asuntos internos a favor de la dictadura, tratando de convencer a Nicolás Maduro que postergue por 6 meses las elecciones, para darle tiempo a la intervención de la Unión Europea en dichas elecciones. 

-Yo comprendo que esa movida sea del agrado de quienes quieren a trocha y mocha realizar esas elecciones, comenzando por quien acaba de ser calificado de criminal de lesa humanidad; pero todos estamos claros, que esas elecciones son y serán fraudulentas, y contarán ahora y en seis meses o cuando tengan lugar, si es que llegan a tener lugar, la decisiva y frontal oposición de la democracia venezolana. La abstención delconjunto opositor es una decisión irrevocable.

Sin embargo, para muchos demócratas venezolanos sería la salida ideal, desde un punto de vista constitucional, ya que resulta indignante una intervención, sobre todo, de EEUU. ¿Qué piensa usted?

-En primer lugar, es evidente que, si se logran condiciones elementales; que le den validez universal a cualquier proceso electoral en Venezuela, sería absurdo negarse a reconocer la necesidad de participar en dicho proceso; pues si las condiciones son auténticamente democráticas, y cuentan con la observación y el control de instituciones internacionales, resulta de enorme importancia concurrir al acto del voto.

-Yo debo confesarte que me han ofrecido ser candidato por Baruta en esos eventuales comicios, y yo he dicho que, por supuesto, mientras no haya un cambio del 100% de las condiciones electorales, me inhibo a ser candidato en ésta o cualquier otra elección. Fueron, son y serán fraudulentas.

Quienes apuestan por las elecciones, alegan que la aplicación del R2P, que solicita Juan Guaidó, no es algo que se traduzca de inmediato; pues primero tiene que ser aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU; donde seguramente será vetado por China y Rusia. ¿Está de acuerdo?

-Bueno, cualquier decisión que tenga que tomar el Consejo de Seguridad tendrá que chocar con el muro interpuesto por China y Rusia, que siempre serán favorables al comunismo, vale decir: a favor de sus particulares intereses.  Creo fundamental insistir en que un régimen castrocomunista, como el de Nicolás Maduro, siempre a medio camino de la tiranía, jamás saldrá de buena forma. Porque se lo solicite éste o aquel, cualquier miembro de las Naciones Unidas.

-Menos aún a través de un proceso electoral que el régimen apruebe, y en donde tenga todos los instrumentos de control del poder electoral en sus manos. Yo creo por eso que Nicolás Maduro sólo saldrá mediante una presión insurreccional en las calles; tal como salieron las dictaduras árabes, mediante la primavera árabe; es decir, poniendo todo el peso de la masa crítica opositora en el cuestionamiento institucional de la dictadura. De otra manera vamos a seguir el sórdido camino seguido por Cuba, cumplir en algún momento, como ya se están cumpliendo allí, los sesenta años de dictadura madurista.

-De todas formas, yo pienso que es muy positivo que el presidente Juan Guaidó se haya dirigido a la Asamblea Nacional; que busque con todas sus fuerzas y el poder que le da contar con la legitimidad institucional, el apoyo de las naciones y sus organismos; para que intervengan en Venezuela y, a través de esa intervención, presionen al gobierno y exijan la renuncia de Maduro. Yo creo que es vital comprender que hay que utilizar todos los mecanismos a mano, y toda la fuerza disponible, para poder sacudirse el yugo de la dictadura. Comenzando por una unidad activa, combativa y militante.

-Esta es una dictadura absolutamente insoportable, y la estamos soportando, además, en medio del Apocalipsis de esta Pandemia. Es algo que el mundo comprende, y por esa razón ese acuerdo de Guaidó con Antonio Ledezma y el respaldo de María Corina Machado, Diego Arria y las otras fuerzas opositoras para obtener la aplicación de todos los instrumentos de que disponen las Naciones Unidas. Es la vía correcta. Y en ese sentido, es esencial fortalecer todas nuestras fuerzas, recuperar la unidad y ponerla en acción tras la salida del tirano.

-Digo recuperar la unidad; porque ha habido momentos, en los que la unidad se ha consolidado en Venezuela; aunque siempre bajo la férula del electoralismo. Yo creo que hay la necesidad de una unidad patriótica; que apunte a la acción activa de la militancia opositora en las calles, pueblos y aldeas de Venezuela, para obligar al régimen a dejar el poder. 

-Sé que tendremos la oposición de los esbirros del castrocomunismo; como Vladimir Padrino López; pero debe haber un sector democrático dentro de las fuerzas armadas dispuesto a jugarse la vida por la restauración de la libertad y la independencia de Venezuela. Hay que insistir ante las fuerzas armadas, para que intervengan en la resolución del conflicto, en estricto respeto a sus obligaciones constitucionales. No pueden asistir al desangramiento de la Nación, al quebranto de la paz y la democracia, de brazos cruzados.  

-Por esa razón considero esencial el entendimiento entre Juan Guaidó, María Corina Machado y Antonio Ledezma. Al frente de una gran bloque de poder formadopor nuestras principales figuras políticas e intelectuales: Humberto Calderón Berti, Asdrúbal Aguiar, Germán Carrera Damas, Enrique Colmenares Finol, Cecilia Sosa Gómez, Blanca Rosa Mármol de León y esa pléyade de grandes artistas, hasta ahora todos unidos con el pueblo venezolano tras la recueración de nuestra democracia. Esa unidad que en algún momento se llamó “La Salida”, y cuya desaparición coadyuvó al despliegue de la tragedia que vivimos.

 ¿Esas intervenciones no han sido muy traumáticas, y el caso más patético es Irak?

 -Lo ideal es que ni siquiera se plantee la necesidad de intervenir un país; que está pasando por la tragedia que padece hoy en día Venezuela. Pero, sobre todo, los miembros de las Naciones Unidas, que respetan el régimen de derecho democrático y liberal, que impera en los países desarrollados del mundo, deben tratar de tomar parte, intervenir y tratar de zanjar diferencias, como las que están vigentes en este momento, por medio de la fuerza coercitiva del Estado sobre una sociedad, como la venezolana de hoy en día.

-Entonces, lo que se haya hecho en el pasado no puede ser determinante, de lo que se va a hacer en el futuro. Pero, evidentemente, la presión que vaya en aumento de los países miembros de la ONU contra la dictadura de Nicolás Maduro, debería imponerle la necesidad de que renuncie al poder. La OEA, el Grupo de Lima y todos los gobiernos de la región debieran luchar unidos contra las dos oprobiosas tiranías que oscurecen el prstigio de nuestra región: Cuba y Venezuela.  El problema es que los comunistas no renuncian al poder. El problema es que los tiranos comunistas se aferran al poder, y este no va a ser un caso distinto.

-De manera que allí está el problema, en tiranías que asaltan el poder y se niegan a dejarlo. Sólo Rómulo Betancourt comprendió el inmenso, el gigantesco mal impuesto por Fidel Castro y su tiranía y adelantó la única solución posible: romper relaciones, aislar la tiranía y empujar hacia la democratización interna. 

A su modo de ver, ¿cómo ha caído en la comunidad internacional el informe de la comisión, enviada por la ONU, para investigar los casos de violación de derechos humanos en Venezuela?

-Bueno, ha sido como una bomba, evidentemente, y de tiempo. Calificar a un gobernante de criminal de lesa humanidad constituye una medida extrema; sólo aplicado hasta ahora a personajes como Hitler, como Mussolini, como Stalin. Ni siquiera a Augusto Pinochet se le declaró jamás criminal de lesa humanidad.

-Entonces, la declaración de esa comisión, absolutamente, independiente; sin ningún interés específico político particular; sino, simplemente, en atención al estado de derecho y a las normas que constituyen y organizan la comunidad internacional, es muy importante. Fíjate tú que hasta el momento no se han atrevido ni los cubanos ni los rusos ni los chinos a reclamar contra esa declaración.

-Saben que tiene tanto peso y es tan significativa; que lo mejor es hacer mutis; callarse. El silencio de los principales aliados del criminal de lesa humanidad de Nicolás Maduro es la prueba fehaciente del tremendo peso de esa declaración.

Pero los voceros del gobierno alegan que ese informe fue elaborado por una comisión, que fue financiada por los EEUU y el Grupo de Lima. ¿Qué piensa usted?

-El gobierno venezolano podrá decir misa. El hecho real es que ese informe fue entregado por una comisión de las Naciones Unidas; constituida expresamente a ese propósito. Rechazar su validez con leguleyerías como las que exhibe Arreaza o muestra el gobierno es una manera de patalear. Pero, realmente, ese documento ha tenido un impacto mundial tremendo.

-Ha sido tan impactante que hasta el momento no ha salido ni un solo gobierno de los aliados de Nicolás Maduro a defenderlo. ¿Cómo defienden a un criminal de lesa humanidad, cuyos datos, además, entregados por la comisión reafirman esa condición de Nicolás Maduro? Es imposible. Entonces, la cosa está clara. Yo creo que hay que afirmarse en esa declaración y, sobre la base de esa declaración, pedir auxilio de las naciones, que formaron parte de la comisión; como de los que no formaron parte de la comisión. No hay derecho a que un criminal de lesa humanidad gobierne sin problemas y sea miembro de las Naciones Unidas; inclusive, de su Consejo de los Derechos Humanos. Llegó la hora de exigir e impulsar su salida.