La estatal venezolana PDVSA está informando a sus clientes sobre una nueva ubicación para transferir petróleo de exportación de barco a barco en un lugar alejado de la costa del país sudamericano, una decisión que podría implicar más costos y menos supervisión, según tres fuentes.
Más de dos tercios de las exportaciones de petróleo de Venezuela salen de la terminal de Jose, en la costa oriental del país, una instalación de gran tamaño y mucha supervisión que está conectada a dos monoboyas para exportación y varios mejoradores de crudo a través de oleoductos.
Pero tras las sanciones de Estados Unidos a principios de 2019, PDVSA ha estado facilitando un creciente número de exportaciones a través de transferencias entre barcos en altamar en la zona de Caquetíos, frente a su refinería de Amuay, en la costa occidental del país.
Algunos clientes que cargaban en Caquetíos los crudos producidos en el occidente del país ahora están siendo dirigidos a un lugar alrededor de 20 kilómetros al norte de las islas Los Monjes, en el Golfo de Venezuela, cerca de la frontera marítima con Colombia y al frente de la isla de Aruba, según las fuentes.
Aún no está claro si el área de Caquetíos permanecerá en servicio.
PDVSA y el Ministerio de Petróleo de Venezuela no respondieron a solicitudes de comentarios. La autoridad marítima de Venezuela, INEA, tampoco replicó de inmediato a una solicitud de comentario.
El primer barco programado para recibir crudo en el área de Los Monjes sería el Cape Bella V, que se ha mantenido frente a aguas venezolanas esperando ventana de carga, según dos de las fuentes y datos de seguimiento de Refinitiv Eikon.
La embarcación planea cargar 1 millón de barriles de crudo pesado venezolano Merey para un destino no identificado, dijeron las dos fuentes.
Edge Maritime Inc, actual propietario y gerente comercial del Cape Bella V, no pudo ser localizado para comentarios.
Algunos clientes de PDVSA han rechazado la propuesta de trasladar el sitio de carga programado de Amuay a Los Monjes porque está más lejos de la costa de Venezuela, lo que aumenta los costos de los servicios de remolcadores, combustible marítimo e inspecciones obligatorias; y también porque se encuentra cerca de la frontera marítima con Colombia, lo que podría provocar una disputa diplomática, dijeron las dos fuentes.
El gobierno de Colombia no respondió a una solicitud de comentarios.
Pero algunos dueños de barcos que no están dispuestos a cargar en aguas venezolanas podrían preferir la nueva opción para evitar sanciones, dijeron las fuentes.
Los Departamentos de Estado y del Tesoro de Estados Unidos, el cual supervisa el régimen de sanciones, no respondieron de inmediato a solicitudes de comentarios.
Las medidas impuestas por Washington se han endurecido este año en un intento por motivar la salida del poder del presidente venezolano, Nicolás Maduro, cuya reelección en 2018 no fue reconocida por la mayor parte de los países occidentales.
En consecuencia, las exportaciones petroleras de PDVSA se desplomaron a su menor nivel en casi 80 años entre junio y agosto.
Pero los embarques han rebotado en semanas recientes, impulsados por compras de clientes de PDVSA que buscan obtener la mayor cantidad posible de cargamentos antes de la llegada de una fecha límite impuesta por Estados Unidos para recortar el comercio con el país socio de la OPEP, así como por una miríada de clientes nuevos mayormente sin experiencia, según los datos de Eikon y documentos de la estatal.
(Reporte de Marianna Párraga en Ciudad de México y Mircely Guanipa en Maracay, Venezuela. Reporte adicional de Luc Cohen en New York, Oliver Griffin en Bogotá, Angeliki Koutantou en Atenas, y Daphne Psaledakis y Humeyra Pamuk en Washington. Para la Cadena Reurters