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Víctor Cedeño (Copei): “Diezman a etnias indígenas en Delta Amacuro” #Entrevista

El vicepresidente nacional de Copei denuncia que etnia warao deambula y mendiga por comida y salud en calles de Caracas, Puerto Ordaz, Puerto La Cruz y Manao (Brasil). Indica que se está diezmando a esta población ancestral que vive en este territorio del país desde hace miles de años

El Vicepresidente de Copei, Víctor Cedeño, indica que nuevos terratenientes, vinculados a la oficialidad de la FANB, han establecido negocios relacionados con la explotación de oro, coltán y diamantes

Enrique Meléndez

Víctor Cedeño, vicepresidente nacional de operaciones del partido político Copei, exdiputado de la Asamblea Nacional, ex candidato a la gobernación del estado Delta Amacuro, afirma que uno de los efectos perversos del régimen del Socialismo del Siglo XXI, ha sido el desplazamiento de las comunidades indígenas.

En tal sentido, se refiere a la etnia warao, no solo por las precarias condiciones de vida, a las que nos han conducido Nicolás Maduro y su equipo de gobierno, sino también por los impactos de la minería depredadora y el narcotráfico, que ha traído como consecuencia su desplazamiento de su hábitat natural.

¿Cuál es la situación de las comunidades indígenas que habitan el delta del Orinoco?

– Agradezco a ti y La Razón por permitir que me convierta en vocero de una población totalmente en estado de abandono a lo largo y ancho de todo lo que es el delta del Orinoco, sobre todo, la etnia warao, una población milenaria, repartidos sus asentamientos en los estados Delta Amacuro y Monagas. La situación es grave. Yo diría que es preocupante la realidad que está viviendo esta comunidad de completa desolación. Se está diezmando esta población donde han vivido, desde que llegaron sus primeros ancestros, desde hace miles de años.

– La etnia warao la conformaban hasta hace poco unos 36 mil habitantes, dispersos en grupos de 20, 30, 80, cuanto más 120 familiares en esas regiones, que te mencioné y, realmente, esta gente hoy está deambulando en las calles de Manao (Brasil), mendingando, en las calles de Puerto Ordaz, Caracas, Puerto La Cruz por comida o arrastrándose, para que le presten un servicio médico.

– Su modo de vida en el Delta ha sido destrozado por las políticas de este gobierno, encabezado en primera instancia por el difunto Hugo Chávez; luego, por este usurpador, que está al frente de la presidencia de la República, como es Nicolás Maduro Moros. De manera que la situación es grave, desesperante.

¿Qué beneficios trajo la Ley de Tierras Indígenas para esta población del país?

– La Ley de Tierras Indígenas, que no fue sino una alharaca que hizo Hugo Chávez, como todas las cosas suyas; que no son sino mentiras, engaños; creando falsas expectativas entre esta gente, que lo que buscaba era ganarse su respaldo, con motivo de su proyecto de apoderarse del poder. De manera que eso no fue sino una ley puesta en el papel que en nada ha beneficiado ni benefició a las poblaciones indígenas y, concretamente, a la etnia warao.

– Aquí no se les demarcó tierras a nadie; salvo para los nuevos terratenientes, que llegaron con el Socialismo del Siglo XXI. Lo que se observa en el territorio deltano; donde se han comenzado a establecer algunos negocios, que tienen que ver con la explotación del oro, del coltán, diamantes y otros minerales, mientras las comunidades indígenas son desplazadas. Por supuesto, estos nuevos terratenientes son altos oficiales de las fuerzas armadas venezolanas; unos en retiro y otros en ejercicio, y que están al frente de esas explotaciones mineras.

– Además, hay otro sector, que ha venido desplazando también a las comunidades indígenas; protegido por este socialismo del Siglo XXI; como es el sector del narcotráfico. De manera que, lejos de proteger, lo que han hecho es violentar el modo de vida de esta población, y a lo que se une la situación de hambruna y de mortandad que se vive en el país.

– La situación que se vive es de falta de alimentos, de medicinas. Esto explica que haya seis mil habitantes de esta etnia en las calles de Manao, como el resto de sus compatriotas; solo que no les queda sino deambular, porque han sido arrancados de su hábitat; cuyo modus vivendi no tiene cabida en el mundo del concreto de nuestras ciudades. Son sujetos que han nacido y se han criado en medio de la selva. Es por eso que para el caso de esta población diezmada cabe la expresión de etnocidio.

¿Hasta qué punto la minería también ha impactado en el medio ambiente?

– Si en algún momento en el delta del Orinoco se ha atacado indiscriminadamente el medio ambiente, ha sido durante estos 21 años del mal llamado gobierno revolucionario, y que no es sino un gobierno de delincuentes, que es lo que yo deduzco. Lo cual comenzó cuando se establecieron los proyectos de exploración y explotación de la Faja Petrolífera del Orinoco, sobre todo, a raíz de las detonaciones, que se hicieron en el municipio Pedernales aguas adentro.

– Por supuesto, este también fue un factor que originó el desplazamiento de las poblaciones indígenas; sobre todo, las que estaban asentadas en las riberas de los caños, ya que su medio de sustentación, como es la pesca, fue impactado a partir de allí, si tomamos en cuenta que los reservorios naturales, donde tú encontrabas lizas, levranches, camarones desaparecieron; como consecuencia de esas explosiones indiscriminadas.

– A eso se une el tema del coltán y del oro hacia el bajo delta, que llaman; hacia la parte del municipio Antonio Díaz, cuya explotación ha sido manejada de una manera irresponsable; a propósito de las devastaciones, que se han suscitado en las labores mineras. Lo mismo que la explotación de la madera, llamando la atención el hecho, de que un fiscal allá en Delta Amacuro fue preso hace cosa de unos cinco años; porque se dedicó a hacer las denuncias, relativas a esta situación. ¡Una aguja dentro de un pajar de los delincuentes que maltratan el medio ambiente, y que explotan la madera indiscriminadamente!

¿Cómo está la situación en la región deltana, en lo que atañe a la prestación de los servicios públicos?

– La situación de los servicios públicos en el Delta es realmente grave en todos los aspectos. Pero, en especial, si alguna población ha sido maltratada y vejada con eso de los servicios públicos son las comunidades indígenas. Todas las parroquias de los municipios del estado Delta Amacuro tenían durante los gobiernos de la llamada República civil un dispensario con médicos y enfermeras, que funcionaban. Eso lo acabó el Socialismo del Siglo XXI.

– Esas son realidades que vive el municipio Pedernales, el municipio Casacoima. Todas las poblaciones que pertenecen a estos municipios atraviesan por una situación grave. Por ejemplo, la población de Santa Catalina, que tenía una escuela granja; donde iban a formarse los muchachos en especialidades como pesca acuática y agricultura. Esa la cerraron. Las misiones de los misioneros, que estaban destacados en el Delta, y que prestaban servicios médicos, las acabaron.

– Además, las escuelas no están funcionando, pero no solo por el problema de la pandemia, sino también porque los maestros no tienen medios de transporte, para acercarse a dar clases, incluso, desde antes mismo de dicho problema.

– El municipio capital también tiene poblaciones indígenas, en las riberas de los caños, y que sufren la misma calamidad de aquellas poblaciones. Por ejemplo, tengo información de que hoy en día las personas mueren, cuando son transportadas en curiara a canalete por alguna enfermedad en el camino de Pedernales a Tucupita, lo que cual implica cuatro días de traslado, que es el tiempo que se toma la distancia, para ir a canalete, es decir, en lanchas sin motor; porque no hay gasolina, para movilizar el tránsito automotor fluvial. Lógicamente, las personas muertas llegan a Tucupita en estado de descomposición.

– Los médicos cubanos, que consultaban en los módulos de la Misión Barrio Adentro, todos se han fugado: unos están en Trinidad y otros en Brasil, y no solo porque esta gente venía con ese propósito al salir de Cuba, dada la situación que se vive allá, que es la misma de nosotros, donde no hay comida, que los agarró aquí también la hambruna que está viviendo el resto de la población.

– Aprovecho, además, para denunciar lo siguiente: unido a todas estas pestes, de que no hay transporte fluvial, porque no hay gasolina; porque sus motores dejaron de funcionar, y los indígenas no tienen dinero, para adquirir los repuestos; en el municipio Pedernales, por lo demás, siempre ha estado un destacamento de la Guardia Nacional allí

– Y debo reconocer que me he encontrado con guardias honestos, que han operado en el destacamento por años y años, se ha instalado una comisión especial, integrada por efectivos del CODA, del Sebin y de las FAES; bueno, que ahora se les ha ocurrido que a los pescadores indígenas, que tienen su troja, es decir, su puesto de pesca, y que a pesar de esta grave situación, ellos se movilizan en curiara a canalete, es decir, motor a pulmón, les exigen una paga, una cuota mensual de 500 dólares, y si no, no los dejan pescar.

– O sea, la peste, que ya tenían; inducida por este gobierno de Nicolás Maduro y su gobernadora, que tiene allá; además de eso, le mandan esta comisión, con la excusa de que van en misión de impedir el tráfico de drogas; cuando lo que van es a proteger esta actividad ilícita; que eso es lo que han hecho ellos. Esos son pescadores, que van a buscar su comida allí, y que lo han hecho de por vida, sin que nadie se los impida, y ahora los están obligando a que paguen por troja 500 dólares. De modo que todas estas realidades se han venido formando como consecuencia de la desidia y de la incapacidad de este gobierno.

Delta Amacuro se ha transformado en un estado de tránsito de la gente, que huye del país por todas sus fronteras, dada la situación precaria que vivimos. ¿Qué pormenores tiene usted al respecto?

– Sí, que es lo que está viviendo el país: huyendo por todas las fronteras. Donde se vea una posibilidad de irse, la gente se va. Tú vas a las calles de Tucupita; por ejemplo, te consigues con un estado de desolación inmenso. Da dolor, donde tú te pares en cualquier lugar de la capital o de las localidades del estado, tú observas la decadencia de un país, y al cual la gente lo abandona.

– Hay compatriotas que huyen hacia Guyana, hacia Trinidad. La población de deltanos, de jóvenes en su mayoría profesionales del estado Delta Amacuro están en Trinidad, más de 34 mil oriundos de nuestra región están en Trinidad. Imagínate tú para una población de 160 mil habitantes, 34 mil jóvenes que han tenido que dejar su tierra, para irse a probar fortuna a otra parte, sin contar a los que no se han podido censar porque no tiene regularizada su situación allá.

– Pero lo más grave de este fenómeno de la migración de los venezolanos, está en el tráfico de menores; que yo debo decir responsablemente, y señalo, en ese sentido, a la gobernadora del estado Lisette Hernández, a los cuerpos de seguridad del Estado y al gobierno nacional por esa situación. Porque si aquí hubiese un gobierno responsable, serio, honesto, decente, esto no sucediera allí, porque los cuerpos de seguridad del Estado están obligados a impedir ese tráfico de personas, sobre todo, de mujeres adolescentes.

– Tú ves en Tucupita, embarcándose allí en las narices de la Guardia Nacional muchachas que vienen de todas las regiones del país, al lado del puesto de guardia; lo que habla de un estado de complicidad, y esto porque cobran en dólares por permitir ese tráfico de seres humanos; como es una realidad el tráfico de drogas; también esta actividad ilícita está permisada y amparada por el gobierno.