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Partidos políticos sin legitimidad #AlGrano #FélixBSucre


El CNE no se dedicó a cumplir ni hacer cumplir el mandato constitucional, establecido en el 293 de la CBRV

Félix B. Sucre

«La mejor Constitución del mundo» fue convertida en una «bicha» que le sirve al régimen para hacer y deshacer en Venezuela, donde los derechos humanos es lo primero que se han caído, aún cuando se indica que ésta es una democracia participativa y protagónica.

Todo eso suena a cuentos de caminos, pues la Constitución que iba a durar de 100 a 500 años, tal como lo dijera Hugo Chávez, entonces Presidente de la República aclamado por millones de venezolanos, incluyendo a ricos y millonarios.

No obstante, aquel infausto 15 de diciembre, cuando las lluvias seguían haciendo estragos en el estado Vargas, en el país realizaba el Consejo Nacional Electoral el Referéndum Consultivo para aprobar el nuevo texto constitucional, con lo que la Constitución del 61 pasaba a formar parte de la historia política del país. Comenzaba una nueva era política.

Todos estamos felices y contentos porque en seis meses la ANC sacaba este nuevo texto, donde, en teoría, estaban unos poderes con total autonomía, por lo que entre bomberos no se podían pisar las mangueras, cosa que nunca ha sido cierto porque siempre hay alguien que se come la luz, así sea por joda.

Hay que destacar que el primer acto, una vez en vigencia la Constitución Bolivariana, fue la convocatoria del referéndum para legitimar todos los poderes, lo que le permitió a Hugo Chávez y su Movimiento Quinta República (MVR) consolidarse como primera fuerza política de Venezuela.

Mientras, como era de esperarse, los partidos, mal llamado de la cuarta república, como el caso de AD y Copei, pasaron a ser algo así como cascarones vacíos; no tenían fuerzas para ser interlocutores de nadie. Esos partidos fueron abandonados por sus militancia que se fueron detrás de Chávez. Al extremo que habían oficinas del MVR donde contaban con máquinas para expedir carnet, por lo que la gente salía de allí muy contenta, ya que tenía en sus manos el pasaporte a la felicidad, como un Goyo Salazar cualquiera.

Tiempo después se comenzó a vivir otro momento, del llamado polo patriótico se separó el MAS, porque no eran ni chicha ni limonada, como le dijera quien se creyó el padrote de Venezuela; dueño absoluto de todo, incluso de la voluntad de la gente. Pero, como suele suceder, el Decreto 1011 rompió la tranquilidad de gobierno, cuando los padres y representantes salieron a las calles a pedir que con sus hijos no se metieran. De las calles comenzaron a aparecer los viejos militantes de AD y Copei; las casas de ambos partidos se fueron llenando de calor humano, partidarios, como le gusta a mi amigo Víctor Bermúdez.

Hay que destacar, y esto es el tema de la Crónica, que el CNE no se dedicó a cumplir ni hacer cumplir el mandato constitucional, establecido en el 293 de la CBRV. En eso está quebrado el ente electoral, cuando su responsabilidad era velar porque los partidos se renovarán a lo interno; legitimaran sus autoridades con la periodicidad del caso,ya que en sus Estatutos así están establecidos. Esos partidos pretenden cambiar al país, pero no se cambian ellos. Siguen siendo los mismos presidentes o secretarios generales personas con cinco o más años al frente de una secretaría. En algunos casos llevan hasta 10 años como gurú, mientras cuestionan al presidente X. Eso no debe continuar así, porque los partidos están sin legitimidad. Andan al garete por culpa de un tribunal supremo que hace y deshace con los partidos; se lo quita a sus autoridades para dárselos a otros; les niegan la participación electoral sin ninguna explicación,closet que deja en evidencia que el CNE no es un poder autónomo, sino que depende del estado de ánimo de Nicolás Maduro, quien tiene muchos rasgos de dictadorzuelo provinciano, capricho que ha sido complacido, en primer lugar por el Alto Mando Militar, los que no escapan al desastre económico, político y moral de la Venezuela del socialismo siglo XXI, con la que no soñó Miranda, Bolívar, Sucre o Páez. Hoy estamos en éste atolladero.

Sin embargo, como a través del periodismo podemos hacer mucho, incluso soñar con una Venezuela Ponencia, aunque PDVSA esté en el suelo, donde hasta las organizaciones políticas sean de primera; que sus dirigentes se sometan a consulta internas, primarias, de modo que los militantes decidan. No esos consensos, acuerdos entre gallos y media noche. Se da el caso, válgame Dios, que hasta mafiosos pueden llegar al poder. Entonces, lo indicado, lo sano, los bueno para la democracia es que sea, en efecto, participativa y también protagónica, donde, ahora que van a ser electos los nuevos rectores del CNE, éstos hagan cumplir el 293, ordinal 8 de la CBRV y, no obstante, el TSJ haga respetar el 297, el cual indica que es la Sala Electoral la que tiene que ver con lo contencioso electoral, porque la Sala Constitucional es para interpretar la Constitución y las leyes.