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Votar no me ayuda #FélixSucre #Opinión

El voto está entrampado en Venezuela. En 2015, cuando las elecciones parlamentarias, donde la MUD obtuvo una contundente victoria, el gobierno se valió del Tribunal Supremo para inhabilitar a tres diputados de Amazonas, sin que llamaran a nuevas elecciones

Félix B. Sucre

CNP 8526

Es evidente que en Venezuela los dirigentes políticos, en su gran mayoría, procuran el voto no porque desean resolver los problemas que aquejan a los ciudadanos, sino que pretenden cuotas de poder para tener privilegios, negocios o alimentar corrupción entre sus partidarios, familiares o amigos, lo que sucede después, hecho que conocemos en todos estos años de presunta democracia.

«Votar no me ayuda en nada», esto lo escuchamos en un tren del Metro, en medio del infernal ruido que escuchábamos en el vagón, gracias a los logros de la revolución, la cual se ha encargado de destruir todo, así digan lo contrario o, para más vaina, le echen la culpa a otros, comenzando por la oposición del veletismo, la que ya no sabe cómo comenzar el baile, sin tener alfargatas para el joropo, aunque no vengan los cantistas, arpistas, cuatristas y maraqueros.

Sigue llamando la atención, por decir lo menos, que en Venezuela la democracia ya no tiene sabor de pueblo. Tiene sabor a abstención. En eso ha tenido mucha responsabilidad el propio CNE, el cual, aún cuando en la Constitución aparece como un organismo autónomo, en la práctica es una oficina de asuntos electorales de Miraflores. Vergatarios, pues!

Hay que señalarlo porque son los que ordenan cuando es conveniente para ellos llamar a elecciones, para lo que siempre habrá dinero, mientras que para comprar las vacunas para proteger a la población del Covid-19 no tengan ni tres cuartillos, tal como decía en viejo bodeguero por Miraflores, cerca de Cachipo, estado Monagas, donde funcionó un Teatro de Operación Militar, en tiempo del puntofijismo y torturaron y asesinaron a venezolanos revolucionarios. Ahora, en cualquier puesto policial hacen lo mismo, porque el crimen no paga, como decía el colega periodista José Campos Suárez.

El ciudadano no es importante para esos políticos, los mismos que andan llorosos porque otros se han venido absteniendo en el voto»

El voto tampoco paga

Por años los ciudadanos han sido convocados a fiestas electorales, se han emborrachado; han escuchado discursos de tipos con formación o los politiqueros de oficio, algo así como un Bernabé Gutiérrez o un Javier Bertucci regalando sopas. Ave María. Sin embargo, no ha habido solución para los problemas; todo lo contrario, mientras ellos viven bien, el ciudadano no tiene vacunas, lo obligan a quedarse en sus casas por el Covid-19; si sale a la calle tiene que cargar millones para pagar pasaje, tomarse un refresco o un café. Si vive a las afueras de Caracas, por ejemplo, es obligado a pagar dos millones cuatrocientos mil bolívares diario. Para atender estos pequeños problemas no hay alcaldes ni concejales, mucho menos gobernadores ni legisladores. Todos están atendiendo otros asuntos más importantes para ellos. Es decir, el ciudadano no es importante para esos políticos, los mismos que andan llorosos porque otros se han venido absteniendo en el voto.

Todos quieren que usted, amigo lector, salga a votar para ellos tener buenísimos sueldos, aparte de poder hacer algunos negocios con sus amigos. No vengan con el cuento que quieren salir de Nicolás Maduro y su gente que lo hace mal, por el resultado de años de democracia no indica que todo fue bueno o buenísimo. Los barrios en Venezuela es el ejemplo más contundente para evaluar el comportamiento de esa dirigencia, mucha de las que todavía hoy están en el escenario. No fue solo Rafael Caldera el campeón de las candidaturas. En AD, Copei, MAS, Soluciones, entre otros, muchos tienen ése currículum. El currículum de la demagogia. El currículum de la corrupción. El currículum de la pollería electorera.

No obstante, ha faltado el currículum de la esficiencia, de las Soluciones, aunque «chivo no come lloviendo».

Nos eliminaron el derecho a votar y poder elegir y cambiar a directivos que se pretenden atornillar, con el visto bueno de la Comisión Electoral Nacional del CNP»

El voto está entrampado en Venezuela. En 2015, cuando las elecciones parlamentarias, donde la MUD obtuvo una contundente victoria, el gobierno se valió del Tribunal Supremo para inhabilitar a tres diputados de Amazonas, sin que llamaran a nuevas elecciones. Las trampas del chavismo. Después vinieron otras elecciones, mientras que los problemas de la gente se siguieron agravando, de lo que no nos hemos salvado ni los periodistas, al extremo que nos eliminaron el derecho a votar y poder elegir y cambiar a directivos que se pretenden atornillar, con el visto bueno de la Comisión Electoral Nacional del CNP.

¿Tiene sentido votar? Me gustaría saber si en la institución militar, por ejemplo, el voto también decide los cambios en las distintas ramas, no fuerzas; ya no lo son ni para enfrentar a un grupo de bandolero guerrilleros colombianos que operan desde Venezuela, donde asesinan a nuestros Soldados, mientras el ministro de la defensa sigue siendo el Padrino, gracias a un Nicolás Maduro que no puede ocultar que es compinche de lo peor que tiene Colombia, donde muchos miran a un Petro como la salvación, como aquí lo fue Hugo Chávez. No hay gringos a la vista en la costa. Juan Guaido’ y compañía se ha enamorado de la vía electoral. Dicen sus mismo aliados con sus gestos, como Carlos Ocariz en Miranda.

algrano.fs@gmail.com

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