El informe de Michelle Bachelet ofrece una amplia visión del deterioro creciente de los derechos económicos, sociales y políticos
Oscar Battaglini
En ese informe de pasado 13 de septiembre, el cual se ha producido en el marco del 48 período de sesiones del Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU), se hace una actualización de algunos de los aspectos que con mayor gravedad afectan la vida de la inmensa mayoría de los venezolanos; en particular:
-Se denuncia en primer término, los bajos ingresos de los trabajadores, los cuales son calificados en el informe de “dramáticamente insignificantes” e “incapaces de garantizar un nivel de vida adecuado, y el acceso a la alimentación y a los servicios básicos”.
-Se ofrece una amplia visión del deterioro creciente de los derechos económicos, sociales y políticos de los venezolanos.
-Se exige la plena liberación de los presos políticos, los cuales han sido detenidos de manera arbitraria y son sometidos en las cárceles del régimen madurista a tratos crueles, inhumanos y degradantes.
Durante los últimos dos años la Alta comisionaduría ha efectuado a través de las mencionadas oficinas, ocho misiones de inspección en el interior del país»
-Se denuncia igualmente la … intimidación y la criminalización de la que vienen siendo objeto las organizaciones y las personas defensoras de los derechos humanos; de los líderes políticos de la oposición democrática y de los dirigentes sindicales en el ejercicio de sus actividades legítimas.
-Se deja expresa constancia de que … “tras dos años de la permanencia de la Oficina de los Derechos Humanos bajo su dirección, se ha hecho un seguimiento y un levantamiento objetivo y profesional de la problemática general (de la situación real) referida en el presente informe.
-Se deja también constancia de que para el cumplimiento de sus fines, se ha doblado de seis a doce, el número de oficinas de la Alta Comisionaduría de las Naciones Unidas en el país.
-Y finalmente que durante los últimos dos años la Alta comisionaduría ha efectuado a través de las mencionadas oficinas, ocho misiones de inspección en el interior del país para recoger y verificar in situ, la información contenida en dicho informe.
Interrogar a los dirigentes sindicales, gremiales y empresariales, etc) acerca de la situación actual del país; bastaría para confirmar la justeza o la exactitud del Informe Bachelet»
De lo expresado hasta aquí, se deduce con entera claridad la seriedad y el profesionalismo que ha guiado tanto el acopio de los materiales (de la información), como la elaboración misma del informe sobre la actual situación venezolana , adelantada por la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet.
Pero si eso no fuese suficiente para hacerse una idea exacta de la gravísima situación económica, social y política que afecta significativamente la vida de la inmensa mayoría de los venezolanos, con solo interrogar a cualquier representante de los distintos sectores que componen el entramado de la sociedad venezolana (obreros, trabajadores en general, profesionales de las más diversas actividades, en particular los que permanecen al servicio del Estado; al empresariado del campo y la ciudad; a los dirigentes sindicales, gremiales y empresariales, etc) acerca de la situación actual del país; bastaría para confirmar la justeza o la exactitud del Informe Bachelet.
Por todo eso no deja de extrañar (aunque ya conocemos hasta el hartazgo el ritornelo que viene oponiéndole el madurismo a cualquier señalamiento crítico sobre la situación venezolana), el contenido del Twitter del “ilustre” desconocido que ahora hace las veces de canciller de la República, en el que se califica de “lamentable” el enfoque del Informe Bachelet, del cual dice que … ha “incorporado afirmaciones sin fundamento alguno, que no han sido debidamente contrastadas con las autoridades del Estado” y que además se “inscriben en el guión político de quienes instrumentalizan esta materia para agredir a Venezuela”.
Ese informe pone de manifiesto el contraste que existe entre lo que verdaderamente está ocurriendo, en todos los órdenes del país»
Se “olvida” nuestro “ilustre e ilustrado” nuevo canciller
1-Que ese Informe no fue elaborado con la información sesgada y falseada enviada por el gobierno madurista a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas, sino con la información recogida y verificada por este organismo directamente sobre el terreno.
2-Finalmente se equivoca nuestro “ilustre” canciller cuando afirma que la información que le sirve de fundamento al Informe Bachelet, no ha sido debidamente contrastada con las autoridades del Estado. Todo lo contrario. En ese informe, de entrada, se pone de manifiesto el contraste que existe entre lo que verdaderamente está ocurriendo, en todos los órdenes del país, y la versión interesada, falsaria y farsesca del régimen madurista de que todo se debe a las sanciones, a la “guerra económica y al bloqueo practicado en su contra por el “Imperio”.
Según esa versión farisaica, ellos, los cabecillas del chavezmadurismo: Chávez, Maduro y sus respectivos camarillas, secuaces, aliados y asesores extranjeros, no son los responsables directos y únicos de las políticas que han quebrado la economía del país y han condenado a la pobreza a más del 96% de los trabajadores, a los profesionales al servicio del Estado, y al conjunto de la población venezolana; y que además han desarticulado la estructura institucional del Estado y envilecido la administración de justicia, la cual ha sido convertida por el chavismo oficial en un poderoso instrumento para vigilar, perseguir y castigar a la disidencia política venezolana.
Paralelamente a esa socorrida argucia del oficialismo chavista para tratar de evadir su responsabilidad directa por la catástrofe en la que ha sumido a la sociedad venezolana, se ha abierto paso una leyenda según la cual las sanciones que pesan sobre aquel, afectan sobre todo al común de los venezolanos. Algunos han llegado incluso a calificarlas de inútiles, porque a pesar de ellas el madurismo se mantiene en pie. A esta apreciación simplista –y en muchos aspectos frívola y oportunista- se le puede aplicar aquella de que ven el árbol, pero no ven el bosque. Esto hace que se les pase por alto cuestiones sobre las cuales no puede dejarse de insistir: en primer lugar, como dice Provea, que … “la crisis fue primero y las sanciones vinieron después”. En segundo lugar, lo farsesco y deshonesto del planteamiento según el cual el país vive la tragedia que conocemos debido a que las sanciones le impiden disponer de los recursos para invertirlos en la recuperación del aparato productivo nacional (que ellos mismos, con Chávez a la cabeza, destruyeron) y el mejoramiento de las condiciones de vida (que también aniquilaron). Eso, como sabemos los venezolanos, es falso de toda falsedad, para decirlo en el lenguaje del derecho positivo.
La persistente actitud de continuar violando los derechos económicos, sociales y políticos ha impedido el levantamiento de las sanciones, sino que ha forzado su endurecimiento»
Este país bajo la administración chavista disfrutó de dos boom petroleros (204-2008; 2010-2014) que le proporcionaron un ingreso fiscal de aproximadamente 1000 (mil) millones de dólares, recursos que no se utilizaron en ninguna medida, ni en la recuperación y fortalecimiento de la economía nacional, ni en el mejoramiento perdurable de las condiciones de vida de los trabajadores (sobre todo en materia salarial y seguridad social) y demás sectores mayoritarios de la población. Eso explica el estado de postración de nuestra economía y la pobreza generalizada que hoy padece el grueso de la población venezolana.
Esta es una realidad y una verdad que no admite ningún tipo de réplica honesta. En tercer lugar la persistente actitud de continuar violando los derechos económicos, sociales y políticos (democráticos) de los venezolanos, así como su reiterada negativa a concertar una salida o solución negociada de la crisis venezolana; actitud que no solo ha impedido el levantamiento de las sanciones, sino que ha forzado su endurecimiento.
EL AUTOR es historiador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, co-fundador del partido Liga Socialista y exrector del Consejo Nacional Electoral. Autor de los libros “Legitimación de Poder y lucha política en Venezuela” y “El medinismo, modernización, crisis política y golpe de estado”.