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El imperialismo pintado en la pared #Opinión #EnriqueMeléndezOropeza

El tema del petróleo ya no reviste importancia; puesto que tiene los días contados.

Enrique Meléndez

         Dice la propaganda oficial, que se oye por las radios comunitarias, que el pueblo vietnamita, siendo más pequeño que nosotros, triunfó; lo que significa que a la larga, si le ponemos un poquito más a nuestra resistencia, saldremos victoriosos. He allí la aceptación de una derrota en una forma implícita; es decir: estamos mal y vamos peor por culpa del imperialismo norteamericano, y si tomamos en cuenta que estamos frente a un acto de descarga de nuestra falla al otro y, en este caso, a un fantasma; como lo he venido insistiendo; porque no sólo se trata un concepto, que privó en otras circunstancias, en otro tiempo, como fue la época de la llamada Guerra Fría, y había el “socialismo real”: Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas o “La Cortina de Hierro”; derivada aquella época de la postguerra, y donde el perfil más importante lo ostentaba Rusia, que era donde había fecundado este sistema ideológico, y cuyo ejército había logrado vencer al entonces muy sofisticado ejército alemán nazi; lo que le había dado derecho a Rusia a apoderarse de la llamada Europa Oriental; dando lugar a una aberración geopolítica, como fue el hecho de dividir Berlín con un muro, a propósito también de que Alemania fue separada en dos mitades, en ese reparto de áreas de influencia, que llevaron a cabo Stalin, Churchill y Roosevelt; luego de finalizada la II Guerra Mundial.

Para continuar con lo del sistema ideológico: éste se había convertido en una fiebre en expansión; los postulados marxistas en una conciencia semianalfabeta, en esa primera mitad del siglo XX; cuando la educación no se había masificado de un todo, tenían una gran poder de convicción, sobre todo, en el movimiento obrero, que comenzaba a formarse, a partir de la llamada Revolución Industrial (de lo que se trata es de rescatar los medios de producción en manos de la burguesía); de modo que fue fácil su propagación; gracias, además, a los partidos políticos, que comienzan a organizarse en la década de 1840; siendo muy emblemática la Liga de los Comunistas; emblemática, porque sus dirigentes, entre otros, serán Carlos Marx y Federico Engels; partiendo, además, del muy marxista término del internacionalismo proletario (obreros de todos los países, uníos); de modo que de los centros de producción industrial capitalista, en especial, de Francia e Inglaterra, dicha ideología fecunda en Rusia; de allí salta a China, y aquí es donde viene a salir el caso de Vietnam, si tomamos en cuenta que dichos postulados marxistas también prenden su mecha en el continente asiático; se expanden por todas partes, y que es lo que mueve a EEUU a frenar este fenómeno político-ideológico de carácter totalitario, y que se impone a través de la formación de los llamados ejércitos populares; que fue el caso, sobre todo, de Mao en China, y su famosa Gran Marcha, que le permitió la victoria; como también entra el caso de Corea; países, por lo demás, donde se va a observar también esa aberración geopolítica alemana; porque quedan, asimismo, divididos en dos mitades; mientras que aquí en la América Latina prende el mismo fenómeno en Cuba y de donde viene el castrocomunismo; que fue una amenaza en nuestro continente hasta hace muy poco; cuando lo que tenemos aquí ya es uno huero; es decir, lo que tenemos es un modelo desfasado; pero que le sirve al actual régimen, para sostener esa política suya de Estado, que consiste en mentir.

         Por supuesto, el famoso cerco económico, que le tendió EEUU a la Cuba de Fidel Castro a lo largo de la década de 1960, dio lugar a que éste justificara su fracaso; si tenemos presente, que el modelo comunista venía de hacer aguas en todas partes del mundo; puesto que de lo que se trataba era de un sistema de economía planificada, y no hay nada más incontrolable que la economía; como bien lo demostró la realidad en esos países donde se trató de implantar su régimen de gobierno; empezando por Rusia, donde su produjeron hambrunas masivas, que condujeron a muchísimas muertes, a consecuencia de la misma política de expropiaciones, que impusieron Lenin y Stalin, y las que vino a imitar un Fidel Castro en Cuba; cuyo resultado fue ese éxodo masivo, como el que hemos visto aquí en Venezuela; un país donde vino a surgir ese aventurero, con grandes dotes de encantador de serpientes; que convenció a una ciudadanía muy equivocada y muy envenenada con respecto a la dirigencia política de ese entonces, y así que cuando el castrocomunismo, como hemos dicho, era un fenómeno huero, dicho encantador, sin más otro plan de gobierno, excepto el que le dictaba Fidel, lo vino a traer a Venezuela.

         Además, si bien es cierto que en la letra Vietnam es un país comunista; en la práctica se abrió a la economía capitalista; al igual que China; de modo que en su caso se llegó a hablar en su momento de “un tigre asiático”, y que es lo que estaría lejos de hacer este gobierno; que se maneja, por el contrario, como un narco-Estado. Luego, en Vietnam sí hubo una intervención militar, por parte de EEUU, que vino a reconocer como un error más adelante; mientras que aquí lo que hay son unas sanciones; por parte del hermano mayor del Norte, y obsérvese, que las sanciones tampoco constituyen un cerco económico, que es la vuelta, que le quiere dar el gobierno, a lo que son medidas contra particulares, y las que van desde la anulación de la visa de estadía en ese país, hasta la confiscación de capitales (mal habidos) de los altos funcionarios de este gobierno. En efecto, sobre Pdvsa también pesan esas sanciones, que es nuestra principal fuente de ingreso; el hecho es que Pdvsa tiene acusaciones de lavado de dinero. Por lo demás, Venezuela no interesa hoy en día en la agenda de lo que son los conflictos, sobre todo, para los gobiernos de EEUU. El tema del petróleo ya no reviste importancia; puesto que tiene los días contados, en tanto que materia energética, y, por lo que respecta al narco-Estado, a éste se le mantiene a raya. EEUU prefiere que, como en el caso de Cuba, el régimen termine cocinándose en su propia salsa.

EL AUTOR es escritor y periodista egresado de la Universidad Central de Venezuela y del Instituto de Estudios Superiores de América Latina, IHEAL – Universidad París III. Especializado en economía y política. Redactor del periódico La Razón.

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