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¿Venezuela se arregló? Otra falacia de la dictadura I Opinión I Oscar Battaglini

“En más de un 70% ha caído la actividad agrícola y pecuaria, así como la de la industria manufacturera y del comercio en general (de exportación e importación)”.

Oscar Battaglini

Con la afirmación engañosa “Venezuela se arregló”, no se hace alusión a los graves y endémicos problemas que han determinado el estado de subdesarrollo y pobreza que ha caracterizado históricamente a la sociedad venezolana.

Es decir, no se hace referencia por ejemplo, a los problemas de la más diversa índole (económicos, sociales, políticos y culturales en general) creados por el parasitismo rentístico petrolero, y que han permanecido tejidos a nuestra sociedad por espacio de más de cien años.

Se refiere, entonces, esa afirmación, a la hipertrofia que tales problemas han alcanzado bajo el régimen chavista, particularmente redimensionados bajo su versión madurista; hipertrofia de la que éste atribuye su causalidad a las sanciones impuestas por la Comunidad Internacional.

De acuerdo a esa apreciación maliciosa y tendenciosa de la dictadura madurista, son esas sanciones, en particular las de carácter económico y financiero las responsables de la acentuación de la crisis general que, desde hace ya largos años, atraviesa la sociedad venezolana, y no la pésima dirección económica y política a la que ha sido sometida por estos improvisados.

El “encaje legal” implantado por el Banco Central ha convertido a Venezuela en el único país del mundo carente de crédito bancario»

Se trata como es fácil demostrarlo, de una apreciación falsa puesto que mucho antes de que esas sanciones comenzaran a ser aplicadas, ya eran ostensibles las numerosas manifestaciones de la crisis general que padecemos todos los venezolanos, entre ellas:

1-La debacle de la economía nacional, la cual ha experimentado la pérdida aproximada del 80% de su producto interno bruto (PIB).

 2- La caída abrupta de la producción (de la extracción petrolera nacional, la cual se ha visto reducida de tres millones y medio de b/d, antes de la llegada del chavismo al poder, a 700 mil barriles diarios.

3- La paralización y bancarrota de todas las empresas mineras de Guayana.

 4- La caída de la actividad agrícola y pecuaria, así como la de la  industria manufacturera y del comercio en general (de exportación e importación) en más de un 70% de su capacidad.

 5- La caída de la actividad turística (nacional e internacional) en un porcentaje similar.

 6- La quiebra y desaparición de la moneda nacional.

 7- La dolarización de facto.

 8- La inflación y la hiperinflación más sostenida y más alta del mundo.

9- La implantación de un “encaje legal” por el Banco Central de Venezuela (BCV) que ha convertido a Venezuela en el único país del mundo carente de crédito bancario.

10- La “bodeguización” de la economía nacional.

11- Una deuda externa impagable de aproximadamente 200 mil millones de dólares.

 12-Un Estado quebrado con un déficit fiscal descomunal que lo ha forzado a declararse en situación de impago o default.

13 La paralización de la inversión de capital (nacional y extranjero) debido a la falta de confianza en un régimen forajido, y debido también a la ausencia de seguridad jurídica en el país.

14- La pulverización de los salarios, las pensiones, la seguridad social y la contratación colectiva de los trabajadores y los profesionales al servicio del Estado.

 15- El caos existente (y persistente) en todos los servicios públicos, las deficiencias extremas en el suministro de agua potable de manera permanente; las fallas (los apagones constantes) en el sistema eléctrico nacional; la escasez de gas doméstico, de gasolina, de diesel, etc; la destrucción de la red hospitalaria nacional; la paralización del sistema de enseñanza-aprendizaje a todos los niveles y a escala nacional.

16- El carácter exponencial asumido por el desarrollo de la pobreza, cuyo registro da cuenta de que aproximadamente, el 96% de la población venezolana califica para ser incluida en alguno de sus rangos.

17- La emigración de más de 7 millones de venezolanos que se han ido del país huyendo de la crisis humanitaria provocada por las políticas neoliberales (propias del capitalismo salvaje) puestas en práctica por la dictadura madurista.

18- La involución que se ha producido en el proceso democrático que se venía dando en el país (en mayor o menor medida, con sus altibajos) desde el 23 de enero de 1958. Hoy, de manera contraria, el país aparece gobernado por una camarilla de aventureros (civiles y militares) que tienen la clara intención de perpetuarse dictatorialmente en el ejercicio del poder, lo que hace que haya desaparecido del sistema político venezolano la práctica de la elección libre de los gobernantes y la alternabilidad en el uso de ese poder.

 19- La anulación de la independencia de los poderes públicos (supresión de la democracia) así como la instrumentalización de los mismos para el afianzamiento de la dictadura. Esta aberración político-institucional está plenamente ejemplificada por el TSJ, el Poder Ciudadano (compuesto por la Fiscalía, la Contraloría y la Defensoría del Pueblo) y el CNE, poderes que aparecen bajo el control omnímodo (al mejor estilo Chávez) del Poder Ejecutivo madurista.

En ese compendio de males que hemos registrado hasta aquí, está dibujado a grandes rasgos el cuadro de la sociedad venezolana que se ha formado en el curso de las más de dos décadas continuas que la usurpación chávezmadurista tiene en el poder.

Quedaron pulverizados los salarios, las pensiones, la seguridad social y la contratación colectiva de los trabajadores al servicio del Estado»

La evidencia que salta a la vista, es que ni uno sólo de esos rasgos ha sido cambiado o modificado siquiera por la dictadura madurista; lo que quiere decir que no existen hechos ni razones que permitan convalidar la afirmación echada a rodar por el aparato propagandístico de la dictadura, en el sentido de que “Venezuela se arregló”. A diferencia de lo que se quiere dar a entender con esta afirmación, lo que se observa en realidad, es la permanencia sin cambios de todos los contenidos aquí señalados, bien porque la ineptitud y la falta de medios no le permiten a la dictadura madurista mejorar la situación socioeconómica existente, o bien, porque no tiene interés de marchar en una dirección distinta, o que no se corresponda con su determinación autocrática de perpetuarse en el poder.

EL AUTOR es historiador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, co-fundador del partido Liga Socialista y exrector del Consejo Nacional Electoral. Autor de los libros “Legitimación de Poder y lucha política en Venezuela” y “El medinismo, modernización, crisis política y golpe de estado”.

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