, , ,

EXTRAÑAS ALIANZAS I ¿Amor habanero por la Reina Isabel?

Un gobierno supuestamente antimperialista como el de Díaz Canel en Cuba, decretó duelo oficial por la muerte de la Reina Isabel de Inglaterra. Insólito. Aquí no vale business is business. No hay chicharrón ni transferencia financiera que justifique tanta plañidera

Julián Rivas

Jorge Washington para muchos fue el que prendió la chispa que dio inicio a la Guerra de los Siete Años. Pareciera que en La Habana no leen y menos interpretan El Siglo de las Luces, de Alejo Carpentier. Sin la ayuda de Francia y España Jorge Washington hubiera sido colgado por los ingleses, le dijo Víctor Hugues, miembro del Directorio de la Revolución Francesa, a Esteban, muchacho cubano, primo de Sofía, la novia de Hugues.

En 1754 Washington fue el jefe de la patrulla inglesa que atacó territorio francés por los lados del río Ohio y vinieron siete años de guerra casi global que concluyo en 1763 con el primer Tratado de París. Entre otras consecuencias, Francia dejó el Canadá para los ingleses, la tragedia de los acadianos y quebecois. Pero recuperó Martinica y Guadalupe. Se llamó cambio de nieve por azúcar. La aliada de los franceses, España, perdió las Floridas, Menorca,  y en compensación le dieron  la Louisiana. También recuperó las ciudades de Manila y La Habana que habían caído en manos de los ingleses.

Durante once meses, casi un año, La Habana fue tomada por Inglaterra. Para recuperar esa ciudad España le cedió toda la Florida a los ingleses. Pero pareciera que un mal pájaro o una cuaima dejó incubados unos huevos. Como si un atavismo o cierto determinismo guía las acciones humanas. No hay otra manera de explicar como es que un gobierno supuestamente antimperialista como el de Díaz Canel en Cuba, pueda decretar duelo oficial por la muerte de la Reina Isabel de Inglaterra. Insólito.

Aquí no vale business is business. No hay chicharrón ni transferencia financiera que justifique tanta plañidera por la muerte de la Reina de Inglaterra. Bertrand Russell decía que no se justifica que un anciano no se resigne a la muerte. Eso es antiguo. Las filosofías de la India ya lo advierten.

Venezuela debe ponerse en guardia. ¿Países del Alba con anglomanía? En varios el Jefe de Estado es quien lleve la monarquía en Londres. ¿Con que se come esto? Ian Buruma dice que hasta Voltaire se dejó seducir por Inglaterra. Pero, repito: en su famoso libro Colapso, Jared Diamond advierte que hubo sociedades que desaparecieron, entre otras razones, debido a las malas alianzas.

¿Amor habanero por la reina? Si las causas son de hoy habría que ver sus motivaciones. ¿Intereses económicos? Chicharrones. Quizás los nervios financieros de Londres le faciliten a la isla transacciones internacionales.

Ahora uno no sabe cómo se puede condenar a un imperialismo «malo,» el yankee y declararse en duelo por la muerte de la reina de un imperialismo «bueno», el inglés. No hay teoría política que explique esto cabalmente. Es triste.

¿Cuál es la lección que debemos tomar los venezolanos? Primero, que si las alianzas se dan a partir de los intereses, primero que todo debemos tener claro cuáles son los nuestros.

Venezuela debe revisar la política de alianzas. Siempre ha sido sospechoso ese silencio de Cuba sobre la descolonización, que es mandato de Naciones Unidas»

Llamo a pelar los ojos al que tenga ojos.  Pero escribo para que al menos me lean en el futuro. Reino Unido y Países Bajos deben irse de América. Aquí debe llegar llegar algún gobernante que le diga al anglosajón ¡Go Home! Venezuela debe exigir mas temprano que tarde que le devuelvan Aruba; Curazao y Bonaire, que en mala hora de 1648 España cedió a Países Bajos. A Inglaterra hay que exigir que devuelvan el Esequibo. Al Reino Unido y Estados Unidos que tutelan Guyana.

Curioso lo de Cuba. Actúa como esa gente que hace pública la hasta el momento desconocida relación con el difunto. Eso ocurre. Es asunto de La Habana seguir con sus malas juntas. Ese es su problema. Pero Venezuela debe revisar la política de alianzas. Siempre ha sido sospechoso ese silencio de Cuba sobre la descolonización, que es mandato de Naciones Unidas. Ah, no olvidemos que no habla de nuestro reclamo del Esequibo. ¡Que manera de hacer patria grande!

Voy a citar a mi abuelo, Julián Figueras, de los Figueras de Río Caribe. Una rama de su familia llegó a América en esas oleadas de catalanes que hicieron comercio y fueron llamados a industrializar el Oriente que iba del Caribe al río Amazonas y del río Manapire al Atlántico. Tras veinte años de exilio en Trinidad porque le rebanó el pescuezo a un comisario gomecista, arruinada su familia por los gomecistas, mi abuelo nos enseñó el valor trabajo y que la pobreza debe llevarse con dignidad. No arrastrarse ante nadie. Pueden creer que yo soy pendejo, pero yo no soy pendejo, era su juicio.

EL ACTUAL CARLOS III en la Plaza de la Revolución en La Habana, durante una visita oficial a Cuba, en el año 2019.

 Venezuela tiene que dejar de parecer pendeja. Como muchos temen que el petróleo llegue a doscientos dólares el barril, ya nos llegan los cantos de sirena. El nuevo presidente de Colombia pide a Venezuela volver a la Comunidad Andina. La cual acepto. Eso es asunto serio. Chivo que se devuelve se esnuca. En vez de convocarse a un cuerpo de analistas políticos, a economistas, para la revisión de documentos de política exterior, para exigir que Colombia devuelva sin condiciones a Monómeros, que derogue sus maléficas disposiciones que afectan nuestra moneda, el bolívar, hemos actuado como muchachos dispuestos a enamorarse, con lo cual se pierde la objetividad y cedemos ante juegos emocionales, pasiones, y engaños. Vamos a leer poesía en Cúcuta y San Cristóbal. A bañar de buenas intenciones la frontera. Esto si es vaina.

Cuidado salen preñados de ilusiones. ¿Quién traga más? Esa es otra cosa que se exacerba con la apertura de la frontera. La codicia rompe el saco. Se confunden negocios con desarrollo económico. Hemos visto mucha gente frotándose las manos por las propuestas del gobierno de Petro, por los miles de millones de dólares del negocio binacional. Esos ven guarismos. Son los poderes fácticos. Se lucran con la combinación de economía sumergida, contrabando y desregulación del Estado. Por eso se mueven.

Caramba, quería escribir sobre el anglosionismo en Brasil y sus orígenes calvinistas. Es que en RT, televisión rusa, no se explican por que Bolsonaro decretó tres días de duelo en Brasil tras la muerte de la reina de Inglaterra.

Expondré sobre estos asuntos.  Sera en la próxima o en dos publicaciones en una. Tras los pasos de Kissinger, una parte es historia de la geopolítica americana y otra es una crónica de Valera y Motatán con mi perro Kissinger como referencia.

Pero increíble Petro. Parece mensajero de Washington. Un celestinaje que no es adecuado en un ex guerrillero. Calla ante el imperio y sus bases militares. Es mezcla de Santander, Marcos Fidel Suárez y Alberto Lleras Camargo. También pidió a Venezuela volver a la OEA. Cualquier día de estos nos pedirá que ingresemos en la OTAN.

Es curioso como aborda lo de Monomeros. Un asunto impersonal. «La cámara de comercio de Barranquilla decidió», se oye. Es decir, parece que Petro no sabe. En Argentina pasa igual: el avión de Emtrasur lo retiene un tribunal.

Parece que el robo a Monómeros no tiene explicaciones y menos culpables. Guaidó anda de candidato presidencial. Nadie lo toca. Y Petro garantiza que a Julio Borges nadie lo toca en Colombia.  Vamos a pensar que Monómeros y Citgo fueron robados por quien se robó el gallo de Caripito.

Era un gallo con cuarenta peleas ganadas. El viejo había hecho centavos con él. Todos lo reconocían como exitoso. Una mañana el viejo fue a cuidar el gallo de sus ojos. Miró su jaula y no estaba. Auscultó el patio y reconoció la ausencia. ¡El gallo! Todos corrieron desde la cocina. El miedo se hizo colectivo. Me robaron el gallo. El grito llegó a casas vecinas y todos e fueron asomando a la puerta. Buscaban explicaciones. Ya al mediodía el viejo estaba convencido de un robo casi perfecto. Le vino a la mente la idea que tanto acarició: que el gallo durmiera dentro de la casa. Pero su mujer repudiaba las plumas y la mierda de gallina.

Pasaron tres días y la policía perdió interés en el caso. El viejo estaba mortificado. Desestimó las veces que algún nuevo rico quiso comprarle el gallo y cuantas veces no fueron a llevarle pollas para sacarle crías al gallo. Ahora se sentía solo, de soledad de gallo y abandonado por la gente. Había ofrecido pagar a quienes andaban de arriba a abajo y trajeran algún dato  Nada firme que lo llevara al gallo. Las esperanzas se desvanecían como si fueran amores viejos, perdidos en años. Llegó un momento que pensó en llamar a un amigo en Güiria para asegurarle la cita con un brujo de la localidad. Y lo hizo. Al menos debía saber quién le robó el gallo.

Al otro día para Güiria. Esos días no dormía bien. Se levantó a las cuatro de la mañana. A las cinco lo buscaría el carro. Con un café encima pasó antes de las siete por La Vuelta de la Burra en Carúpano. Y a las 8 y media entraba en Güiria. Ya a las nueve se sentó delante del brujo. El hombre conocía el asunto y de inmediato le dijo:

«El que le robó el gallo va a pasar por la puerta de su casa a las 12 de esta noche». Fue suficiente. El viejo retornó de inmediato a Caripito. Se sintió extraño. Tanto que le gustaba ver los movimientos de botes y barcos en el puerto, oler la brisa marina, comprar en el mercado, llevar a casa curri, masala y picante trinitario, comer una grasienta empanada de cazón. Nada.

Poco después del mediodía estaba en Caripito. Habló y comió poco. A las siete de la noche arrastró una silla en la puerta de la casa. Con un machete al lado. Todos le vieron el ánimo de venganza y no salieron a la calle.

En efecto, a las 12 de la noche vio arrastrarse algo que salió de un patio frente a la casa. Fijó los ojos, machete en mano y cara de sorpresa: Era un yaguare, que es como en Oriente llaman al rabipelado, el roba gallinas, el ladrón del gallo.

EL AUTOR esescritor y periodista egresado de la Universidad Central de Venezuela, conferencista y analistinternacional de Telesur TV.

https://larazon.net/category/julian-rivas/