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Solo el país chavista está feliz I Opinión I Humberto González Briceño

La nueva normalidad que busca afanosamente el chavismo está montada sobre un país destruido con la complicidad pactada entre chavistas y falsos opositores para atacarse retóricamente sin hacerse mucho daño.

Humberto González Briceño

Continúa la perversa campaña mediática para posicionar la idea de que Venezuela bajo el régimen chavista, milagrosamente, experimenta  una inusitada recuperación social y económica. Solo un milagro, de esos que ya no se ven, podría explicar que sin industrias, sin comercio establecido, con una economía destruida movida por el narcolavado, el contrabando y los mercados negros Venezuela se esté de verdad recuperando. Sin embargo, un 90% de venezolanos condenados a vivir en condiciones infrahumanas son la mejor refutaciones esa campana que avanza bajo los auspicios del régimen chavista y su falsa oposición, ambos interesados en que bajo un espejismo de felicidad la gente se anime a votar en las elecciones del 2024 que de todas formas serán en el 2023.

No hay tal milagro económico porque sencillamente la recuperación de la que hablan no existe, ni podrá existir mientras continúe el régimen chavista. La circulación masiva de dólares en Venezuela es la respuesta frente al descalabro del signo monetario nacional. El bolívar en todas sus versiones ha perdido tal valor que muy pocas personas lo usan para sus transacciones. El origen de estos dólares que hoy circulan en Venezuela para la compra y venta de bienes no puede ser atribuido a una economía productiva y establecida sino más bien a la gigantesca operación de narcolavado que opera en Venezuela con el apoyo de un régimen chavista urgido por mejorar su flujo de caja.

Pero el hecho comprobado del aumento de la circulación de dólares en Venezuela no es suficiente para argumentar que se trata de una recuperación económica que en sus valores fundamentales sigue estancada. ¿De qué sirven esos ríos de dólares circulantes sin empleo, sin producción, sin comida y con una población que mayoritariamente está condenada por el chavismo a vivir de la mendicidad? Sin embargo, los epígonos del chavismo y la falsa oposición siguen repitiendo el mismo mantra hasta el cansancio…hay inexplicables signos de recuperación económica y los venezolanos están sorpresivamente felices…aunque todo sigue igual o peor. 

Uno de los agentes dobles que sirve con fervor tanto a los intereses del chavismo como a los de la falsa oposición es Luis Vicente León y su encuestadora Datanálisis. Esta encuestadora y León como su principal vocero siempre están preparados para mostrar unos números que justifiquen la narrativa que se quiere vender según sea el caso. La etiqueta de “analista” y “encuestador” parece darle a Luis Vicente León los poderes extraordinarios para ver el futuro y hacer predicciones respaldadas por números de cuestionable procedencia que siempre terminan destrozados por la realidad.

En una de sus presentaciones habituales León de Datanálisis aseguraba que “solo el 40% de la población piensa que el país está bien o muy bien”. Este es el tipo de producto que “analistas” como Luis Vicente León ofrecen por igual tanto al chavismo como a la falsa oposición porque según como se lea le servirá a la narrativa de cada uno. Admitir que el 40% de los venezolanos está bien o muy bien es un gigantesco salto con respecto al 2018 cuando según el mismo León un 97% de los encuestados pensaba que Venezuela estaba muy mal. El chavismo no podría hacer menos que celebrar los números de Datanálisis al mostrar ese dramático cambio en la opinión de los venezolanos sin que haya ocurrido nada significativo y sin que ellos hayan experimentado mejoría alguna en sus condiciones socioeconómicas. 

Por su parte la falsa oposición le agradecerá a Luis Vicente León asegurar que la situación está mal, pero no tan mal al punto que desmotive el voto. Se trata de una fina operación de manipulación mediática en la cual se ven satisfechos los intereses tanto del chavismo como de la falsa oposición.

Estamos a punto de transitar hacia una nueva fase en la cohabitación entre el chavismo y la falsa oposición. Es una situación donde el país está semidestruido pero ambos factores políticos coinciden en tratar de ocultar la realidad para que de alguna forma más gente se anime a votar en el fraude electoral del 2023 bajo la falsa ilusión de un cambio político. Estas elecciones no serán más que una ceremonia para refrendar la nueva fase de cohabitación en la que entran el chavismo y la falsa oposición.

La nueva normalidad que busca afanosamente el chavismo está montada sobre un país destruido con la complicidad pactada entre chavistas y falsos opositores para atacarse retóricamente sin hacerse mucho daño. Los únicos que pueden estar felices con esta farsa son quienes viven protegidos en las burbujas del país chavista con acceso a dinero, privilegios y prebendas. Aquí entran, por supuesto, los socios institucionales de la falsa oposición. Solo ellos pueden estar felices. Para el resto de los venezolanos no hay felicidad posible bajo el régimen de la cohabitación, solo lucha, perseverancia y resistencia.

@humbertotweets

EL AUTOR es abogado y analista político, con especialización en Negociación y Conflicto en California State University.

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