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Doctrinas americanas I Palestra I Juan José Monsant Aristimuño

El canciller argentino Luis María Drago (1859-1921) apoyó la negativa Cipriano Castro a pagar la deuda pública externa contraída por gobiernos anteriores.

Juan José Monsant Aristimuño

     Nuestro continente es prolijo en creación de doctrinas jurídicas desde el mismo momento en que se fueron produciendo los movimientos independentistas, cuando aún no se hablaba del derecho,  a la autodeterminación de los pueblos. Una de esas doctrinas surgidas a finales del siglo XIX, quizá las más importante, fue y es la Doctrina Drago.

Llamada así, en honor al ministro de Exteriores de Argentina Luis María Drago, quien en 1902 a raíz del bloqueo naval realizado de Gran Bretaña, Italia y Alemania contra Venezuela, por el cobro de la deuda pública, el nombrado Canciller se opuso y logró imponer su criterio jurídico ante las naciones involucradas.

Eso fue en tiempos de Cipriano Castro quien se negó a pagar la deuda pública externa contraída por gobiernos anteriores.

El hecho es que el canciller Luis María Drago, alegó que no estaba permitido a nación alguna el cobro compulsivo de deudas contraídas por cualquier país americano. En ese momento contrarió la posición de los Estados Unidos alegando que la Doctrina Monroe surgida el 2 de diciembre 1823, no se refería al cobro de deudas sino a cualquier pretensión de colonización territorial por parte de Europa en el continente americano.

Fue allí donde intervino el canciller Drago para razonar su argumentación jurídica y política, logrando convencer a las partes involucradas, lo que dio como resultado la firma del Tratado de Washington (13 de febrero de 1903) entre las potencias agresoras y Venezuela,  representada esta última por el encargado de negocios estadounidense en Caracas, Herbert Wolcott Bowen.

Aunque no puede llamarse propiamente doctrina, los Acuerdos de Paz firmados entre el FMLN y el gobierno de El Salvador en 1992 si pudieran considerarse antecedentes al Acuerdo de Paz firmado por el gobierno de Colombia, las Farc y el ELN en el 2016, que fue más bien una formula negociada para el cese de un conflicto mediante la llamada ”justicia transicional”, que bien pudiera convertirse en doctrina, al asumirse ante la actual escabrosa situación venezolana,  esa dudosa salida de convivencia nacional.

Y ahora,  aparece en nuestro continente lo que pudiere denominarse la “doctrina Proud Boys” o “doctrina Trump”  surgida el pasado 6 de enero de 2021, cuando una multitud de fanáticos supremacistas asaltaron el Capitolio, para desconocer el triunfo electoral del candidato presidencial Joe Biden, y darle continuidad a la presidencia del candidato perdedor.

Dos años después, el 8 de enero del 2023 se repitió la misma acción contra el Palacio de Planalto y las sedes del Congreso y del Poder Judicial de Brasil, por partidarios del expresidente Jair Bolsonaro, quien había perdido la elección ante el candidato Luiz Inacio da Silva (Lula da Silva).

Es como si se aplicáramos sobre la ley y el orden, la sentencia del imaginario popular latinoamericano que podríamos denominar como la “doctrina Juan Charrasqueado”, que si no se gana, se arrebata.

@jjmonsant

EL AUTOR es abogado egresado de la Universidad Central de Venezuela, especializado en asuntos y relaciones internacionales. Exembajador de Venezuela en El Salvador.

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