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Venezuela en los BRICS I Opinión I Julián Rivas

 Nuestra posibilidad de estar en los BRICS es por nuestro potencial energético. Y ahí vemos fallas. Ponen a unos tipos a hacer negocios y se agarran la plata para ellos.

Julián Rivas                                                                                  

Una observación: la política sigue siendo una extensión de la guerra. La guerra de clases. Y la guerra nunca cesa. Ahí tenemos a Fedecámaras, a la chita callando, pero empeñada en liquidar la Ley del Trabajo. ¿Cuántos lo saben? Lo cierto es que algún burócrata llevó a Jorge Roig al Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Llevando chivo pa´ Coro. Y van por más. No descansarán hasta acabar los derechos sociales al menos estampados en la Constitución Bolivariana. Y les parece poco a los prebostes del capitalismo monetarista y globalista. Van por los hidrocarburos que están en el territorio. Y tienen sus piezas para adscribir al país a la OTAN. En eso andan. Son del círculo de Estados Unidos, su moneda y modelo de civilización. Para esta gente los equivocados son los que creen en lo que creyó Chávez: redistribución a través de salarios y precios, principalmente. No creen en nada de eso. Por fortuna, están siendo derrotados en el mundo. La agenda 2030 puede quedar fría. La ONU corre el riesgo de ser un club exclusivo de europeos y anglos, con sus asomados. Veremos.

En esas andamos. Pero existe la posibilidad de cambiar el rumbo del país. Y entrar por un sendero que posibilita la independencia nacional.

Llegó junio. En el Oriente venezolano son buenos días. Mucha lluvia y coletazos de tormentas tropicales. Pero empiezan a madurar los mangos y aguacates. De muchachos salíamos a los campos a recoger los frutos. El que está allá es mío, y encontrábamos. De los tiempos de borrascas pueden salir cosas buenas.

 Así las cosas, mucha gente, la gran mayoría, cree que la independencia de la India  fue obra de Gandhi y Nehru. No, no, no. Esos eran unos adecos. Ahí estuvo la mano de gente decidida que aprovechó el caos de la Segunda Guerra Mundial. Lo mismo pasó en Indonesia con Sukarno y en otros países asiáticos.

El Ejército Nacional Indio fue creado por Subbash Chandra Bose y la firme determinación de la independencia la hizo este señor, de izquierda dura, en medio de la Segunda Guerra Mundial. No le tembló el pulso para debatir con Japón. A fines de la guerra, 1945, su avión se estrelló sobre Taiwán, rumbo a Tokio.

No dude que los ingleses tuvieron metida la mano en esto. Luego Clement Attlle, quien derrotó a Churchill en elecciones, como primer ministro británico,  pidió a Lord Mountbatten, virrey de Birmania, negociar con Gandhi y Nehru, los adecos, manejables, la transición a la independencia de la India.

 Lo cierto es que Chandra Bose fue líder del Congreso Nacional Indio, partido donde también estaban Gandhi y Nehru, muy vacilantes. Y en 1943 Chandra Bose asistió a la Conferencia de la Gran Asia Oriental, también conocida como Conferencia de Tokio. En efecto, un político serio se las juega.

 Salvando las distancias, Venezuela tiene que ser decidida en este tiempo. Porque eso que llaman Occidente, también juega. Cómo será de turbulento este tiempo que algunos esperan que Donald Trump vuelva a la presidencia de Estados Unidos para que invada Iberoamérica y preserve hegemonía del dólar, se apodere de petróleo, mercados de drogas y alinee a la región con el Imperio yankee. Esto lo difunde y lo desea mucha gente que se la da de seria.

Ahora, no siempre lo que pasa es lo que esperan los que concurren a una pugna política o de cualquier otro orden. La Paz de Utrecht fue producto de una serie de circunstancias inesperadas. Las potencias rivales de España aceptaron al Borbón como rey, y este lamentablemente aceptó las condiciones impuestas. Las que hasta cierto punto todavía sufrimos con el contrabando en Aruba y Curazao, con agentes internos, los Andresote.

¿A qué conduce todo esto hoy cuando Estados Unidos pierde hegemonía y Europa no haya en que palo ahorcarse? Primero que todo a ubicarnos en un escenario internacional de cambios y garantizando la soberanía y la independencia de Venezuela.

El debate existe. Hay escepticismo. Y hay quienes quieren seguir luchando, pero limpiando a la izquierda de tanta basura ideológica globalista que le ha infiltrado hasta los pulmones. Por eso la respiración no es fácil

Este es un fenómeno que toca a toda la región. Un amigo lo sintetiza así: «Hubo una captación por los grandes banqueros de la izquierda progre internacional, con la cual desarrollar sus programas de ingeniería social…que incluye destrucción del trabajo e implica flexibilidad total”. Fin de la cita.

¿Que nos toca ahora? Asumir que el mundo cambia, que Europa está derrotada y reconocer, viendo para todos lados, que la riqueza la tiene Iberoamérica.

 Ha ocurrido algo que tiene en ascuas a la oposición pro imperial venezolana. No lo dice pero la tiene asustada. La posibilidad de que Venezuela ingrese a los BRICS, grupo de países emergentes que está cambiando el mundo.

Mire, agarre. No hay que pensarlo mucho. Venezuela debe entrar en los BRICS. Entra por su potencial energético. Pero que entre. Esto es un palo de leña en la espinilla de los europeos, un bate de béisbol contra   el lomo de los gringos y una mano de pilón a la oposición que reside en Miami.

 Claro que esto también sorprende a la pequeña burguesía caraqueña, que no se lo esperaba. Esto es lo que molesta a muchos con Lula. No es asunto de gobierno, es cuestión de intereses para Venezuela. ¿Que los BRICS se ubican en el marco de las luchas de bloques interburgueses? Que carajo, pa´lante es pa´ allá.

Aquí no vale déjame pensarlo, «maybe», «I don’t know». Diga que si porque si no se arrepentirá el resto de su vida, como le advirtieron a Fermina Daza ante una propuesta de matrimonio en el garciamarquiano Amor en tiempos del Cólera.

Pero, no faltan peros. Venezuela en los Brics debe tener clara sus cuentas nacionales. Debe tener ciertos criterios institucionales definidos. Por ejemplo, no puede tener un salario de cinco dólares

¿Usted ha visto a alguien hablando en los medios públicos de la fuga o sequía del ahorro nacional o de indicadores de cómo va la relación capital/trabajo? Pues en los BRICS se analiza esto.

¿Banca privada? Eso como que no existe. Provoca nacionalizarla en la tarde y venderla al otro día. Sin criterios estatolatras. ¿Pero de verdad existe banca en Venezuela? Hasta donde uno sabe la banca estimula la expansión del capital, promueve el consumo, satisface la demanda pública de crédito y de dinero.

 Nuestra posibilidad de estar en los BRICS es por nuestro potencial energético. Y ahí vemos fallas. Ponen a unos tipos a hacer negocios y se agarran la plata para ellos. Otros entregan los estudios sísmicos para saber con qué contamos en materia de petróleo y gas a los «aliados británicos», el imperio que nos roba el 20 por ciento del territorio nacional. Caramba.

Por supuesto que no estamos iguales que Arabia Saudita. Incluso los sauditas se distancian de los gringos y marcan su propio rumbo. Sin ambivalencias. Sin que esté a la vista una pequeña burguesía caraqueña con gustos europeos, esnobista. En fin, una sedicente burocracia con muchas limitaciones, incapaz de comprender que es república y que es federalismo.

Con los BRICS podemos hasta sacar provecho de nuestra ubicación estratégica. Puerta de entrada a Suramérica. Hemos venido señalando que el Eje de la Península de Paria, Carúpano e incluso Araya y Cumaná, la troncal 10 que llega hasta Santa Elena de Uairén será de mayor peso en este siglo que la frontera occidental. Carúpano puede ser un puerto alternativo incluso para Bolivia. En el Caribe. Ya existe un puente sobre el río Negro, y no tardará mucho en hacerse otro sobre el Amazonas. Un tren rápido posibilita sacar productos del corazón del continente hacia otros puertos y mares.

Ah pero las veleidades globalistas de la pequeña burguesía caraqueña nos han llevado a perder tiempo. Y hay que corregir rumbos. No estamos en el Grupo de los 11, pero si apuramos podemos estar en el Grupo de los 12.

La lista de los once fue el resultado del seguimiento del informe de 2003 sobre las economías BRICSA (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y Argentina)», leemos por ahí. ¿Qué países la integran? Los «Próximos Once» son: Bangladés, Corea del Sur, Egipto, Filipinas, Indonesia, Irán, México, Nigeria, Pakistán, Turquía, y Vietnam. Como vemos, muchos de estos países tienen menos recursos naturales y territorio que Venezuela. Aunque la mayoría tiene más población, por el orden de los cien millones de habitantes o más. Pero nosotros no figuramos en lista por relajados e irresponsables. Por no cuidar lo que tenemos.

EL AUTOR es escritor y periodista egresado de la Universidad Central de Venezuela, conferencista y analista internacional de Telesur TV

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