, , ,

Partidarios de María Corina Machado confían en la presión internacional

Cree que está destinada a la presidencia y ya mandó a hacer los uniformes de los mayordomos. Sus adeptos, talibanes de esta tierra firme, son asombrosos

 Julián Rivas

Muchos venezolanos no entienden que la idea de defender a nuestro país no implica defender gobierno. Se trata de defender una nación. Un gran espacio territorial, con excelente fachada en el Caribe. Lo heredamos de España, con mucha sangre regada en los campos de batalla.

Parte de la culpa la tenemos nosotros mismos. Y esta semana se presentaron situaciones que evidencian la necesidad de poner a Venezuela a mirarse en el espejo. A Venezuela desde el exterior la pretenden tutelar, presionar y seducir, con métodos hasta absurdos.

 Enumeraré el asunto para hacerlo más sencillo. Venezuela es una república federal, pero actúa como si no comprendiera que es república y menos qué es federalismo.  Santiago Mariño como que si estaba muy claro en el asunto y por eso insistió en la confederación.

Por lo visto, muchos no entienden lo que sufrió Venezuela para lograr su independencia. Nadie en este continente vivió sufrimiento parecido. Por cierto, pasó otro año sin destacarse que en paralelo a la batalla de Carabobo, José Francisco Bermúdez liberó a Caracas en junio de 1821. En un extraño fenómeno de la historiografía, que se engloba dentro del caraqueñismo, se desconocen las acciones de Bermúdez, héroe de Maturín y defensor de Cartagena.

 Hay venezolanos que actúan como extranjeros. El fenómeno tiene en Andresote un claro ejemplo. El contrabandista estrella de los holandeses, es la mayor referencia de como Holanda nos ha bailado durante siglos. Y hay quienes advierten que José Leonardo Chirinos no está muy lejos de ser epígono de Andresote. Hay que investigar.

Pero caramba, qué curiosa es la figura de María Corina Machado. Y ya empezaron las plañideras: jodieron a María Corina. No señores, ella misma se jodió. Esta señora como que cree que Venezuela es un conuco, y ese conuco es de ella por supuesto. Entra y sale cuando le da la gana, va y negocia con cualquier preboste imperial, pide sanciones y bloqueos contra Venezuela. Ha llamado al enfrentamiento entre venezolanos. Y si la sancionan a ella, se queja ante los organismos internacionales de derechos humanos.

La señora Machado cree que está destinada a la presidencia y ya mandó a hacer los uniformes de los mayordomos. Sus adeptos, talibanes de esta tierra firme, son asombrosos. Ahorita cuchichean en las calles. Mira, ¿qué pasó con tu candidata? Ya no va. Responden: !Ella va! ¿Y cómo? Con presión internacional.

Es que ella es muy disponedora. Se reunió en el salón oval con Bush. Fue de representante diplomática de Panamá a la OEA para sancionar a Venezuela. Firmó el decreto de Carmona y apoyó las sanciones de Donald Trump.                                                                                                                            Así las cosas, esta corte de fanáticos sueña con ejército invasor y que se apriete la tuerca de la presión externa y el bloqueo. Recuerdo al poeta Argenis Daza Guevara en la escuela de comunicación: Profesor, estoy enfermo. Chico, cómo es verdad que Cisneros no se enferma! De la misma manera, como es verdad que Estados Unidos no sufre de presiones. La señora Machado ratificó esta semana que iba a viajar a Estados Unidos para presentar programa de gobierno en Nueva York. Ni que le pongan alambre en la trompa los puercos dejan de hozar. En Oriente dicen josar. En el diccionario porcino, «hozar» es el comportamiento que realizan los cerdos cuando frotan con el hocico en las partes que investigan. Y abriendo zanjas como puerco en chiquero actúan miles de personas, mayoritariamente colombianos, en el parque nacional Yapacana, en Amazonas. Ha actuado la nación para frenar daños al ambiente. Hay venezolanos que se quejan. ONG’s que reclaman violaciones de derechos humanos. Santo Dios. Mire, Venezuela debe reforzar vigilancia, impulsar programas alternativos de desarrollo y ofrecer servicios. San Fernando de Atabapo lleva años esperando la apertura de una agencia bancaria. Igualmente hay que hacer una carretera desde Sanariapo hasta San Carlos de Río Negro y Piedra del Cocuy. Es lo correcto. Se puede impulsar el turismo y se reafirma la soberanía y seguridad de la nación.

El día que se estudie este tiempo histórico, las nuevas generaciones se preguntarán: ¿qué le pasó a esta gente? Y no aprendemos. Esta misma semana también los representantes de CARICOM fueron a ponerle flores al libertador Bolívar en el Panteón. ¿Cómo? Los mismos que desconocen el Acuerdo de Ginebra y apoyan a Guyana en el Esequibo. Los que en 2018 apoyaron la decisión unilateral de Guyana, asistida por corporaciones petroleras, de demandar unilateralmente a Venezuela en la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Si, los que son de la Commonwealth y dependientes de Inglaterra. Pero como somos descuidados en la interpretación de los tiempos históricos y de paso olvidamos rápido, le pelamos los dientes a esta singular derivación civilizacional en el Caribe. ¿Por qué no vemos que estos del CARICOM, semiingleses, que tienen como jefe al rey de Inglaterra, manejan por la izquierda, los representantes diplomáticos entre ellos no se llaman embajadores sino altos comisionados y cantan «Jerusalén, esos pies en la antigüedad,caminan sobre las verdes montañas de Inglaterra».

Nunca nos hemos ocupado de ver el tiempo en que Inglaterra nos robó el Esequibo. Finales del periodo victoriano (Reina Victoria y ascenso de Estados Unidos). Es curioso, antes el canal 5 y el canal 8 tenían unas series de cine y televisión admirables. Hoy repiten “Hechizada” y la “Familia Monster”, parodia de la clase media gringa, advierte un amigo. Hace cuarenta años vi “Capitanes y Reyes” de Taylor Caldwell. Y también vi “Por todo el oro del Transvaal”, que trata la guerra de los boers, holandeses calvinistas y racistas asentados en Sudáfrica y que enfrentaron a Inglaterra. Esa guerra es la primera en la que se dio la retención de población civil en campos de concentración, por parte de los ingleses. Es el mismo tiempo de cuando entra el juez ruso, Martens, a dirimir la larga disputa territorial mediante el Laudo arbitral de París de 1899. Un arreglo, un conciliábulo, dónde se decidió sobre una quinta parte del territorio de Venezuela. ¿No sabrá de esto el Camarada Ralp Gonsalves y toda esta gente de CARICOM?

En efecto, el reparto del mundo fue lo que caracterizó el siglo diecinueve. En 1885 los europeos se repartieron África. En Asia Central, Reino Unido hizo linderos con Rusia. No solamente en Afganistán, sino en tierras de lo que son los actuales Uzbekistán, Kazajstán, Turkmenistán, Kirguistán y cuanto tan exista por esos lados. Hasta el Pacífico. Incluso Rusia dominó Port Arthur, actual Dalian en China, hasta que perdió la guerra con Japón en 1904. Obviamente en ese entonces Rusia y Reino Unido se entendían. Así era en ese tiempo. Incluso fueron aliados en la Primera Guerra Mundial.

El Imperio Otomano, al que Reino Unido se la tenía jurada para acabarlo, como también el imperio persa (actual Irán) y el Imperio Mogol en la India (también de predominio islámico) fastidiaban a Inglaterra y la Rusia de los zares. Eso es la fuente de los cambios «civilizacionales» tal como lo entienden los europeos. Y el objetivo era repartirse tierras y mares entre ellos. Eso hizo Inglaterra con el Esequibo, una papita pelada. En ese tiempo Inglaterra tenía guerra en Suráfrica y en Sudan la rebelión de los madhistas. Les diré algo, Europa nos ve como unos improvisados, país al que pueden influenciar poniendo fichas en el mando. Así ven hoy a María Corina Machado. Incluso hasta los colombianos nos ven como país «papayita». CARICOM nos ve desde una superioridad británica. Es lo real. Lo que toca por nuestra parte, insisto, es revisarnos.  Otra cosa es lo que ahora llaman «duelo migratorio«. ¿Acaso la oposición de la señora Machado no ayudó a sembrar desesperanzas? Y la gente, como no conoce bien el país buscó por fuera «oportunidades de vida». Les tocó abrir una autopista, ya no es trocha, en el Tapón del Darién. Mire, a inicios del siglo dieciséis el Darién lo recorrió Diego de Ordaz. Si Panamá lo presentó como intraficable, fue para no culminar el tramo de la carretera panamericana que le toca en los límites con Colombia. Así bloqueaba la influencia de la guerrilla colombiana y los movimientos migratorios de los propios colombianos .                                                                 

La emigración de venezolanos se hizo para debilitarnos como nación. Al país le succionaron el talento en forma de mano de obra barata. De la misma manera se retiraron las aerolíneas. Lufthansa, la alemana, tenía décadas viajando a Venezuela, con números positivos. Se fueron las aerolíneas de Colombia, Panamá, Argentina, Brasil, España, Estados Unidos, Trinidad. Ahora vuelven con cara lavada y por la orilla. Por lo tanto nos queda reconstruir. La sequía del ahorro nacional ha impactado. Pero hay que hacer. Entremos al Mar Caribe, al que por derecho nos toca. Inglaterra, Holanda y Estados Unidos hacen todo para que no tengamos empresas navieras. Hagamos en la Fachada Atlántica. Hacer de la Misión Sucre una universidad internacional que ayude a muchos compatriotas a culminar sus carreras paralizadas. Se fueron millones de venezolanos, aturdidos, sin idea de lo que iban a encontrar. Si alguien les hubiera hablado de “Una Nación de Desconocidos”, libro de Vance Packard se habrían enterado de que vivir en Norte América no es fácil. Angustia y desolación. La única que al parecer no sabe lo que hace, es María Corina. Increíble. En el debate de calle hay cuadros muy valiosos. Uno de ellos advierte: Venezuela tiene un reto, descifrar cómo los proyectos soberanos son infiltrados y luego traicionados por sus mismos hijos. Agrega que existen fuerzas succionadoras. Así el tractor está en las islas Curazao, Aruba (holandeses) Trinidad (UK) Caricom (UK) y otras islas. Toda una batería de atracción costera, contrabando, extracción de recursos e Importación continua. En Argentina ocurre algo parecido, con Puerto de la Plata. Y los ingleses y holandeses están en esos procesos de economía sumergida; Ataque a la moneda, destrucción del tejido social y económico. Es fundamental identificar la naturaleza de esta situación, pues, la subordinación ideológica está presente. Se riega e implanta en nuestros centros de estudios, de comercio, economía y política exterior. Vamos a ver si aprendemos.          

EL AUTOR es escritor y periodista egresado de la Universidad Central de Venezuela, conferencista y analista internacional de Telesur TV

https://larazon.net/category/julian-rivas/