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Dictadura inicia «Operación caída y mesa limpia»

Elvis Amoroso, hombre de estricta confianza del dictador y «la primera combatiente», exconsultor jurídico de Miraflores y Contralor de facto, sería el nuevo presidente del Consejo Nacional Electoral.

Noel Gómez Herrera

Durante varios días permaneció en la isla de Cuba el teniente, y diputado, Diosdado Cabello Rondón, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, quien se disputa con el psiquiatra Jorge Rodríguez Gómez, presidente de la AN oficialista, la posición número dos en la dirección de la llamada “revolución bolivariana”.

Aunque la visita fue presentada como parte del acercamiento entre el PSUV y el Partido Comunista Cubano (PCC), en medios ligados al alto gobierno ha trascendido que Cabello fue llamado por el gobierno cubano para que presentara un informe detallado de la situación organizativa interna de la organización política venezolana con miras al nuevo escenario electoral originalmente previsto para el año 2024, el cual podría modificarse con un posible adelanto de elecciones para finales de 2023, incluyendo comicios presidenciales, miembros de la Asamblea Nacional, gobernaciones, consejos legislativos regionales, alcaldes y concejales, como primera medida a tomar por el “nuevo” Consejo Nacional Electoral, cuyos rectores serán designados dentro de pocos días por la AN oficialista.

En el escenario de las elecciones adelantadas sugeridas por el gobierno cubano se mantiene la inhabilitación a la inminente candidata de la oposición María Corina Machado, situación que según los cálculos de La Habana será el final de la aspirante presidencial y producirá dispersión electoral de la disidencia y abstención masiva de la oposición. Por su parte Nicolás Maduro anunció, en reunión con la FANB el pasado sábado 12 de agosto, la inmediata activación del “Plan República” para “garantizar el éxito del mejor sistema electoral del mundo”, el cual sería bautizado con el nombre de la difunta expresidenta del CNE, Tibisay Lucena, cuyo nombre también lleva el operativo mediante el cual la dictadura aspira aplicar «caída y mesa limpia» a la oposición y el cual se resume de la siguiente forma:

1.- Descabezar la directiva encabezada del CNE por el historiador Pedro Calzadilla, por considerarla «incapaz y no confiable» para dirigir el proceso electoral que permitirá la reelección (fraudulenta) de Nicolás Maduro, tal como quedó demostrado durante la elección del gobernador del estado Barinas que finalmente quedó en manos de la oposición luego de ser derrotados el gobernador Argenis Chávez Frías, hermano del «comandante eterno» y también el exvicepresidente Jorge Arreaza Monserrat, exyerno del «comandante eterno». Este paso ya se cumplió el pasado 14 de junio.

https://www.vozdeamerica.com/a/venezuela-ocho-rectores-del-cne-que-renunciaron-permaneceran-en-sus-cargos-hasta-sus-reemplazos/7138899.html

2.Designar un «nuevo» CNE, cuyo misión inmediata es convocar a elecciones generales anticipadas. Fechas tentativas: domingo 10 de diciembre de 2023 y/o domingo 4 de febrero de 2024.

Como se sabe, en el año 2009, el oficialismo modificó la legislación electoral y suprimió la disposición que establecía la oportunidad  en la que debían celebrarse los distintos comicios. La derogada Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política señalaba en su artículo 152 que las elecciones debían fijarse «un día domingo de la primera quincena del mes de diciembre del año anterior a la finalización del período correspondiente».

La modificación abrió las puertas para que las sucesivas votaciones se produjeran en momentos distintos al tradicional mes de diciembre. Así ocurrió con las legislativas de 2010, que tuvieron lugar el 27 de septiembre; las presidenciales de 2012 y 2018 que ocurrieron el 7 de octubre y el 20 de mayo, respectivamente, y más recientemente, las regionales del 21 de noviembre de 2021.

Un eventual adelanto de las elecciones presidenciales traería como consecuencia un período de transición entre uno y otro mandato constitucional, lapso que pudiera ser de más de un año, lo cual iría contra toda la lógica administrativa, aunque no supondría una reducción del sexenio del jefe del Estado previsto en el artículo 230 de la carta magna, según lo ha dejado sentado la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en varios fallos en los que ha reiterado que el período presidencial es de seis años y que concluye e inicia el 10 de enero, tal y como manda el artículo 231 del texto fundamental.

De acuerdo a la opinión de los especialistas en el tema, un eventual adelanto de la fecha de la elección sería un claro acto de ventajismo a favor de la dictadura, lo que constituye un elemento de fraude electoral que podría dar motivo al desconocimiento internacional del evento electoral, como ocurrió en las cuestionadas elecciones presidenciales del 20 de mayo de 2018.

El «nuevo» CNE sería designado por la Asamblea Nacional madurista que preside el psiquiatra Jorge Rodríguez Gómez, hermano de la vicepresidenta ejecutiva de la República, Delcy Rodríguez Gómez a más tardar este jueves 17 de agosto.

Entre los postulados como “árbitros” electorales figuran el contralor de facto, Elvis Amoroso, exconsultor jurídico de Miraflores y quien acostumbra regalarle una melodía, de su autoría, a su jefe Nicolás Maduro el día de su cumpleaños. Es el mismo personaje que autorizó las inhabilitaciones a precandidatos opositores Henrique Capriles Radonsky Freddy Superlano Salinas y María Corina Machado Parisca. Se da por descontado que será el nuevo presidente del organismo electoral. También fueron postulados  los diputados del PSUV Julio García Zerpa e Imad Saad, general de la Guardia Nacional Bolivariana Fabio Zavarse, actual rector de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad y comandante de la GNB de 2019 a 2021, el general Franz Calzada Cousin, quien se identifica en sus redes sociales como “bolivariano, socialista y radicalmente chavista” y el coronel activo del Ejército Carlos Enrique Quintero Vivas, actual rector suplente y director de informática del CNE, quien dice rendirle cuentas de su gestión electoral, únicamente y de manera exclusiva, al Ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino López.  El régimen madurista también postuló al ex ministro de Educación Universitaria César Trompiz, a la actual secretaria de la AN, Rosalba Gil y al director del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), Gustavo Vizcaíno. Se estima que de los cinco rectores principales, la dictadura le dejará una posición a la Plataforma Unitaria de Venezuela (PUV) que podría ser el exrector Enrique Márquez Pérez (exUNT) y otra posición para el llamado “sector Alacrán”, que podría ser el exdiputado Conrado Pérez (ex Primero Justicia), dirigente del partido Primero Venezuela que encabeza el candidato presidencial José Brito. De los diez suplentes habría una cuota similar para ambos sectores de la oposición.

ELVIS AMOROSO, exconsultor jurídico de Miraflores y Contralor de facto, sería el nuevo presidente del Consejo Nacional Electoral.

Ya es costumbre, que Amoroso le dedique «una bella melodía» a su jefe Nicolás Maduro, el día de su cumpleaños:

3.-Ratificar las inhabilitaciones de los precandidatos opositores Machado, Capriles y Superlano, a pesar de las mediaciones internacionales hechas por el Reino de Noruega, la Unión Europea, el Presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego y el «Grupo de Boston», integrado por parlamentarios del Partid Demócrata, de Estados Unidos.

4.-Eventual paralización, por parte del Tribunal Supremo de Justicia, de la elección primaria de la oposición convocada para el venidero 22 de octubre, si la Comisión Nacional de Primaria que encabeza el decano de la Facultad de Derecho dela Ucab, José María Casal, insiste en aceptar la participación de precandidatos «inhabilitados», lo que sería interpretado como un desconocimiento de la autoridad, un relajamiento de las normas y una alteración del orden público, tal como ya lo anunció el comandante de la GNB, mayor general Elio Ramón Estrada, en reciente alocución al país. Se estima que la medida provocará total dispersión y llamado a la abstención en el electorado opositor, tomado en cuenta que la candidatura presidencial podría recaer, «por consenso», en manos de algún dirigente «opositor» cercano al régimen de Maduro, tal como podría ser el actual gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales Guerrero o el excandidato presidencial copeyano Eduardo Fernández Jiménez.