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Venezuela debe dialogar con EEUU

La historia muestra claros ejemplos de que el imperio es experto en la creación de malas reputaciones mediáticas y que extermina a sus propios empleados cuando dejan de serle útiles

 


Jesús Silva R.

Frecuentes cambios en la cabeza del Ministerio de Comunicación e Información de Venezuela nos conducen a la interrogante sobre si en efecto se está instrumentando una política planificada de comunicación nacional e internacional o si se ensayan acciones cortoplacistas sin un plan mediático a mediano y largo plazo.

Diariamente aquí se habla de un “imperio” pero rara vez se plantea la construcción colectiva de una política comunicacional estratégica para combatir la mala propaganda que desde el norte se dispara contra Venezuela. Por allá se difunde que nuestro pueblo es ignorante y jalamecate de dictadores, y se dice que nuestro gobierno es corrupto, hambreador y violador de recursos humanos.

En este contexto, urge analizar los contenidos de “American Mainstream Media”, es decir, los grandes medios de comunicación estadounidenses en las pantallas de la globalización. En efecto, las televisoras CBS, NBC, ABC, FOX y CNN, al igual que prensa escrita como “The Wall Street Journal”, “USA Today”, “The Washington Post”, “The New York Times” y “Los Angeles Times”, entre otros, a fin de lanzar la contraofensiva mediática venezolana.

Pocos revolucionarios venezolanos sin investidura gubernamental, hemos podido dirigirnos al mundo desde medios públicos y privados de EEUU para defender a la Revolución Bolivariana. Nuestra propuesta hoy es exigir más espacio reclamando derecho a réplica dentro del propio territorio estadounidense a fin de romper el esquema de manipulación mediática que se aplica sobre ese extenso conglomerado social al hacerle creer que Venezuela atraviesa un escenario político y económico de barbarie como en la película “el planeta de los simios”.

Creemos totalmente inconveniente romper relaciones con EEUU y dedicarnos a gritarles “imperialistas, yanquis, gringos, invasores, genocidas, go home”; lo que proponemos es más bien penetrar sus estructuras alzando las banderas de democracia y libertad de expresión para hablarle al pueblo de a pie en EEUU. De lo contrario, el senado de EEUU, la cámara de diputados, la DEA, el FBI, la CIA y Obama podrán cometer peores agresiones contra Venezuela y el pueblo de EEUU lo va a apoyar porque las falacias del imperialismo son publicitadas y gozan de popularidad. Solo nuestra contraofensiva mediática venezolana podría cambiar esa situación.

Quienes desde niños conocimos el idioma, la doctrina, cultura y las instituciones gringas sin caer en su lavado cerebral, no subestimamos la gran influencia de sus agencias informativas y su capacidad para internacionalizar rápidamente sus mentiras. De allí que sea fundamental alertar sobre la esencia de su fórmula mediática en la exitosa satanización de los gobernantes opuestos a su interés geopolítico y el modo de provocar crisis para derrocarlos.

En la Casa Blanca, el control de la opinión pública es la clave para justificar invasiones, bloqueos y todo tipo de agresiones contra quien pretenda independizarse de la dominación extranjera; aquí no nos referiremos a los verdaderos líderes revolucionarios, sino a un reciente grupo de mercenarios que fueron pagados por el Imperio y luego crucificados por éste.

La historia muestra claros ejemplos de que el imperio es experto en la creación de malas reputaciones mediáticas y que extermina a sus propios empleados cuando dejan de serle útiles. Sus medios trabajan a diario para convencer al mundo de que los dirigentes que no obedecen a EE.UU. son siempre dictadores caníbales que violan derechos humanos, terroristas narcotraficantes que fabrican armas de destrucción masiva o desquiciados excéntricos que deben ser eliminados para salvar la democracia.

En estas circunstancias, Venezuela debe retar al imperio a un gran debate mediático internacional cara a cara y sin insultos. Que vengan a Caracas ellos y vayamos a Washington o a Miami nosotros. Que el mundo vea y bienvenido sea el debate público. Si alguien se niega a debatir, que sean los imperialistas, no los revolucionarios venezolanos. Que el mundo compruebe quiénes son democráticos y quiénes no. En la página web de “La Razón” está el video de mi participación en la televisora América TeVe con sede en Miami donde fui entrevistado por el cubano anticastrista Juan Manuel Cao en EEUU hace pocas semanas. Gracias Obama al permitir que un marxista venezolano entrara a tu territorio y criticara a tu gobierno en tv pública y privada sin mandarlo a Guantánamo. Por ahora.

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