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La dictadura de facto

Nicolas Maduro y Diosdado Cabello

El autoritarismo y el despotismo caracterizan al ejercicio del poder chavista


Oscar Battaglini

En Venezuela se ha venido imponiendo de hecho un orden político dictatorial sui generis. Hacemos esta distinción porque en nuestro país no se ha producido ni un golpe de Estado clásico ni ha tenido lugar una guerra de la cual haya derivado un régimen dictatorial que se haya apoderado del poder. Son diversos los indicadores que sustentan esta afirmación:

1.- La creciente militarización que se ha operado en los poderes públicos y en la vida del país en general, es dable pensar que -en buena parte- se debe a la tendencia que estos regímenes desarrollan al dotarse material y simbólicamente de los signos inherentes a la violencia (sugerida y explícita) en tanto que expresión del poder y como mecanismo para la sustentación y perpetuación de ese mismo poder amenazante que atemoriza y disuade. Ese es el papel múltiple que el oficialismo le ha asignado a la fan chavista desde que fuera fundada por el creador del sistema político vigente. Pero, hay más. Además de esos males, el militarismo en Venezuela no sólo se ha constituido en la ideología y en la orientación política básica del régimen imperante, sino que ha venido copando tanto la dirección de la economía nacional, como el control de las aduanas del Seniat, de los puertos y aero puertos, del aparato massmediatico del Estado, los organismos de identificación, de las policías, etc.

2.- La manera autocrática (cesarista) como Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, la dupla presidencial que nos desgobierna, se conducen en el ejercicio del poder. Para estos dos individuos, al igual que para el fundador del sistema no existe ninguna normativa, sistema de leyes o constitución que pueda regular o limitar su “acción de gobierno”, puesto que lo que prima en todo esto es la voluntad omnímoda y nada más. Por eso no hay planes que guíen ese accionar, ni ninguna previsión en correspondencia con un determinado orden de las cosas etc. Eso es lo que explica que el chavismo oficial siempre haya pasado de una cuestión a otra sin haber terminado la anterior, y el que su práctica este regida por la contingencia y la improvisación permanentes, sobre todo a lo concerniente a las imposiciones dictatoriales.

3.- El autoritarismo y el despotismo que caracterizan al ejercicio del poder chavista.

Como se recordará, Chávez y el chavismo llegan al poder ofreciendo no sólo mejorar las condiciones de vida de las mayorías populares, sino también una democracia lo más completa posible, y terminó, tanto él como sus sucesores, imponiéndonos una situación social que claramente evidencia todas las características de una calamidad pública y un orden político que no dudamos en calificar de dictatorial por su naturaleza altamente militarizada, despótica y autoritaria. Algunos ejemplos que ilustran perfectamente esta afirmación son: la violación sistemática de la Constitución, lo que la ha convertido en una simple referencia formal que le sirve al ejecutivo para intentar justificar determinadas actuaciones, por lo general irregulares, las arbitrariedades fundamentales del CNE; las expropiaciones de activos privados sin que medie el correspondiente juicio; la usurpación por parte del ejecutivo de poderes que son propios del legislativo y el judicial. El servilismo que el ejecutivo le ha impuesto al resto de los poderes públicos; la proscripción del derecho de expresión e información; el encarcelamiento arbitrario de dirigentes políticos de la oposición, del mismo modo el encarcelamiento y destitución de funcionarios públicos designados mediante elección popular (diputados, alcaldes, etc); el uso abusivo del aparato massmediatico del Estado y de todo el sistema radioeléctrico; el decreto represivo del ministro de la Defensa Padrino López; las razias represivas practicadas por los cuerpos policiales y la fan chavista en las barriadas populares y en la frontera del estado Táchira con Colombia; La represión salvaje del año pasado; la corrupción de la justicia, los estados mayores cívico-militares, etc.

4.- La dependencia a la que han sido sometidos por el ejecutivo todos los poderes públicos. Esto ha dado lugar a un creciente proceso de institucionalización de esos poderes, lo que los convierte en meros mecanismos al servicio de los intereses y de los mandatos de los dos autócratas que se reparten el poder, lo controlan todo y deciden de modo autoritario.

5.- La prescripción del derecho de expresión e información. Esto es, a no dudarlo, la interdicción civil de mayor significación que el chavismo oficial le ha impuesto a la población venezolana. En este sentido, puede afirmarse sin exageración alguna, que en nuestro país se ha establecido un régimen político regido por una curiosa especie de pensamiento único que se transmite las 24 horas del día por el descomunal aparato massmediático de propaganda de dicho régimen. La información que existe a este respecto es muy elocuente; veamos:

El hecho mismo de que los medios públicos se triplicaran durante los últimos 12 años, es una cuestión que habla por sí sola. Esto ha hecho que el chavismo oficial haya pasado a controlar aproximadamente el 80% de los medios de comunicación, tanto en la radio y la TV como en la prensa escrita. Para ser más precisos revisemos cada uno de estos rubros:

TV: Canal 8, Canal de la Asamblea, Vive TV, Ávila TV, La Tele, Telesur, el canal de la fan chavista, Globovisión, Colombeia TV, TV Conciencia, Pdvesa TV; etc.

Radio: Radio Nacional de Venezuela (con más de 72 emisoras de radio en todo el país, el circuito YVKE Mundial con 4 emisoras a nivel nacional, el sistema nacional de medios comunitarios, de medios escritos y radioeléctricos, etcétera. Prensa escrita: Vea, Correo del Orinoco, Ciudad Caracas, Últimas Noticias, El Universal, El Mundo Economía y Negocios, etcétera.

El resultado de toda esta situación ha sido un cierre comunicacional que determina que sólo circule y se conozca la información cifrada y manipulada por el aparato de propaganda del régimen dictatorial imperante en la práctica. Esto es lo que explica las enormes dificultades con la que tropieza la opinión disidente de país, ante la necesidad que tiene de expresarse, cuestión que cuando se consigue se ve sometida a represalias, algunas de ellas pero que en la mayoría de los casos son impredecibles.

6.- La detención y el enjuiciamiento arbitrarios por supuestos delitos políticos.

Dentro del marco de las políticas de represión e intimidación en contra de la disidencia y los opositores, particularmente la manera como esto se produce no puede menos que recordar los procedimientos represivos que fueron aplicadas bajo las dictaduras de Castro, Gómez y Pérez Jiménez. Especialmente bajo las dictaduras de Castro y Gómez, bastaba sólo -como en la época de la “Santa” Inquisición- que alguien acusara a otro de ser enemigo del gobierno o que se formulara algún pronunciamiento público en contra del mismo, para ser detenido y confinado en alguna de las tenebrosas mazmorras (que tenían su referente más cercano en la colonia) siendo sometido a suplicios indecibles que por lo general conducían a la muerte del inculpado. Véase a este respecto: Memorias de un venezolano en la decadencia de José Rafael Pocaterra. Con Pérez Jiménez fue igual sólo que ahora el escenario eran los calabozos de la Seguridad Nacional. Véase: Se llamaba SN de José Vicente Abreu. Bajo el chavismo, las cosas no son muy diferentes, basta con que un “patriota cooperante” te señale o te acuse de conspirador o de estar en connivencia con paramilitares colombianos para que seas objeto de todo tipo de atropellos policiales y al mismo tiempo sometido a juicio militar, no obstante la condición civil del indiciado.

7.- La liquidación de la estructura sindical de los trabajadores y el desconocimiento autoritario de sus derechos laborales.

No es por casualidad que los trabajadores son en nuestro tiempo las primeras y principales víctimas en el momento de instaurarse en algún lugar del planeta un régimen militarista, autoritario y dictatorial como el que desgraciadamente tenemos posicionado entre nosotros. Expresión concreta de lo señalado, son entre otros los siguientes rasgos: 1.-La precarización del salario, de las condiciones generales de trabajo y de la distribución del ingreso nacional entre los trabajadores y los dueños del capital. 2.-La destrucción de los organismos propios (centrales y sindicatos) de la defensa de los intereses y derechos de los trabajadores. 3.-La negativa del Estado chavista, propietario de los activos fundamentales de la nación (petróleo, minerales, empresas básicas, etcétera) a contratar con los trabajadores y a respetar sus derechos inherentes. Estas son las razones por las que la inmensa mayoría de la masa laboral venezolana no milita en las filas chavistas. Es previsible que esa posición se haga presente en las elecciones parlamentarias del 6/1215, como una contribución de gran significación en la realización del objetivo de echar a la anomia chavista del poder.