, ,

Los mensajes del 6D

Los mensajes del 6D

Decidieron mantenerse en los vertederos de la arbitrariedad y el terrorismo de estado y declararle la guerra nada menos que a la voluntad popular, en nombre de una “revolución” que nunca fue


Rubén Osorio Canales

Nadie en su sano juicio podía pensar que este régimen aceptaría ningún resultado electoral adverso y, mucho menos, uno que le diera mayoría calificada en la Asamblea Nacional a la oposición. Por eso los derrotados fascistas del 6 de D, conscientes de que tienen mucho que temer y perder, decidieron mantenerse en los vertederos de la arbitrariedad y el terrorismo de estado y declararle la guerra nada menos que a la voluntad popular, en nombre de una “revolución” que nunca fue.

Una cúpula como la del régimen, insaciable de poder, con una fobia manifiesta hacia la democracia, no solo se niega a aceptar la pérdida de poder que significó el 6 de D, si no que decidió tomar una actitud golpista y obstruccionista, a sabiendas de que en un clima de intolerancia, revanchismo, pugnacidad ideológica, posturas populistas y saboteo, no se puede emprender la reconstrucción a fondo que necesita Venezuela después de diecisiete años, de un régimen dedicado con furia, a su destrucción. Eso no le interesa.

Y es que el régimen no termina de entender que la masiva votación del 6 de D tiene mensajes muy claros, tanto para el régimen, como para la oposición. Al régimen le aplicó un implacable y justo voto castigo por los pésimos resultados de su actuación. A la oposición le dijo, con el ruego de no equivocarse, que habían votado contra un régimen que no sirve y porque las cosas tienen que cambiar, esperando que eso ocurra en sana paz. La oposición lo ha acatado, el régimen no.

Esos votos dijeron hasta el cansancio que las diferencias, presiones y chantajes de grupos que se disputan y quieren el continuismo, no están en juego porque el país está primero. Que la mayor, si no única exigencia que se le pidió a quienes hacen política en este país, es que se ocupen de la economía, del desabastecimiento, de la injusticia, del alto costo de la vida, de la inseguridad, de la falta de medicinas que está matando a la gente, de la salud, de los pésimos servicios públicos, de una mejor educación y de la pobreza en todas sus formas.

Las guerras ideológicas, las acusaciones y emboscadas en pleno desarrollo y el forcejeo por el poder, no tienen cabida en estos momentos. Aquí hay una Venezuela, única e indivisible, que está afectada por una crisis general producida en su totalidad por el régimen, que nos ha puesto al borde del abismo y eso requiere soluciones muy concretas que solo se logran con el consenso.

Nuestro problema como pueblo no reside en un retrato más o un retrato menos de un caudillo que, además de estar muerto, no hace milagros. El problema reside en que ya no hay dinero, que los bárbaros de la corrupción acabaron con todo, que las políticas aplicadas nos trajeron estos lodos, que no podemos seguir perdiendo nuestro precioso tiempo haciendo colas para buscar lo que no hay, que basta ya de excusas, intentos de magnicidio, invención de enemigos internos y externos e inexistentes guerras económicas.

Que lo único que queremos es vivir en paz y con la certeza de que hay un futuro para todos y en especial para nuestros hijos. Que llegó la hora de ocuparnos de un país herido y lastimado en su propio corazón por la intolerancia y los abusos de poder. Que no queremos más divisiones, ni más insultos y descalificaciones, que queremos abandonar la barbarie de la sin razón y regresar al diálogo, a los consensos y a la civilidad.

Ese es el mensaje que dejó el 6 de D. y ese es en definitiva el desiderátum de la voluntad popular que hay que cumplir sin omitir detalles… y sin impunidad, que la pague quien tenga que pagar, así a muchos altos jefes del régimen les duela.

A nadie se le escapa que, con todas estas trampas perversas, el régimen pretende anular el poder de la nueva AN y crear en torno a ella un clima de decepción y de inutilidad,   por eso la decimos a los 112 diputados electos libérrimamente por el pueblo que el canino que les queda es resistir y defender con dignidad los derechos conquistados, a la MUD fortalecerse en más y mejor unidad, y a la voluntad del pueblo expresada el 6 de D, erguirse y no dejarse atropellar tal y como lo expresó con su voto el día de la rebelión histórica y pacífica, que ha puesto de nuevo al régimen a transitar por el abuso de poder y el terrorismo de estado.