El presidente de Fedeagro afirma que el sector agropecuario no ha podido responder a las necesidades de los venezolanos; la inversión requerida asciende a 972 millones de dólares para maquinarias y 400 millones de dólares para semillas
Mónica Duarte
En Venezuela hay 16 estados que dependen de la actividad agrícola, pero para el 2015 la producción en materia de cultivos no cubrió ni el 30% de las necesidades promedio del mercado venezolano. Antonio Pestana, presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), explica que este proceso de involución comenzó en 2007 cuando las importaciones del sector disminuyeron y se comenzaron a traer productos listos para el consumo en lugar de maquinarias e implementos que estimularan la producción en el campo.
“A partir de ese año comenzó una fijación de precios que estaban casi siempre por debajo de los costos de producción y eso fue minimizando nuestras capacidades hasta el punto en que estamos ahora”. Sin embargo, Pestana asegura que si se estimula la producción interna, el país podría ahorrarse 7 dólares en importaciones por cada dólar invertido nacionalmente.
Si se le hiciera una radiografía al sector agrario ¿Cuál sería la mayor carencia que se tiene en este momento?
Una crítica que siempre hemos hecho es que las importaciones en Venezuela tienen que realizarse con fines complementarios y no como una forma de competencia a la producción nacional. En este momento nuestro sector no ha podido responder a las necesidades de los venezolanos por carecer de las herramientas necesarias y en eso el gobierno nacional tiene mucha responsabilidad. Este es el caso de los insumos y el rescate de la capacidad productiva. Ahora nuestras maquinarias son cementerio de hierro acumulado en las fincas por no haber repuestos y por no haberse modernizado. En este momento, el 65% de los tractores ya venció su vida útil y en el caso de las cosechadoras es el 82%.
¿Cómo ha caído la capacidad de producción en cada rubro?
Hoy nuestras necesidades en la producción de maíz blanco son de 1.400.000 toneladas, pero la producción interna es el 28,8% de esto. En el maíz amarillo nuestras necesidades son 2.500.000 toneladas y la producción es el 20% de esa demanda. En el arroz las necesidades son 1.200.000 toneladas y nuestra producción es el 53%. También, se necesitan unos 15.000.000 de toneladas de caña de azúcar que se traducen en 1.200.000 toneladas de azúcar, pero se cubre solo el 32%. En café se demanda 2.460.000 quintales y nuestra producción, según el último balance de febrero 2016, nos da 380.000 quintales, lo que representa el 15,4%.
Entre ellos hay tres rubros en los cuales fuimos autosuficientes hasta hace poco. En el arroz exportamos material por 25 años, en el café fuimos exportadores por 200 años y en maíz, no exportábamos, pero sí producíamos excedentes en el maíz blanco que se iban a las necesidades del maíz amarillo. Evidentemente, este es un marco que no nos llena de orgullo.
en 2015 No se cubrieron ni el 30% de las necesidades promedio del mercado venezolano
¿Esas necesidades que no se cubren con producción nacional se llenan con importaciones?
El resto debería cubrirse por importaciones pero si ocurre o no ha sido un secreto. La demanda restante la maneja el Ministerio de Alimentación, que está dominado por militares quienes dicen que esas cifras son estrategia de Estado. Por lo tanto, no sabemos si hay o no hay importaciones pero las colas no son secreto de Estado y lo que están diciendo es que hay serias dificultades.
Por otro lado, la política de importaciones tiene que ser consensuada, aquí los protagonistas, incluyendo los consumidores, tenemos que estar en un Consejo Nacional de Importaciones, que tiene que crearse, de manera que veamos cuánto hay que importar y cuando hay que importar.
¿De cuánto es la inversión necesaria para recuperar el sector?
Para poder responder deben ser atendidas nuestras necesidades en insumos, agroquímicos y semillas. Según los cálculos del 2015 se necesitan 400 millones de dólares en semillas para todos los rubros, alrededor de 220 millones de dólares en químicos y una cantidad de fertilizantes que no manejamos con detalle porque le corresponde al Estado. En las maquinarias las necesidades del país alcanzan los 972 millones de dólares de inversión. Pero como sabemos que con la situación económica es prácticamente imposible esperar esta inversión, entregamos un estudio que demuestra que con 44 millones de dólares podríamos rescatar buena parte de los tractores, cosechadoras e implementos que tenemos paralizados y ponerlos a funcionar. En Venezuela hay 12.000 millones de dólares en inventario de chatarra que podríamos reactivar, y es preferible poner a caminar 15 tractores que traer un solo tractor con la misma cantidad de dinero. Hacer esto te permitiría disminuir las importaciones, y por cada dólar que se produzca aquí en alimentos se ahorraría entre 6 y 7 dólares en importaciones de bienes de consumo.
Nuevas propuestas de subsidio
¿Es posible una solución a corto plazo de esta crisis?
Hay varias cosas que hacer de emergencia. En primer lugar debe cesar la obligatoriedad a la cual estamos sometidos de vender por debajo del costo. Luego, se debe importar los agroquímicos y los repuestos que necesitamos. Y, en tercer lugar, abrir la frontera con Colombia. El 70% de los estados andinos depende de agroquímicos provenientes del sector privado colombiano, que te permite comprar en bolívares, sale más caro la producción por la paridad cambiaria pero es mejor que no tener hortalizas.
¿Y cuál sería el mecanismo justo para la fijación de precios agrícolas?
Ante las evidentes condiciones económicas mucho más precarias de un sector de la población, que representa un 20 a 25%, ha surgido una propuesta en la que el 30% de la producción nacional se venda al costo que le corresponde y el 70% restante dejarle un margen razonable de rentabilidad. Es decir, el 70% del país va a subsidiar al otro 30%. Evidentemente ayudarlos a ellos significa que nosotros podamos tener rentabilidad para poder reinvertir y poder producir más cada vez.
Expropiaciones afectaron gravemente el sector
¿Cuántas fincas se han visto expropiadas en los últimos años?
Según las cifras del propio Gobierno se afectaron 1.200 fincas y aproximadamente 5.200.000 hectáreas. Nosotros hemos estado en contra totalmente de las expropiaciones de fincas, de Agroisleña, hoy Agropatria, y de industrias. Las expropiaciones no han dado resultados positivos, hemos pedido que reconozca los errores y se comience a devolver las tierras.
¿De estas fincas expropiadas o invadidas cuantas se encuentran operativas?
Esa cifra no debe llegar al 10%, existen algunas que no están totalmente paralizadas y tienen algún tipo de producción pero aseguro que esa producción no es superior a la que tenía su dueño original. Entonces, el daño no ha sido solamente a los productores que murieron económicamente, todo el país se ha visto afectado porque ha perdido esa cantidad de alimentos.
Se han expropiado 1.200 fincas y 5.200.000 hectáreas, de ellas solo el 10% están productivas hoy
¿La Ley de Tierras debe reformarse?
Soy partidario con la ley de tierras en la necesidad de un impuesto predial. Por eso no hay que expropiar, si alguien no siembra tiene que pagar impuestos por no producir. Eso significa que ese agricultor o tiene que ponerse a producir, porque evidentemente va a quebrar, o va a tener que vender. Ese es el mejor estímulo, pero evidentemente hay que darle herramientas para que produzca.
¿Y Cómo define Fedeagro a un latifundista?
El latifundio se define en términos de productividad, si se tiene una hectárea de tierra y no produces, eso es un latifundio, pero si tienes 1.000 hectáreas y produces, no es un latifundio. El problema es que en Venezuela han intentado desviar el concepto mundial de latifundio, en términos de área y de superficie y no en términos de productividad como tiene que ser, entonces la excusa para expropiar en buena parte ha sido definir al latifundio en términos irreales.
La sequía y las semillas retrasan la producción
¿Cuándo veremos los efectos de la escasez de semillas?
Ya los estamos viviendo. Los altos costos no quiere decir que los productores estemos jugando con el consumidor, significa que en vez de producir cinco kilos como se hacía antes se está produciendo uno solo por las limitaciones en la disponibilidad de semillas que encarecen la situación. El gobierno nacional ha hablado de un programa de producción de semillas en el país y estamos de acuerdo pero necesitamos una ley que permita que la inversión en la producción de semillas pueda tener rentabilidad, porque la ley de semillas del año pasado fue una ley antitransgénicos nada más, que no fue consultada y fue apurada.
Actualmente, las únicas semillas que se producen en el país son caña de azúcar y arroz, el resto es todo importado. En el caso del arroz producir la semilla cuesta mucho más que producir el arroz para el consumo, por lo que nadie quiere venderlo como semilla, así que pronto no vamos a tener qué sembrar.
¿El sector animal se encuentra en mejores condiciones?
No, en el rebaño animal necesitamos con urgencia poder tener los alimentos para los cerdos, los pollos y para el ganado vacuno. Está faltando principalmente la soya, el maíz amarillo y algunos minerales usados en la dieta de los animales. Hay que apurar para que no se nos mueran, porque se necesitan 2.500.000 toneladas de soya y la producción nacional es de 0,04% esta cantidad. Además, el tema climático está dificultando tener pastos para alimentar a los rebaños.
El otro gran problema con el animal es su salud, también aquí hay dificultades en el tema de los medicamentos. Quien trae las medicinas es Avisa, la Asociación Venezolana de la Industria de Salud Animal, organización que está reportando 82% de fallas, y no queremos que se nos muera el ganado para engordar a los zamuros nada más.
¿De qué otras maneras los ha afectado la sequía?
Es muy complicado atender los cultivos porque no hay agua, siendo este el cuarto año consecutivo de El Niño será más difícil. En algunos estados el impacto ha sido más duro. En Guárico se han proyectado siembras de maíz que se han perdido, sin lluvia la planta puede crecer pero no sale el resultado que es la mazorca de maíz. En Portuguesa, las siembras de caraotas que ocupaban alrededor de 9.000 hectáreas han muerto por el cambio en el clima, gran parte de los productores no pudieron cosechar ni un kilo de lo que invirtieron. Y en casos como el estado Lara el problema no es solo que no llega agua a las casas, tampoco llega al campo, de ser uno de los principales estados productores de caña prácticamente no ha sembrado nada.
Siembras Urbanas
¿La política de agricultura urbana podría solucionar parte de estas deficiencias en los campos?
Nosotros respetamos que las personas siembren lo que deseen para su uso personal pero eso no va a ser ni la totalidad de su consumo. Aquí hay que saber que los alimentos se producen en los campos tradicionales y que las casas de cultivo pueden ser un complemento importante en aquellas épocas en las que no podemos sembrar en los campos por condiciones climáticas, existen alrededor de 450 casas de cultivo que hoy no producen. Pero no se le puede decir al país que esto va a sustituir la agricultura tradicional, creo que los mensajes no han sido claros y por eso ha sido motivo de burla.
Si quieres contactar al autor de esta historia, escribe a: monicaduarte@larazon.net