El defensor del Pueblo, Tarek William Saab, viajará a Tumeremo, estado Bolívar, para investigar las denuncias sobre la presunta masacre de decenas de mineros
Marcos David Valverde / Correo del Caroní
Puede que las palabras del gobernador de Bolívar, Francisco Rangel Gómez, el sábado, negando la posibilidad de que en Tumeremo hubo una matanza de mineros, hayan sido el impulso. Lo cierto es que en la capital del municipio Sifontes del estado Bolívar, desde ese día, no amaina la protesta.
La manifestación que cerró la vía que comunica al sur del estado Bolívar con el resto del país y el norte de Brasil, se mantuvo este lunes, convirtiendo este tramo de la troncal 10 en un atascadero monumental.
La consigna de las familias y vecinos del pueblo ha prevalecido. Y no se trata de que haya justicia, siquiera. Porque no hay fe en la justicia venezolana. La consigna es que aparezcan los cadáveres de los mineros: están convencidos de que fueron asesinados.
la jornada del lunes estuvo marcada por varios hechos. El defensor del Pueblo, Tarek William Saab, nombró a cuatro fiscales para investigar el caso de Tumeremo, que se suman a los fiscales designados por el Ministerio Público el sábado.
Mervin Ortega, fiscal 42 con competencia nacional, llegó al municipio Sifontes con la promesa de aligerar las investigaciones y facilitar el trabajo a la justicia. Tomó testimonios de los familiares de los mineros desaparecidos, pero más que apoyo los parientes sintieron que el fiscal llegó al sur de Bolívar con el deseo claro de levantar la tranca, una meta que no logró.
El diputado a la Asamblea Nacional, Américo De Grazia, denunció que fiscales vendieron los testigos a la Guardia Nacional Bolivariana. Retó a Rangel Gómez a renunciar a la Gobernación de Bolívar en caso de que aparezcan los cadáveres.
Luego de haber dicho que la teoría de una masacre era un invento de la derecha, Rangel Gómez reculó y manifestó la posibilidad de que haya cadáveres, tras un enfrentamiento entre bandas que desde hace años y con connivencia militar controlan la operación de las minas. En el municipio Sifontes, se mencionan a los alias de el Topo, Juancho, Fabio, el Potro y el Gordo como supuestos líderes de los yacimientos auríferos.
Juan Cohello, padre de uno de los desaparecidos, señaló, con base en las palabras de un testigo, que “quien asesinó a mi hijo tenía un chaleco del Sebin“. Uno de los sobrevivientes relató a la periodista del Correo del Caroní, Clavel Rangel, que hubo balacera y muertos en la mina Atenas de Tumeremo.
Un trabajo de BBC Mundo aportó una nueva arista. “Acá llegaron una cantidad de mineros baleados, apuñalados, golpeados, que habían logrado escapar de la masacre”, contó un doctor que estaba de guardia en el Hospital José Gregorio Hernández de Tumeremo. “Los cuerpos de los muertos nunca llegaron a la morgue, parece que los botaron en fosas comunes”, relató.
El diputado Francisco Sucre anunció que solicitará a la Asamblea Nacional una interpelación al gobernador de Bolívar. Este martes el pleno de la Asamblea Nacional abordará los hechos en Tumeremo como el primer punto de la agenda de sesión.
El lunes terminó como comenzó. Con las familias en la calle exigiendo al Estado una respuesta ante la desaparición de los mineros.