El gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, cuestionó las recientes decisiones de la MUD y convocó a una marcha hasta el CNE para el 6 de junio. Cree que el único diálogo posible es fijar la fecha del revocatorio
Gabriela González
“La reflexión pública, lejos de dividirnos, nos fortalece”. Eso dijo el gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, en relación a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Pero no quedo allí su “reflexión”.
“¿Está la MUD a la altura de lo que necesita el país? ¿Estamos haciendo lo que tenemos que hacer o tenemos que hacer más?», se preguntó el dirigente político a propósito de la actividad planteada por la alianza opositora para el próximo lunes 6 de junio, luego de los rectores del CNE suspendieran, por quinta vez, la reunión con los representantes de la MUD para fijar la fecha de validación del 1% de las firmas, y que consistirá en “reafirmar” la intención de revocar al presidente Maduro.
“No tenemos que volver a firmar, tenemos es que ir a validar”, sentenció Capriles al tiempo que propuso movilizarse en Caracas hasta la sede del CNE, “nos dejen llegar o no. Esto es cosa de todos los días”, puntualizó.
Sus apreciaciones también alcanzaron a la comunidad internacional, a quienes dijo que el Gobierno “no quiere dialogar, quiere tiempo” para llegar a diciembre sin revocatorio y hasta sin elecciones de gobernadores. Para Capriles ese lapso se evidencia con el “show” que hizo el Gobierno con la reunión de República Dominicana.
“Estamos llamados a ser activos y a reflexionar. Estamos en el momento de fortalecer la unidad y que esté en sintonía con lo que demanda el pueblo”, insistió en decir Capriles ante la respuesta de la MUD el jueves.
El gobernador, quien se declaró un militante y creyente de la unidad democrática, recordó cómo “acató” la decisión de no movilizarse el pasado miércoles. También recordó su apoyo a todos los candidatos que ha elegido la alianza para hacer camino y expresar que la unidad no puede comportarse como el Gobierno.
“Tiene que haber debate, no le podemos tener miedo. Al final, el gran contralor es la opinión pública que obliga a los cambios. El tiempo nos exige dar pasos y no quedarnos con una victoria”, dijo a propósito de las parlamentarias del 6 de diciembre.
Capriles, siempre en tono de autocrítica y hablando en plural, admitió que antes había agendas separadas pero que fueron trabajando para lograr la unidad y prosiguió: “nos convertimos en opinadotes. Fue un error de la oposición hacer política en los medios de comunicación. No podemos estar sentados discutiendo en un aire acondicionado, con burocracia. No se trata de un cargo, se trata de salvar al país”.
Diálogo con condiciones
Las disertaciones del gobernador de Miranda llegan días después de que expresara no estar conforme con ciertas decisiones de la MUD y de su secretario general, Jesús “Chúo” Torrealba, a quien llamó “comentarista de noticias”.
Pero a pesar de las diferencias, continúan existiendo puntos de encuentro entre Capriles y la MUD. El diálogo condicionado a la fecha del revocatorio y lo positivo de la resolución de la OEA serían dos de ellos.
Con respecto al diálogo que tuvo una reunión preparatoria fronteras afuera, Capriles fue tajante al señalar que considera que la oposición no puede sentarse con los expresidentes hasta que éstos, como mediadores, pidan al gobierno que respete la Constitución y que el CNE fije la fecha de validación de firmas.
Para el líder de Primero Justicia en Venezuela no existe, desde hace mucho, la cultura del diálogo como herramienta para la política pero además cree que dicho diálogo depende del gobierno, que es el que “reprime y atropella”.
Insistió en que sentarse en República Dominicana o en otro lugar sin tener la fecha de la validación es “lavarle la cara a Maduro y nosotros no estamos aquí para eso”.
Considera que, luego de esta reunión preparatoria, la opinión pública sintió desconfianza en que la oposición estuviera negociando por lo que fue enfático al igual que otros voceros a lo largo de la semana. “No hubo diálogo. No ha habido diálogo nunca. No estamos negociando. Y no podemos hacer que crezca la desconfianza, todo lo contrario. Las personas necesitan certidumbre, la incertidumbre en nada contribuye a la paz de la República”.
La oposición tiene una reunión pendiente con el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero quien está de nuevo en el país desde el jueves. Capriles se mostró dispuesto a asistir.
Dos conflictos
En un país cuya crisis alimentaria y de salud ha sido reconocida a nivel internacional, el gobernador de Miranda asegura que si pasa algo repercutirá en toda la región. “No promovemos un estallido social pero no podemos evitarlo”.
Los recién creados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) también fueron objeto de crítica por parte de Capriles quien los calificó de fascismo y como una forma para que el PSUV “decida a quién le vende comida y a quién no”.
Capriles manifestó que en este momento pueden encontrarse dos conflictividades en el país: la social y la política. Por eso ve como única vía constitucional el referendo revocatorio y de este modo tener un nuevo gobierno surgido de una “victoria popular”.
De lo contrario, se preguntó: “¿si no hay elecciones qué hay? ¿Si el pueblo no tiene la posibilidad de generar cambios constitucionales y legales a través del voto, qué pasa? El miedo paraliza, por eso el gobierno insiste en plantar el miedo”.
Por tal motivo asegura que la responsabilidad de la alianza opositora es hacer viable el revocatorio, “pelearlo”.
Luego de todas las autocríticas expresadas durante la rueda de prensa, Henrique Capriles sentenció: “soy un militante de la unidad y voy a seguir. Si a la unidad no le gusta esto que propongo, están en su derecho de expulsarme de la unidad, del partido. Yo defiendo al pueblo, no a un grupo”.