Morir de hambre, literalmente, es algo que solo quedara como parte de la horrenda herencia de esta mal llamada revolución bolivariana
Humberto González Briceño
I.- SALARIO. El Gobierno no ha podido pagar el aumento de salario decretado en mayo de este año. De ese aumento los trabajadores han recibido cero con el castigo adicional de un infinito encarecimiento de los alimentos. Ahora el Gobierno decreta otro aumento para que el tiene aún menos recursos. Otra oleada de miles de empresas quebrarán tratando de cumplir con la orden oficial. Y como una confirmación que esos aumentos de salario basura no resuelven el problema medular de la economía, el responsable Vicepresidente de la República, Aristóbulo Istúriz, remató que si el Gobierno sigue perdiendo la guerra económica vendrán más aumentos. Con estas medidas, y en consecuencia con una inflación astronómica, el Gobierno castiga sin clemencia a la clase trabajadora que tanto dice defender.
II.- OEA. Cada semana aumenta el rechazo en la comunidad internacional a los intentos de “venezolanizar” la política. El espectáculo montado por Venezuela y su canciller para tratar de retener la presidencia de Mercosur muestra los peores modales para la convivencia. El régimen está acostumbrado a gobernar a los empujones, saltándose las leyes. Eso fue lo que hizo para mantener la presidencia de Mercosur ganándose el rechazo de la mayoría de los miembros. El chantaje y el uso de un lenguaje soez demostrado en el capítulo de Mercosur es lo que estaría llevando a varios países de la OEA a realizarse con quienes proponen sanciones severas si Venezuela burla la convocatoria al revocatorio para este año.
III.- MARCHA. Hay que hacer arriesgadas maromas para ser militar activo y chavista al mismo tiempo. No es fácil conciliar la naturaleza del compromiso militar profesional con la línea del partido. A propósito de la marcha convocada por la oposición para el 1ro de septiembre, las fuerzas militares están obligadas, al menos en el papel, a proteger a toda la sociedad en su conjunto y garantizar que no haya violencia. Pero al mismo tiempo los militares tienen la presión creciente del Psuv para intervenir e intimidar a los manifestantes. ¿Cómo complacer a la sociedad y al Psuv al mismo tiempo? Padrino López le bajó la seña a todos los oficiales y dijo: “La protesta es un derecho Constitucional”. ¿Cómo ejecutarán los militares la orden del General el 1ro de septiembre?
IV.- FRAUDE. Las rectoras del CNE han hecho lo indecible para complacer al Gobierno. Han alterado los reglamentos, se han saltado la ley electoral, en fin, han hecho todo lo posible para retardar el revocatorio tal como varias veces lo ordenó Diosdado Cabello. Ante la certeza de que la oposición tiene el músculo para reunir mucho más del 20% de las firmas, el CNE, controlado por el régimen, sigue agregando trabas y retrasos. Todas estas acciones constituyen la prueba flagrante de fraude electoral. Preocupa que si han llegado tan lejos para tratar de impedir el revocatorio, ¿qué se puede esperar para las próximas elecciones de Presidente o de gobernadores? ¿Se puede aceptar a un árbitro que ya se convirtió en capitán de uno de los equipos?.
V.- MUERTE. Morir de hambre, literalmente, es algo que solo quedará como parte de la horrenda herencia de esta mal llamada revolución bolivariana. En épocas anteriores siempre circularon historias y se construyeron mitos en torno a lo que podía significar “morir de hambre”. Hoy en Venezuela morir de hambre no es una abstracción teórica o un simple argumento para el debate político. Hoy cientos -¿miles?- de venezolanos mueren porque no hay comida. Porque los secuaces del régimen y sus mafias cambiarias se robaron las divisas y no hay dólares para importar comida, ni materia prima. Y lo poco que hay se consigue a precios prohibitivos que jamás serán accesibles para una familia que vive del salario mínimo devaluado. El régimen debe responder penalmente por los miles de venezolanos que han muerto de hambre. De Nicolás Maduro hacia abajo.