El propio país donde pasarlo gordo, a salvo de los estorbosos escuadrones anticorrupción o antidrogas
O.E.
Gana adeptos la idea de Corrupt Island. O Chorolandia, para bolivarianizar el nombre. Los lectores escriben, llaman, nos preguntan dónde y cómo se implementaría el proyecto. Será el propio país donde pasarlo gordo, a salvo de los estorbosos escuadrones anticorrupción o antinarcóticos, obstinados en aguarles la fiesta a todos a los duros del enriquecimiento ilícito, en este caso, rojos, rojitos.
Zapatero ya no tiene que seguir devanándose los sesos —escasos, pero sesos al fin. Lo mismo los colaboracionistas de la oposición, empeñados en darle forma jurídica a un futuro gobierno de transición que conceda indulgencia plenaria a los actuales desgobernantes. Un atolón perdido en la inmensidad del océano Pacífico o uno de esos islotes en subasta del mar Egeo para paliar la ruina en que los chavimaduristas griegos sumieron al milenario país, es la solución.
Las amnistías, indultos o cualquier otra modalidad de perdones son inviables. El narco y los atentados contra los derechos humanos, unidos con el furor de Mesalina por saquear la Tesorería no son susceptibles de tales beneficios. Además, no valen enjambres de espalderos, coches blindados, ni bunkers antinucleares, contra la ira popular. En cambio no hay ira, ni popular ni no popular, en un islote poblado de sinvergüenzas.
De lo primero que estará provisto Corrupt Island, o Chorolandia, será de un sistema bancario que no pregunte. Al cipote si las boloñotas de los próceres ROBOlucionarios, se ingresan en efectivo o por transferencias relancinas. En bolivaritos devaluados, dólares, euros, yenes, yuanes o pesos macuquinos. Eso sí, que sean millardos de millardos.
Además, como entre corruptos nadie se da golpes de pecho, los pobladores de esta Meca de bolirricachones estarán a salvo de murmuraciones o miradas feas.
Al principio todo será felicidad. Pero para tranquilidad de quienes exigimos ¡plomo al hampa! Corrupt Island o Chorolandía será manejada por los mismos que han desgobernado Venezuela en los últimos 18 años. Al poco tiempo la reducirán a escombros, la hundirán en las profundidades del océano y el resto será tarea de las afiladas dentaduras de los tiburones.