LA DICTADURA MADURISTA está encabezada por el triunvirato que integran Nicolás Maduro (heredero directo), Vladimir Padrino, ministro de la Defensa y Diosdado Cabello, presidente de la írrita ANC, hijos putativos del finado.
Oscar Battaglini
Tres en uno. Esa es la fórmula que mejor define y caracteriza la composición del poder político que la camarilla civil-militar chavezmadurista ha detentado por más de veinte años. Se trata, para decirlo en términos más precisos, de un poder que combina, a lo interno, tres condiciones fundamentales: la de ser, a una mismo tiempo, un estado fallido, forajido y policial.
En relación con esta importante cuestión es de sumo interés señalar que el Estado chávezmadurista posee en su complejidad otras dos condiciones que lo definen y que, necesariamente hay que considerar a la hora de establecer o caracterizar su auténtica naturaleza.
DE PÁEZ A CHÁVEZ
El hecho de que ese Estado constituya en esencia el mismo Estado tradicional (caudillista, militarista y autoritario) que se forma con Páez, se reestructura bajo la dictadura compartida de Castro-Gómez, se “moderniza” con el perejimenismo-betancourismo, retrograda –literalmente- a sus raíces primitivas bajo el régimen chavista y finalmente, se consolida con la dictadura madurista conformada por el triunvirato Maduro (heredero directo), Padrino y Cabello (hijos putativos del finado).
AL MARGEN DE LA SOCIEDAD
Se trata de una forma de Estado que incorpora muchos de los rasgos propios de los regímenes y sistemas políticos burocráticos (que gobiernan al margen o sin vínculos reales con la sociedad), despóticos y totalitarios, que aparecen con el stalinismo en la Unión Soviética, Europa del Este, China, y que aún subsisten en Korea del Norte, Viet Nam, Cuba, Nicaragua y ahora en Venezuela. El apoyo, dicho sea de paso -que estos países reciben de China y la Rusia poststalinista, se deben en buena medida, al hecho de que aquellos continúan siendo satélites de estos en la puja que mantienen con los Estados Unidos y la Unión Europea, fundamentalmente, por el control de áreas de influencia económicas y políticas. Veamos de seguidas, cómo se expresa en cuanto los tipos de Estado contenidos en la conformación política estatal implantada por la aberración chávezmadurista en la Venezuela de las últimas dos décadas.
ESTADO FALLIDO
Una cosa que a su paso por el poder el chavezmadurismo ha dejado en evidencia es la incompetencia (tomada en su acepción de ineptitud) y su incapacidad demostrada para conducir con acierto y de manera exitosa los asuntos (económicos, sociales políticos, institucionales, administrativos, culturales, etcétera) del país, lo que demuestra a las claras que éste le ha quedado demasiado grande. Esto es lo que hace que la frustración, el fracaso y la ingobernabilidad sean los signos más sobresalientes de la gestión estatal y gubernamental en general del chavezmadurismo. De ahí que actualmente no exista en el país una sola cosa o actividad del acontecer nacional que no haya sido afectada negativamente por el fracaso que representa su gestión político-administrativa
De esa situación lo más grave de todo es la pavorosa crisis económico-social que afecta seriamente y en todos los órdenes la vida de los venezolanos. Los ingentes recursos de que dispusieron y que debieron ser administrados con criterio de escasez, fueron dilapidados con escasez de criterio. Es así que la crisis que hoy padecemos los venezolanos, cuyo origen es por todos conocido, evidencia entre sus principales manifestaciones: 1-La bancarrota de la economía nacional, debida en parte al desmantelamiento de la infraestructura productiva, y que entre otras comprende la quiebra de las industrias básicas, de la industria manufacturera y de la construcción, de la agricultura y la ganadería, del comercio interno y externo, del turismo nacional e internacional, etc. 2-La expansión y desarrollo exponencial de la pobreza como consecuencia de las erróneas medidas económicas implementadas por la dictadura, así como la hiperinflación que trae consigo la pulverización del salario y en consecuencia el incremento del desempleo; la liquidación de la seguridad social; la falta de oportunidades, lo que ha empujado a miles de profesionales y técnicos calificados a buscar mejores condiciones de vida en otros países; de hecho, esta dantesca situación es la causa de que más de cuatro millones de venezolanos se hayan ido del país.
ESTADO FORAJIDO
Los componentes de esta forma de Estado –inherentes al modelo chavista, como ha quedado demostrado a lo largo de 20 años de permanencia en el poder- comenzaron no sólo a evidenciarse sino a ser implementados a raíz de la contundente derrota política sufrida por el referendo consultivo convocado por Chávez en el año 2007, con el propósito de imponer la reelección indefinida a presidente de la República. Ese es el momento en que Chávez, llevado de su proverbial visión mesiánica y providencialista de las cosas, imagina y se regodea en la idea de que sería reelecto por siempre y que allí, en la presidencia de la República, permanecería hasta el día de su muerte; como es sabido, esto último se le cumplió, pero no como él quería.
Para el chavismo el resultado de aquella consulta fue todo un fiasco, pero también una advertencia de que la “magia electoral” del comandante se había eclipsado y disipado. La inequívoca confirmación de esta percepción fue el resultado de las elecciones parlamentarias del 6/12/15, en las que la oposición impuso su mayoría de manera aplastante, lo que le dio el control absoluto de la Asamblea Nacional. Es a partir de ese acontecimiento cuando la dictadura militarista toma la decisión de operar definitiva y globalmente al margen de la Ley. Esto es lo que explica la anomia generalizada que se ha impuesto en el seno de la sociedad venezolana, la constante y sistemática violación de la Constitución Nacional. Que entre otros hechos tiene como los más notorios: 1-La maniobra de imponer al TSJ -entre gallos y medianoche- a un lote de diputados exprés (que ni siquiera reúnen los requisitos mínimos para ocupar esas magistraturas, como lo es el hecho de ser juristas de reconocida competencia y prestigio en el ejercicio de sus funciones (Art. 263). 2-La “elección” desesperada e in extremis de una asamblea constituyente fraudulenta cuyo objetivo es el de usurpar las funciones y prerrogativas de la Asamblea Nacional legítima. 3-La instrumentalización deliberada de los poderes públicos (en abierto atentado contra la institucionalidad democrática y los derechos políticos de los venezolanos) y el consecuente envilecimiento de la justicia (hecho que, entre otras cosas favorece y permite la violación de los derechos humanos y las ejecuciones extrajudiciales, ampliamente documentadas por las ONGs que se ocupan de la materia). 4- La declaratoria de desacato por parte del espurio TSJ, en contra de la AN legítima. 5-El activismo descarado con el que la cúpula de la fuerza armada chavista (facha) interviene en la vida política del país. Artículos 328 y 330 de la Constitución Nacional: “La Fuerza Armada deberá estar al servicio exclusivo de la nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”. “No les está permitido participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político”. 6- La institucionalización del fraude electoral. Como los venezolanos sabemos y hemos podido comprobar, el CNE se ha convertido en una oficina paralela del PSUV.
ESTADO POLICIAL
Esta formación político-institucional podría ser considerada como una parte complementaria del estado forajido que converge en la integración del Estado chavista. Factor que ha venido imponiéndose y cobrando fuerza en los primeros planos de la dinámica interna, a medida que se agotan sus otros dos componentes y se profundiza la crisis de legitimidad que lo transversaliza. De allí la relevancia e intensificación que ha adquirido la política represiva y que tiene entre sus principales manifestaciones, 1- la creciente limitación de los derechos civiles y políticos entre la población; 2- la violación sistemática de los derechos humanos (Informe Bachelet); 3-el incremento en las cifras de presos políticos civiles y un alarmante número de militares. 4- la represión, tortura, y asesinato como política de Estado. En este punto debemos mencionar el asesinato en manifestaciones públicas, de más de dos centenares de personas (jóvenes estudiantes en su mayoría) a manos de los organismos represivos del Estado. 5- la ilegalización de los principales partidos de oposición (doctrina betancourista) y la incesante persecución contra sus dirigentes, así como la violación sistemática de su inmunidad de los diputados de la AN. 6- el control totalitario de los medios de comunicación y las limitaciones impuestas a la libertad de expresión (censura previa), etc.
He allí -reseñada en parte- la tragedia que hoy padecemos los venezolanos, impuesta por un régimen despótico carente de legitimidad política y moral; motivo por el cual, todos los venezolanos debemos hacer lo que esté en nuestras manos para ponerle término definitivo a la tiranía, tal como lo demandan los artículos 333 y 350 de la Constitución Nacional vigente.