La imagen agónica de esos barcos haciendo una travesía de miles de millas náuticas para traernos unos pocos barriles de gasolina con los que se pretende aliviar la escasez casi absoluta del combustible que actualmente existe en nuestro país, no solo resulta grotesca sino que nos da una idea de la magnitud de la catástrofe sufrida por nuestra actividad petrolera en general y por la producción de ese carburante en particular bajo la administración dictatorial chavezmadurista.
La mala impresión de la imagen se acentúa cuando se recuerda:
1-que antes de la llegada de Chávez y el chavismo al poder, Pdvsa estaba ubicada en el puesto número dos entre las compañías petroleras más importantes del mundo;
2-que Venezuela tenía una producción de petróleo de más de tres millones y medio de b/d, producción que se alcanzaba con una nómina de aproximadamente cuarenta (40) mil trabajadores que la burocracia chavezmadurista -por razones demagógicas y clientelares- incrementó a más de ciento veinte (120) mil (es decir, la multiplicó por tres) sin que por ello mejorara la eficiencia y la capacidad productiva de la industria, sino que por el contrario, fue de mal en peor;
3-que nuestro país dispone de seis (6) grandes complejos refinadores de petróleo El CRP-Cardón, Amuay, El Palito, Bajo Grande, Puerto La Cruz, Jose) con una capacidad productiva de un millón trescientos mil b/d de gasolina de distinto octanaje y que hoy están completamente paralizados e improductivos;
4- que éramos autosuficientes en la producción y consumo de gasolina, y aun disponíamos de un excedente que se destinaba a la exportación; situación que, en términos generales, se mantuvo hasta el período 2003- 2014, cuando todavía era posible verificar un consumo interno de gasolina de aproximadamente setecientos (700) mil barriles diarios y una exportación de un poco más de cuatrocientos (400) mil b/d;
5- que Venezuela dispuso, apoyada en el petróleo y durante un largo período histórico, de una moneda fuerte con una gran capacidad de compra tanto a lo interno como en los mercados internacionales;
6- que nuestro país llegó a disponer igualmente –producto de sus exportaciones petroleras y de hidrocarburos en general- de unas reservas internacionales suficientes y estables (cercanas a los cuarenta (40) mil millones de dólares) solo en divisas petroleras, capaces de garantizarle tanto un crecimiento y desarrollo económico en correspondencia con sus características y dimensiones societales, como una calidad de vida aceptable a toda su población;
7- que los trabajadores venezolanos alcanzaron, sobre la base de todo lo anterior, uno de los salarios mínimos de mayor nivel en toda América Latina; etc.
Hoy, como sabemos la inmensa mayoría de los venezolanos, ninguna de tales ventajas es ya una realidad, ni siquiera potencialmente, empezando por la certeza de que ya no somos –como en el pasado- un país productor de petróleo de importancia mundial, y de que, prácticamente hemos dejado también de percibir importantes ingresos petroleros.
Conviene señalar que en la raíz de esa debacle resaltan los hechos siguientes:
A-Una “política petrolera” sin plan estratégico.
Esto es evidente desde un principio en esa política en la que se advierte que su único y principal objetivo siempre fue obtener la mayor suma de renta petrolera posible, no para invertirla -como en su oportunidad se planteó el Presidente Medina Angarita- en actividades reproductivas, sino para financiar, por un lado, las prácticas clientelares populistas de la dictadura militarista, las cuales tomaron cuerpo en las “misiones”.
1-La apropiación delictiva de los bienes públicos (particularmente financieros), que, como es harto sabido fueron depositados en Suiza, Andorra, España, Inglaterra, Estados Unidos, Panamá, Islas Caimán, Portugal, Turquía, Rusia, etc. Lo que explica la súbita riqueza de muchos de los de su entorno que gozaron de su más absoluta confianza.
La discrecionalidad en el manejo de los fondos públicos. Bon ese propósito fue creado el Fonden en el año 2005, organismo que es el resultado de una reforma de la Ley del BCV, que además de arrebatarle su autonomía, le fue otorgada al Fonden la facultad de disponer de parte de las divisas que antes de esa reforma debían ser depositadas íntegramente en el instituto emisor o tesorero del Estado, prerrogativa exclusiva del BCV.
Se estima que el Fonden manejó, o tuvo bajó su control más de cien (100) mil millones de dólares, de los cuales nunca entregó cuenta de lo que se hizo con esa inmensa masa de recursos financieros del Estado y de todos los venezolanos, manejados discrecionalmente según el criterio de Hugo Chávez.
B- La desinversión en mantenimiento, expansión y modernización de la producción.
Este es otro de los elementos fundamentales que ponen en evidencia la causalidad de la debacle sufrida por la actividad petrolera. A ello se debe en gran medida la obsolescencia, el estado ruinoso, y en consecuencia la inoperatividad y paralización casi absoluta que hoy exhibe nuestra principal actividad económica.
He allí resumida de forma muy sucinta la explicación de la progresiva e indetenible caída experimentada tanto por la producción petrolera como por la producción de gasolina y otros derivados del petróleo; situación ésta última que la dictadura trató de corregir inicialmente con las importaciones provenientes de Rusia y de los propios Estados Unidos, pero que ya no se puede seguir haciendo porque la industria no dispone de los recursos (incluida su incapacidad de contraer nuevos endeudamientos) para importar, y sobre todo, debido al veto impuesto por los Estados Unidos a todo tipo de relación económica con la dictadura venezolana.
Algo inocultable es que con el arribo de los barcos iraníes se ha puesto de manifiesto una vez más el cinismo y la capacidad de simulación de los más conspicuos representantes de la dictadura militarista, con la alharaca que hacen sobre dicho evento. Por ninguna parte aparece la responsabilidad que tiene ésta burocracia por el hecho (imperdonable por lo demás) de que un país que posee una de las reservas de hidrocarburos más grandes del mundo (como se llenan la boca repitiendo a cada rato) haya colapsado de esta manera, porque no sólo se trata de exportar petróleo y producir gasolina, se trata de preservar una industria fundamental para el desarrollo de la economía venezolana. No obstante, estos voceros de la mediocridad pretenden hacer ver que el arribo de dichos buques constituye un triunfo de la “revolución bolivariana” ante las sanciones impuestas por los Estados Unidos, pretendiendo desvirtuar el verdadero sentido de este hecho, relacionado con el ocultamiento del desastre y la vergüenza a que han llevado a la industria petrolera como lo han hecho con toda la infraestructura productiva del país.
Tampoco se dice en esa propaganda interesada y manipuladora (porque se hace con el propósito de simular y engañar) que la gasolina traída por esos barcos, a duras penas cubrirá el consumo nacional de dos o cuando mucho, tres semanas, lo que significa que para mantener un suministro regular al país, tendrían que arribar a puertos venezolanos, no cinco sino entre 13 y 14 tanqueros mensuales con una capacidad de trescientos cincuenta (350) mil barriles cada uno, lo cual en las condiciones actuales es materialmente imposible. Lo previsible es que la “política” de los tres (3) precios propuesta por la dictadura, termine dándole un nuevo impulso al bachaqueo institucionalizado con el que se están llenando algunos bolsillos verde oliva. Todo esto sin mencionar el disgusto y las contrariedades que se le han ocasionado al pueblo venezolano que debe permanecer durante largas horas y días de frustración e incomodidades para adquirir algo de esa gasolina, que, por lo demás, deberá ser cancelada en divisas, es decir, en la moneda del Imperio “mesmo”. En consecuencia, todo indica que esa jugada, le puede salir mal a la dictadura militarista, y que el dogal que tiene al cuello seguirá apretando más y más.