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Guyana: ¿un comodín electoral?

Maduro AN promulga decreto 1859

Se pretende que el caso Guyana sea la vía para que la oposición guarde silencio, so pena de ser considerada traidora de la patria


 

Rubén Osorio Canales

La cadena presidencial del lunes nos mostró con pelos y señales buena parte de la estrategia del régimen para enfrentar unas elecciones parlamentarias que, hasta este momento, tiene absolutamente perdidas. Ya habíamos advertido en artículo anterior que el caso Guyana sería utilizado por el régimen como puerta de escape para tratar de salvarse de una derrota electoral que sobradamente se merece y que, a partir de la crisis con Guyana, se ampararían en el uso y abuso de la hegemonía comunicacional y los medios se encargarían de saturar, al país todo, con mensajes patrioteros por los cuatro costados. De aquí en adelante, la cúpula cívico militar por la boca de Maduro pretende que la oposición guarde silencio sobre los problemas que maltratan diariamente a la ciudadanía, que la crítica que crece como un volcán en erupción contra el gobierno, la misma que en un 84 % tal y como dicen las encuestas, sienten que el país va de mal en peor y requiere cambios urgentes, se archiven en el closet de la desesperanza y el olvido, que el debate sobre los grandes problemas nacionales como son la ruina del país, el desabastecimiento, el costo de la vida, la inflación que nos mata a todos, la inseguridad, el imperio de la impunidad, las malas políticas y todo ese enjambre de problemas que en verdad constituyen el perverso legado del difunto, se dejen a un lado para dar paso a un sentimiento nacionalista que nos arrope a todos en una sola causa, pretendiendo con ello hacer del caso Guyana, el único problema que tiene esta Venezuela destruida autocráticamente desde el mismo poder. Se pretende, en fin, que el caso Guyana sin duda uno de los más grandes y lamentables errores del difunto, sea la vía para que la oposición guarde silencio, so pena de ser considerada traidora de la patria, si no se une a la cruzada que en cadena decretara el régimen.

A este punto es preciso recordarle a la cúpula que nos desgobierna, que todo lo que hoy está sucediendo en el caso del Esequibo, es de la culpa mayoritaria y casi exclusiva de quien autocráticamente abandonó la línea de defensa del Esequibo, según explicó “por razones estratégicas”, poniendo particular énfasis en la palabreja que utilizó hasta la saciedad, cuando en el fondo quería significar que el voto guyanés como el de los países que forman el Caricom le hacían falta para contar con los votos necesarios para entrar en el Consejo de Seguridad de la ONU.

En el libreto que ocupó la larga cadena del señor Maduro, en la que sus asesores recomendaron utilizar el tono coloquial y la gesticulación de un inofensivo cordero, se hiso un recuento histórico en el que reconoció el gran trabajo realizado por las cancillerías de loa cuarta, pero incurrió en muchas omisiones, algunas de ellas deliberadas porque constituyen evidencias irrebatibles de las carencias de nuestra política exterior en estos 16 años, dominadas en su totalidad por la voluntad y caprichos de un autócrata que decidió “postergar o minimizar el problema” en su afán de complacer a Cuba y marginar y despreciar a los expertos y negociadores en la materia.

De aquí en adelante solo veremos, al igual que en el caso de la fulana guerra económica, un ejercicio abusivo y permanente de catequesis “revolucionaria” a través de los medios de comunicación en manos de la cúpula militar para lavarle el cerebro a la audiencia nacional e internacional, contar la historia a su manera poniendo por delante la imagen ya desgastada del autor del autogol, salvarlo a él de toda responsabilidad e insistir hasta la saciedad en culpar a la Exxon, al nuevo gobierno de Guyana y por supuesto a todos los factores que no los acompañen en la danza electorera, guardándose la potestad de agriarlo o edulcorarlo según vayan viniendo los números en las encuestas y sin cerrar la posibilidad de crear el escenario para suspender las elecciones, si fuese el caso. .

El régimen comenzó este show con un pie tan equivocado que puso en alerta al gobierno colombiano, hecho que ha tratado de corregir sin lograrlo porque se le ve una grosera, oscura e inmoral intención electoral que contradice cualquier postura patriota decente. De todas maneras, y solo por ahora, en su cadena Maduro quiso poner la pelota en el patio opositor y ya veremos como hace la oposición para sacarla de allí pero con el banderín patriótico en sus manos.