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¿Acaso existe realmente una izquierda política?

La “izquierda” nace de un hecho casual, verdaderamente fortuito: en la Asamblea de 1789, a raíz de la Revolución Francesa


 

Gustavo Luis Carrera  

Las agrupaciones políticas y los sectores radicalizados, que con frecuencia se autoproclaman “revolucionarios”, muy astuta y oportunamente proyectaron sobre ellos el manto de la originaria y circunstancial “izquierda”, surgida como derivación accidental del asambleísmo francés de fines del siglo XVIII. Ha sido una rendidora inversión política. Al establecer esta categoría, se arbitra una tolda bajo la cual pueden cobijarse tanto verdaderos socialdemócratas avanzados o socialistas, como quienes aparentan serlo, para manipular a ingenuos y beneficiarse ellos mismos en lo económico y en su carrera política.

¿QUÉ ES LA «IZQUIERDA»? Como aconteció con la denominación de una “derecha”, la “izquierda” nace de un hecho casual, verdaderamente fortuito: en la Asamblea de 1789, a raíz de la Revolución Francesa, a la derecha del presidente de la reunión se sentaron los del partido de los girondinos, que defendían el derecho de veto del rey; y a la izquierda se colocaron los jacobinos, que se oponían a tal capacidad discrecional. Eso bastó para que se hablara, hasta hoy, de derecha y de izquierda en materia política.

MANIPULACIÓN Y ESPEJISMO. En efecto, ha habido manipulación de parte de los partidos y grupos radicalizados al utilizar para sí las denominaciones de izquierda, izquierdista, izquierdizante. Y ha estado muy presente y activa la ingenuidad del espejismo de sectores de opinión de sensibilidad social al dejarse encajonar en un concepto multiforme y poco significante, como ése.

Los españoles dicen “las izquierdas”, seguramente con razón, porque en ese saco político meten a los socialistas radicales (más teóricos que prácticos), a los comunistas, a los anarquistas, a los separatistas, a los nihilistas, a los ácratas; y paremos de contar. Los franceses, modernamente, con respecto a la izquierda, han promovido dos calificativos insuperables: la actual “izquierda divina”, que incluye a quienes, como los idealistas de altas clases sociales, disfrutan en jugar a la revolución, desde su próvida situación económica; y la también actual “izquierda caviar”, emparentada con la anterior, que hace propaganda “izquierdista”, mientras come caviar regado con champaña. Aunque, habría que agregar una “izquierda rentable”, que es la de quienes se benefician de la productiva coincidencia de ser “izquierdista” durante un gobierno de “izquierda”; como ocurre en este país actualmente. (Cuando había que pasar la prueba riesgosa era la de ser calificado de izquierdista bajo gobiernos que no se declaraban como tales. Ahora es fácil y rentable serlo; convirtiendo el rótulo en una inversión muy productiva a corto y largo plazo).

A fin de cuentas, habría que hablar de una Izquierda moderada, una Centro-izquierda y una Extrema izquierda o Ultra izquierda; en una multirepresentación donde caben otros matices. Es decir, que se hace referencia a una quimera tan proteica, que es vacua.

VÁLVULA: “Seguir, más de 227 años después, hablando de una ‘izquierda política’ no sólo es ingenuo, sino disparatado. Son tantas las tendencias y los matices de pensamiento que pueden caber en la denominación genérica de ‘izquierda’, que ésta termina por no caracterizar nada. Es un término que se usa por comodidad o por conveniencia. Y ambas opciones son elusivas, y lo que es peor: son falsarias”.

glcarrera@yahoo.com