La violencia contra la mujer puede incluir violencia sexual, física o psicológica. Los perpetradores pueden ser familiares cercanos, cualquier persona ajena y es tolerada por el Estado o sus agentes
COFAVIC
COFAVIC y el Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres organizaron el Seminario Retos y desafíos en materia de reducción de la impunidad y violencia de género en Venezuela con el objetivo de intercambiar resultados sobre feminicidios en Venezuela; hablar de los casos que han llegado al Sistema Interamericano de Derechos Humanos; esculcar cómo es el manejo informativo en medios de comunicación de las historias de violencia contra la mujer; revisar las estrategias para la incorporación de la perspectiva de género en el trabajo de las ONG y profundizar en el rol activo de las mujeres en la lucha contra la impunidad.
Claudia Carrillo, psicóloga de Cofavic, dio la bienvenida a los participantes, cerca de 40 personas, la mayoría mujeres, e Isolda Heredia de Salvatierra, del Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres, destacó el compromiso que ahora, más que nunca, deben establecer las organizaciones no gubernamentales ante la inacción y opacidad del Estado venezolano.
Heredia señaló que estos encuentros no se organizan para consolarnos, sino para reforzar las redes y unir esfuerzos para generar incidencias y cambios. “Esto no es un sueño”, dijo frente a una audiencia heterogénea, conformada por abogadas, activistas de derechos humanos, médicos, psicólogas, educadores, funcionarias policiales, periodistas y ciudadanas comprometidas con el país.
Karla Subero, abogada de Cofavic, habló de feminicidios, la muerte violenta de mujeres por razones de género. Se diferencia del homicidio porque el asesinato se comete debido a la condición de mujer y se funda en una cultura de violencia y discriminación.
De acuerdo con un estudio hecho por Cofavic en 23 estados del país, de enero a diciembre del año 2015 se registraron 357 mujeres asesinadas, 66 %por armas de fuego. 62% con edades comprendidas entre los 18 y 40 años de edad y 15% menores de edad.
Explicó que la violencia contra la mujer puede incluir violencia sexual, física o psicológica. Suele cometerse en la casa, la escuela, los establecimientos de salud, los sitios de trabajo. Los perpetradores pueden ser familiares cercanos, cualquier persona ajena y es tolerada por el Estado o sus agentes.
Los casos de violencia contra la mujer son el segundo delito denunciado con solo un tercio de casos tramitados judicialmente
Magally Huggins, psicóloga social e investigadora, puso un ejemplo que despejó cualquier duda. Los que roban celulares pueden deducir que atacar a una mujer es mucho más fácil porque lucen más vulnerables. Ese es un crimen con perspectiva de género. Añadió que la antropóloga mexicana, Martha Lamas, recomienda usar el término feminicidio porque, en efecto, tiene la perspectiva de género.
Luego le correspondió el turno a Gabriela Rojas, periodista, profesora universitaria y cursante de la Maestría Estudios de la Mujer de la UCV.
Gabriela dijo que haría un mea culpa porque reconoce la responsabilidad de los medios de comunicación en reforzar el lenguaje de discriminación. Revisó titulares de prensa, sobre todo referidos a las páginas de sucesos, donde suelen encontrarse cabeceras como “La mató en un ataque de celos”. Aclaró, sin embargo, que la fuente de sucesos no es la única que se permite esas licencias. En deportes también ha podido verse cómo se ignora deliberadamente el lenguaje de género.
El análisis hecho por la periodista invitada, del portal digital Contrapunto, fue reafirmado luego por la psicóloga y directora de Fundamujer, Ofelia Álvarez, cuando dio los resultados de un estudio que hicieron con el análisis de 383 noticias publicadas durante 2015 en los diarios El Nacional, El Universal, Últimas Noticias y El Nuevo País.
En líneas generales se encontraron con informaciones que revelan altos grados de impunidad, limitada respuesta institucional, alto índice de hechos delictivos contra las mujeres, procesos judiciales dilatados y una marcada y gravísima falta de independencia y autonomía del poder judicial frente al poder político. Los casos de violencia contra la mujer son el segundo delito denunciado con solo un tercio de casos tramitados judicialmente.
Luego del análisis de las noticias concluyeron que se hace muy poco seguimiento a los casos de violencia contra la mujer, se invisibiliza a la víctima. En 89% de los casos se desconoce quién es esa persona que fue asesinada. No hay contexto.
Las historias que ocurren en Venezuela denotan una gran intensidad, saña, golpes, torturas, cuchilladas, quemaduras. Y los hechos suelen sucederse en la vía pública, cerca del colegio de los niños, en la casa, pero en 88% de los casos no se sabe cómo se desarrolló el hecho y qué pasó con sus actores.
“Necesitamos saber qué pasa con estas familias donde un miembro es asesinado. No nos estamos enterando sino de pinceladas”, señaló Ofelia Álvarez.
La experta recomendó contextualizar las informaciones, no repetir creencias falsas, no centrarse en el perpetrador, hacer seguimiento. Salir del ámbito exclusivo de los sucesos. “Las mujeres víctimas no son el problema. Debemos entender que la violencia de género no se sucede por una discusión fuerte y dejar de decir que los maltratadores son buenos vecinos para no catapultar mitos”.
La psicóloga de Cofavic, Claudia Carrillo, concluyó con una presentación esperanzadora acerca del rol activo de las mujeres en la lucha contra la impunidad y detalló las oportunidades que hay para el logro de la igualdad y la promoción de una cultura de paz en Venezuela.
El compromiso es mantener estos espacios de encuentro, propiciar la perspectiva y el lenguaje de género en todos los ámbitos de la sociedad y unir esfuerzos para promover la justicia.
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