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Albis Muñoz: La realidad es peor que las cifras

La expresidenta de Fedecámaras y economista asegura que en varios ministerios “están despidiendo personal” y en otros entes públicos no hay recursos para pagarle a los trabajadores


Enrique Meléndez

Albis Muñoz, economista y expresdienta de Fedecámaras, resalta que la realidad que viven los venezolanos es mucho más grave de lo que reflejan las ya de por sí impresionantes cifras que manejan los especialistas. Cree que las políticas económicas implantadas por la “revolución bolivariana” han llevado al país “a la miseria” y destaca que solo con un “cambio político” se puede enderezar el rumbo de la nación.

“Los números del FMI son lapidarios, pero lo que estamos viviendo es más terrible”

Las cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI) hablan de una inflación de más de 500% para este año, con una caída de 10% del PIB, además de la amenaza para el próximo año de una inflación de 1.500%, ¿qué piensa al respecto?

Las cifras del FMI son lapidarias. Pero yo pienso que lo que estamos viviendo los venezolanos es todavía más terrible que lo que pronostica el FMI. En primer lugar, quienes salimos a la calle a comprar el alimento y a buscar las medicinas sabemos que la inflación está en un nivel muy superior a lo que el FMI establece. Cada día aumentan los productos.

Uno va de un día a otro a un abasto y notas que el precio ha aumentado y sigue aumentando, incluso hasta en el propio mercado de los bachaqueros. En ese mercado informal hay una nueva modalidad, ya que no están vendiendo uno a uno los productos, sino que los están vendiendo por pacas. De modo que hay cosas peores que lo que establece el FMI.

La caída del PIB en 10%, si se suma a la del año pasado que fue de 6%, habla de un 16% que me parece brutal.

Los voceros del gobierno dicen que ya la escasez ha comenzado a ceder, de modo que para finales de año el problema del abastecimiento habrá desaparecido. ¿Cuál es su punto de vista al respecto?

Hasta ahora los productos que yo veo que están apareciendo son productos importados. Por ejemplo, ahí está el caso de la pasta. La mayor parte de la que se consigue es importada, lo mismo que el azúcar. Yo me pregunto: cómo hace una persona que tiene sueldo mínimo, por mucho aumento de salario que haya tenido. Y el problema de otros que se están quedando sin trabajo a causa de las políticas salariales del gobierno, porque decretar un aumento de salarios tan violento, sobre todo de los bonos alimenticios, cuando no se han tomado medidas para controlar la inflación, eso es acabar con muchas empresas, en especial las pequeñas y medianas que no pueden asumir el costo que la nómina da.

Porque el costo no es solamente lo que se le paga al trabajador con ese aumento, sino el incremento que eso representa en las prestaciones sociales, bonos de vacaciones, y eso a la larga constituye un problema serio para el sector empresarial venezolano.

La nueva amenaza del gobierno es que para el 1 de noviembre se ha dicho que va a decretar un nuevo aumento de salarios. ¿Eso aceleraría ese proceso de cierre de empresas?

Por supuesto, si la empresa no tiene cómo hacer frente, qué hace la empresa: reduce personal. Mire, en los centros comerciales es donde más se nota esta situación. Yo invito a quienes me están leyendo a que se den un paseo por los centros comerciales y empiecen a ver la cantidad de locales que están cerrados. Multipliquen eso por, por lo menos, cinco trabajadores. Ya eso da una idea de cuántos se han quedado sin trabajo.

«el problema del sector industrial viene de cuando miles de empresas comenzaron a cerrar porque no podían hacer frente a las reglas del juego impuestas por el gobierno»

¿Y el problema de las industrias? Le estoy hablando sólo del sector comercio. Pero el problema del sector industrial viene de atrás. No es de estos dos últimos años. Es anteriormente, cuando miles de empresas comenzaron a cerrar, porque no podían hacer frente a las reglas del juego impuestas por el gobierno, y otras a las que el gobierno expropió y que ahora no están produciendo, porque eso es lo otro lamentable.

Entonces, yo trato de recordar, incluso, lo que fue mi infancia en los años cincuenta cuando padecíamos la dictadura, y aún así yo no recuerdo haber pasado por una crisis tan difícil, tan grande, tan grave, como la que se está pasando hoy en día.

Figúrese que en esta zona de La Candelaria (sede del periódico), donde hay muchos restaurantes, cuando uno pasa en la noche usted no ve indigentes, personas en situación de calle, no. Usted ve señores hurgando en las bolsas de la basura de esos restaurantes, para ver si hay algo que ellos puedan comer.

Yo invito también a que vayan por el mercado de Coche, de Quinta Crespo, el de Guaicaipuro, para que vean cómo la gente, al final de la jornada, se aglomera alrededor de los locales de hortalizas y frutas para lanzarse sobre los desechos. Eso es de una tristeza terrible. Es cuando uno se pregunta: ¿Dios, qué está pasando en el país? ¿Qué es lo que ha sucedido?

¿Y qué ha pasado en Venezuela?

Soy economista y enseguida reparo en que son las políticas económicas que se han aplicado en estos 18 años, eso ha llevado al país a la miseria. No hay otra palabra. Es la destrucción de Venezuela como país en cuanto a la calidad de vida de los venezolanos, tanto en alimentos, como en salud. Yo consumo cinco medicamentos que son obligatorios y no los consigo desde hace más de un año en el mercado nacional. He tenido que recurrir a familiares que tengo en el exterior para que me los manden.

Con un poder adquisitivo que cada día se deteriora más y una inflación disparada, ¿cómo hacer para que mejore el ingreso del venezolano?

Cambiar totalmente las políticas económicas, y yo no veo que este gobierno quiera llevar a cabo tal propósito, porque cada día observamos que se presentan situaciones cada vez más difíciles de superar por el sector económico privado, y por el mismo sector público. Yo tengo conocimiento de ministerios donde están despidiendo personal, de gobernaciones y alcaldías que no tienen para pagarles a sus trabajadores. Entonces, esto ha llegado a una situación que se requiere un cambio político en el país.

Pero, al menos, el dólar paralelo ya se detuvo, que es algo incluso que celebran los voceros oficiales

Ese famoso dólar, del que no se puede hablar, el innombrable, no está detenido. Tiene ya una semana subiendo, y eso preocupa. ¿Por qué está subiendo? Porque el problema es que quien requiere los dólares no los está encontrando en el Dicom. Es muy poco lo que un empresario puede conseguir en el Dicom. Al empresario normal y corriente, es decir, al que no está incurso en la boliburguesía, le es muy difícil adquirir productos para las ventas de diciembre, y tienen que ir al paralelo. No les queda otra. Si alguna persona va a viajar, igual. Tiene que ir a ese mercado.

«quien requiere los dólares no los está encontrando en el Dicom»

¿Eso corrobora la tesis de que el 90% de las divisas se están otorgando por el Dipro?

Nadie sabe la realidad de esa situación, porque no hay transparencia por parte del gobierno en cuanto al manejo de las cifras. Hay muchas especies mediáticas. Pero, ¿dónde está la realidad de eso? En otra época el Banco Central contemplaba una serie de medidas, en lo que se refiere a la información que manejaban los ministerios. Se llevaban estadísticas muy claras, y no sólo económicas, sino también relativas a la salud y otros servicios públicos. Eso se acabó. Uno no sabe cuál es la realidad en cuanto a números, en cuanto a estadísticas. Pero sí la siente por la situación que uno ve en el entorno. Por la comunicación que uno tiene con empresarios, sabe de primera mano que ellos no cuentan con cifras exactas, que hay que buscar en varias instancias, en fuentes extraoficiales, para tener más o menos una idea del día a día de la situación económica y social.

¿Cómo vio usted el proceso de emisión de bonos de Pdvsa?

Reitero: falta de comunicación, falta de transparencia. Pdvsa, que es la primera empresa del país, por supuesto que puede hacer un cambio a última hora en lo que atañe a las condiciones de los bonos, buscar que estos sean beneficiosos para el que tiene un bono, y que ayuden a su vez a la empresa estatal. Pero hay falta de transparencia. En ese sentido, la gente que tiene los bonos, sobre todo el pequeño inversionista, se muestra muy temeroso frente a este canje.

Al parecer tenía como garantía a Citgo, que es lo que dice el economista Francisco Rodríguez que se puede permitir Pdvsa; es decir, contar con algunos activos para garantizarlos a la hora de buscar un financiamiento

Sí, porque Pdvsa tiene muchos activos, tanto aquí como en el exterior. Tal vez los exteriores son más factibles que los internos. Ya sabemos que internamente ha faltado mucha inversión o mantenimiento en los activos que se poseen. Pero sí es cierto que Pdvsa, como gran empresa, todavía tiene mucho para respaldar.

La opinión pública se muestra sorprendida por la decisión de la República de China de no otorgar más financiamiento a Venezuela. ¿Qué ha sucedido en este caso?

En primer lugar, la crisis de la economía china, que está en caída en los últimos trimestres. Hay, asimismo, problemas bancarios, como también lo tienen otros países, lo cual, a mi juicio, responde al hecho de que la crisis hipotecaria-financiera de 2008 sigue dando coletazos. El mundo todavía no ha podido recuperarse de esa crisis.

Por otro lado, hay otro detalle que descubre China, porque parecía que no estaba al tanto de todo lo que era corrupción interna en nuestro país. Esto ha llevado a que China se cierre a ese respecto, en especial a raíz del seguimiento que ha hecho del destino de todos esos préstamos que se daban.

Vista, además, la terrible crisis económica venezolana, por supuesto que ese país se cierra a continuar con ese financiamiento, porque aspira recabar lo que invierte, y la crisis venezolana les genera temor.

“Están pagando los bonos de la deuda, pero a un costo muy grande para el país”

¿Cómo ha visto usted el comportamiento que ha tenido nuestro país con respecto al pago de los bonos de la deuda este año?

Venezuela ha venido honrando sus compromisos que tiene en el exterior. No está así honrando los compromisos que tiene a lo interno: ya sabemos que hay un atraso en los pagos; se ha sacrificado al país para pagar la deuda.

Es bueno honrar los compromisos que se tienen, pero cuando hay dificultades internas hay que buscar la manera de reestructurar esa deuda, y Venezuela no quiere acudir a los organismos multilaterales, porque el gobierno sabe que ahí lo van a obligar a rehacer una serie de políticas para, precisamente, hacer frente a una reestructuración de la deuda. Venezuela está pagando los bonos de la deuda, pero a un costo muy grande para el país.


Reestructurar la negociación

¿Cuál es su apreciación respecto de lo que ha sucedido en Colombia con la victoria del “No” en el plebiscito sobre los acuerdos de paz entre el gobierno y las FARC?

Mi apreciación es la que creo que muchas personas comparten, y es que no se pueden tomar decisiones que afecten tanto a una sociedad, si no hay participación de todos. Entonces, ahí faltó la participación de muchos sectores, y creo que es lo que ahora se va a dar, pero que retrasa lo que se planteaba en el acuerdo entre las partes a pacificar, puesto que no se aprobó dicho acuerdo. Queda reestructurar nuevamente las condiciones de la negociación.