, ,

LOS DISLATES DE PADRINO

No puede ocultar ni disimular la debilidad y la agonía de un régimen dictatorial en trance de derrumbarse definitivamente

Oscar Battaglini

Nos referimos aquí al tipo de respuesta (que más que una respuesta es una ronca de guapo de botiquín) que han venido dando Maduro, Padrino, Cabello y algunos otros voceros (civiles y militares) de la dictadura usurpadora, en relación a la amenaza cierta de que nuestro país sea invadido militarmente por los Estados Unidos mediante una acción unilateral o multilateral.

Se repite en Venezuela, de forma completamente descontextualizada y de la manera más irresponsable, temeraria, aventurera y provocadora la política  definida por Stalin y continuada por la burocracia poststalinista de Rusia y sus satélites de Europa Oriental y del resto del mundo en el desarrollo de la “guerra fría” (1947-1989). Pero lo que más llama la atención de la conducta “política” de la burocracia que actualmente usurpa el poder en Venezuela, no es sólo el ridículo que hace al pretender presentarse “de tú a tú” con los Estados Unidos e incluso afirmando que está en condiciones de vencer a esta superpotencia, sino el hecho de que pareciera no tener la más mínima noción:

  1. Esa política (salvo en el caso de Viet Nam) no se anotó una sola victoria en un enfrentamiento directo con los Estados Unidos, y mucho menos en el plano militar. Los casos de la Guerra de Corea (1951-1953) de la “Guerra del Golfo”, de Libia, de Irak, de Afganistán, Panamá, etcétera, son muy ilustrativos a este respecto.
  2.  Ya no existe el equilibrio de fuerzas (geopolítico) generado por el conflicto Este-Oeste en el marco de la “guerra fría”, el cual culminó con la caída estrepitosa y vergonzosa del sistema político (autoritario y totalitario) creado y sostenido por Stalin y el poststalinismo, tanto en Rusia como en Europa Oriental.
  3. Del derrumbe de ese sistema no quedan sino, por un lado, pequeños países sin ninguna incidencia en la dinámica económica y política del mundo contemporáneo, y por otro, la Rusia -o lo poco que persiste de ella después del derrumbe- bajo el control omnímodo y unipersonal de un agente de la policía política (KGB) de la era stalinista: V. Putin.

                                      PETRÓLEO Y ARMAS                                     

La “federación rusa” bajo el control mafioso de Putin, sigue siendo una formación política atrasada económica, científica y tecnológica, no obstante los importantes avances alcanzados por Rusia en esas áreas durante la era stalinista. Hoy su economía, para referirnos sólo a esta parte, se reduce básicamente a la extracción y exportación de petróleo, y a la comercialización internacional de armas que, en su mayoría, son el producto de los grandes inventarios dejados por el poststalinismo para el momento de su debacle definitiva. A esto habría que agregar que esas armas, comparadas con las que producen los países capitalistas desarrollados, particularmente los Estados Unidos, son una verdadera chatarra que muy poco pueden hacer en un conflicto armado directo con esta superpotencia.

EL DISLATE DE PADRINO

           Asombro e hilaridad piadosa provocan las declaraciones de Padrino López, a su regreso de su último viaje a Moscú, en las que afirma, palabras más palabras menos que “Venezuela no está sola en el tablero del juego geopolítico mundial”; con lo cual ha querido dar a entender para infundirse ánimo, que la dictadura militarista -que él confunde interesadamente con la nación venezolana- cuenta con el apoyo de Rusia, China, Irán, Corea del Norte, Cuba, Turquía, Bielorrusia, Nicaragua; países en los que imperan regímenes dictatoriales (policiales y totalitarios). Pero donde la fatuidad y la carencia total de la noción del ridículo alcanza su mayor grado, es cuando Padrino López le responde con una ronca (amenaza jactanciosa) al jefe del comando sur de los Estados Unidos, en la que le advierte en tono desafiante, que si él tiene todo listo para intervenir militarmente en Venezuela, él (Padrino López) y su entorno militarista también lo están, y en espera de que le dé cumplimiento a su palabra.

Lo primero que se nos viene a la mente frente a semejante y peligroso dislate, es aquella expresión de Clausewitz donde afirma que “la guerra es un asunto muy serio para dejarla en manos de militares” y mucho menos, agrego yo, si son fanáticos e ignorantes.

En segundo lugar es preciso señalar la enorme irresponsabilidad contenida en unas declaraciones que, en lugar de darle un tratamiento político prudente e inteligente a lo afirmado por el militar norteamericano –dirigido en todo caso a impedir la concreción de sus afirmaciones- lo que hace es incitar provocadora y temerariamente su ejecución, con las nefastas consecuencias que ello acarrearía al país y en general a la población venezolana, estimado no sólo en la pérdida de vidas humanas, la destrucción de áreas fundamentales de la infraestructura económica nacional; en un mayor agravamiento y profundización de la crisis humanitaria compleja por la que atraviesa el país, sino también por el trauma (por el impacto) que un hecho de tal naturaleza ejercería sobre la psiquis de la inmensa mayoría de la población venezolana.

Todo indica que la posición política y esa actitud de Padrino López está fuertemente influida por los apoyos que la dictadura chávezmadurista recibe de Rusia y China. Pero, por sobre todo de los apoyos (político y militar) que recibe del régimen autoritario y mafioso de Putin. Llegados a este punto, cabe la pregunta: ¿hasta cuándo duran o se mantienen esos apoyos.

EL NÁUFRAGO DE LA TABLA

       Padrino López, Maduro y sus respectivos círculos de poder –llevados por la desesperación que les produce el aislamiento político evidente, ostensible, en el que se encuentran- creen que tanto Rusia como China permanecerán definitivamente de su lado en su afán de perpetuarse dictatorialmente en el poder. Esa visión de los principales capitostes de la dictadura militarista sobre la crisis política venezolana y, particularmente de los apoyos que recibe de esos dos países, es lo más parecido a lo que tiene el náufrago de la tabla a la que momentáneamente se aferra en su desesperación por mantenerse a flote. La verdad en todo esto es que sólo en apariencia, la política de Rusia y de China en relación con la situación venezolana, parece corresponderse con las expectativas que tanto Maduro como Padrino López y su entorno, se han hecho con respecto a esos dos países. Esto, dicho de otro modo significa que los apoyos que le han venido aportando a la dictadura venezolana, obedecen más a las contradicciones (sobre todo comerciales, en el caso de China, y políticas en el de Rusia) que ambos países tienen -particularmente con los Estados Unidos- que  a razones de solidaridad política e ideológica con la dictadura.

APOYOS FRÁGILES

       No resulta aventurado afirmar que tales apoyos se mantendrán hasta el momento en que sus intereses comerciales, financieros y económicos en general comiencen a ser afectados por esa causa en los mercados internacionales. Ese es el punto principal –cuestión que ya se hizo pública- que la diplomacia norteamericana puso sobre la mesa en los intercambios que viene haciendo con esos dos países sobre la situación venezolana, y que de suyo se ha convertido en la jugada que nos permite comprender a cabalidad dos cosas fundamentales:

  1. La fragilidad y el carácter circunstancial de esos apoyos.
  2. La debilidad y la agonía de un régimen dictatorial en trance de derrumbarse definitivamente, situación que la “ronca” de Padrino López no puede ocultar ni disimular.