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La oposición vive en Macondo I Opinión I Domingo Alberto Rangel

En Macondo abundan los burdeles y la oposición para eso tiene su Superlano. Ya vendrán los incestos.

Domingo Alberto Rangel I AL REVÉS Y AL DERECHO

Como la mayoría de los latinoamericanos que leímos “Cien años de soledad”, recibí la obra como quien baja de un tren en tierra extraña y se encuentra con que no solo allí hablan igual que uno… sino que los lugareños describen situaciones con las cuales estamos familiarizados.

Que García Márquez hubiese recibido el Nobel y que  vistiese para la ocasión una especie de guayabana en vez del tradicional traje de etiqueta… que aparte de la celebración oficial hubiese invitado sus amigos de toda una vida… vecinos de Aracataca… me hizo sentir  profundamente latinoamericano.

Tanto quizás como risa me causó Hugo Chávez con su teatral “huele a azufre” en las Naciones Unidas… después que el día anterior hubiese pasado por allí George W. Bush… quien aún después de la boutade del venezolano… debería estar en deuda ya que merced al aumento del petróleo… su familia multiplicó por diez los haberes.

En Macondo se lucha una eterna guerra siempre perdida por los Buendía…que es lo que buscan los desmoralizados vivianes del G4 y los más corruptos sectores del gobierno».

Ojo: también reí cuando el Rey Borbón y ladrón…  le  soltó a Hugo su “por qué no te callas Chávez”.

Sin embargo desde la primera vez que leí la magistral  obra del Gabo me pareció que el autor describía un rompecabezas al que le faltaban piezas.

Detalle que merced a una conferencia a distancia titulada “Cien años de soledad, contra el mito de Simón Bolívar: la distopía que fragmenta de la Hispanidad”, escuchada a comienzos de la pandemia y que se puede bajar gratis de youtube, en la cual el más brillante hispanista de estos días –Jesús G. Maestro- opina que “Cien años de soledad” se escribió contra el mito de Simón Bolívar como creador de la distopía que fragmentó la hispanidad.

Obvio que el profe Maestro opina que en la América hispana se vivía mejor como parte del imperio español –e incluso tuvimos más civilización que en las colonias británicas-… y que a partir de la Independencia –una guerra civil- quedaron las nuevas repúblicas en bancarrota… con las economías en el suelo a causa del largo y sangriento conflicto… y con la población diezmada… sin varones jóvenes… y lo peor… por un siglo endeudadas con las bancas británica y francesa… deuda heredada por Wall Street  porque Albión –que contaba con Bolívar y San Martín- no envió su legión a estas tierras gratuitamente.

No es mi intención denostar del venezolano más  importante. Tampoco aclarar la geopolítica del siglo XVIII donde británicos y franceses se propusieron acabar con el imperio español en América… pero si unir la obra de García Márquez con el desastre que vivimos los venezolanos y que seguiremos viviendo… si no cambiamos.

Y en tal sentido opino que “cambiar” no es sacar del poder al presidente Maduro… sino más bien evitar que el interinato o los desmoralizados de la actual oposición… lleguen a tomarlo.

Nada nuevo: aun siendo técnicamente opositor… llevo dieciocho años en esto.

Pero volviendo a la obra del Gabo: si bien a casi todos los latinoamericanos “Cien años de soledad”, nos vuelve a la vida, del limbo en que viven estas sociedades… no por ello los sucesos de Macondo dejan de ser absolutamente impresentables y reprobables.

Tan reprobables como los hechos de estas oposiciones venezolanas que arreglan sus primarias como técnica de embobamiento colectivo… método para acceder a fondos que en gran parte serán robados… y manera de garantizar que no habrá cambio.

Es absolutamente distópico pensar un futuro para Venezuela en el cual quienes mandan son tipejos y féminas incapaces de reprobar el terrorismo en el que sin ningún resultado han caído… unos por acción… otros por falta de reprobación.

Tipejos que han convertido el ser opositores en una  manera de pasar la vida cual grandes burgueses… pero sin cumplir con el bíblico mandato de trabajar.

Mercenarios mantenidos con minucias que el Departamento de Estado les aprueba… a ser pagados estos holgazanes sin principios del G4… con fondos robados de Citgo.

Seres que aplauden una burda sentencia británica según la cual un banco al que bobamente se le confíen fondos en custodia… tiempo después… si le conviene… puede decidir devolver o no esos fondos a quien se los confió.

Y a la par inventar un mequetrefe como dueño de en este caso un oro que como los obeliscos robados a Egipto… no piensan estos piratas devolver.

Qué un gobierno politiquero y muchas veces rufián…  no aprese como debe ser al interino y a su combo… no implica que uno se calle ante el Macondo en el que esta oposición vive y medra.

En Macondo abundan los burdeles y la oposición para eso tiene su Superlano. Ya vendrán los incestos.

En Macondo se lucha una eterna guerra siempre perdida por los Buendía… que tras generaciones entre robos, violaciones y fusilamientos termina sin ganadores pero sin cambios… que es lo que buscan los desmoralizados vivianes del G4 y los más corruptos sectores del gobierno.

Sectores que a los yanquis les susurran… “no tenemos problemas con ustedes… podemos perder y entregar… como los sandinistas en Nicaragua… y tras dos períodos de bates quebrados opositores… volver… si tan solo nos garantizan… lo que hemos ganado en estas dos décadas de revolución”.

Y si bien García Márquez ya no está para aclarar que en su obra solo plasmó literariamente lo que en su Colombia vivía… y no una crítica al gran fracaso en que ha terminado la América Hispanoparlante… después de la Independencia… con lo que se ve y vive basta: no queremos más Macondos… fuera los Buendía y sus incestos de la política.

@DomingoAlbertoR

EL AUTOR es ingeniero civil, consultor, asesor, dirigente político y Juez de Paz en el Municipio Baruta, estado Miranda, Venezuela. Premio Nacional de Periodismo 2019, mención Opinión.

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