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Dictadura intenta ocultar magnitud de los deslaves I Opinión I Oscar Battaglini

Ya Maduro no cuenta con los recursos financieros que le permitan honrar la magnitud y la cuantía de los ofrecimientos hechos

Oscar Battaglini

Como es sabido, eventos de esa naturaleza como el ocurrido en la población de Las Tejerías, estado Aragua, pueden ocurrir en cualquier parte del mundo, sobre todo por efecto del cambio climático, que cada vez perturba más las condiciones de vida en el planeta. Pero ese hecho donde se manifiesta con mayor capacidad destructiva es en las regiones constituidas por los hasta hace poco llamados países del “tercer mundo” en razón:

1-De las condiciones de pobreza extrema, endémica en esos países que obliga a un grueso y creciente sector de sus poblaciones a construir sus “viviendas”, particularmente en el ámbito urbano, en espacios de alta peligrosidad, es decir, en las pendientes de los cerros, en terrenos no consolidados geológicamente las riveras de los ríos y cursos de agua, en los cauces de las quebradas, etc, todo eso hecho sin planes urbanísticos, y 2- el abandono general al que han sido sometidas esas poblaciones (ese es el caso de América Latina y, por supuesto, de nuestro país) por los gobiernos que históricamente se han turnado en el ejercicio del poder, los cuales no han demostrado ningún interés por reubicar a esos núcleos de población en lugares seguros, y cuando le han prestado alguna atención, ha sido para manipularlos clientelar y políticamente, sobre todo en épocas de elecciones presidenciales.

He ahí la real y verdadera causalidad -en nuestro caso- de los perjuicios (en pérdidas de vidas humanas y bienes materiales) causados por el deslave de La Guaira, de hace más de 20 años; de los daños provocados por las lluvias y las tormentas  que con alguna frecuencia azotan al país; y de la tragedia que acaba de ocurrir en Las Tejerías, con saldo de más de 100 víctimas entre muertos y personas desaparecidas; situación en torno a la cual , el régimen dictatorial ha tendido un cerco informativo para intentar ocultar, no sólo la magnitud de la tragedia, sino sobre todo, el manejo irresponsable (politiquero, proselitista y electorero) que Mad uro y su entorno burocrático y militar pretenden hacer de esa tragedia en medio del dolor y el sufrimiento que en estos momentos embarga a toda la población de Las Tejerías.

La confirmación de lo que decimos la aportó el propio ministro de Relaciones Interiores del régimen madurista, quien en unas declaraciones expresó, dirigiéndose a los periodistas que cubren la fuente, … que los medios de comunicación debían irse de la zona en situación de desastre; … “que no estorbaran”, que lo dejaran trabajar, etc.

Maduro por su parte se hizo presente en Las Tejerías, pero no como lo hacen en otros países los gobernantes ante situaciones semejantes, para poner de manifiesto su preocupación y pesar por lo ocurrido y ofrecer la ayuda gubernamental, sino como un candidato presidencial en campaña electoral que hizo recordar a Carlos Andrés Pérez, saltando charcos y haciendo promesas de resolver todos y cada uno de los problemas (reparación y construcción de viviendas, de servicios, de infraestructura, económicos, etc) creados por el deslave.

Sin embargo, la cosa no se quedó en lo actuado por Maduro en el sitio del siniestro, ya que las grabaciones hechas en ese lugar por su aparato de seguridad y propaganda, han sido convertidas en una suerte de reportaje que permanentemente es difundido y repetido por los medios de comunicación (radio y TV) bajo control de la dictadura militarista. Constituye ese hecho un anticipo de lo que la dictadura se dispone a hacer en el venidero proceso electoral, todo ello como parte de su afán autoritario de permanecer indefinidamente en el poder al precio que sea.

Una cuestión que está suficientemente clara en estos momentos es que ya Maduro no cuenta con los recursos financieros que le permitan honrar la magnitud y la cuantía de los ofrecimientos hechos a la comunidad de las Tejerías, pero no tuvo ningún reparo en mentir, como es su costumbre, puesto que se trata de un mentiroso compulsivo que, (tal y como hace reiteradamente, con los motores de la Venezuela potencia, con los supuestos 2 millones de b/d de petróleo, el fin de la crisis económica que viene anunciando desde el 2014, etc) a sabiendas de que no podrá cumplir con lo ofrecido y confiado en lo fácil que resulta engañar a un pueblo desinformado, carente de datos y cifras que le permitan cotejarlas con la realidad real.

Esa es la información que se deriva del estado actual de la producción petrolera nacional, la cual, aunque sigue siendo la fuente principal del ingreso fiscal, permanece afectada por el estancamiento y por una fuerte y persistente presión hacia la baja; tendencia con respecto a la cual no se vislumbra en el corto o mediano plazo, ningún indicio de que pueda revertirse. Tanto es así que, de una producción de aproximadamente 700 mil b/d, cifra que logró mantenerse durante un buen tiempo, comenzó a descender hasta colocarse en menos de 600 mil b/d.

Otro hecho que permite verificar la situación de precariedad financiera del “Estado Madurista”, es el conflicto en desarrollo de los trabajadores (incluidos los millones de pensionados) y de los profesionales (maestros, profesores de nivel medio y universitario, médicos y personal de enfermería, etc) los cuales reclaman mejoramiento de los salarios, restitución de la seguridad social, respeto de la contratación colectiva, el pago de la enorme deuda contraída con ellos, exigencias a las que la dictadura no sólo se niega a satisfacer sino que ha respondido con la puesta en vigencia de un reglamento conocido como el “instructivo Onapre”, que cercena aún más los derechos de los trabajadores en general.

Se trata entonces, objetivamente de un Estado, o más concretamente, de un régimen político dictatorial-militarista que no está en condiciones de dar cumplimiento a las promesas hechas a los damnificados de Las Tejerías y del barrio El Castaño de Maracay; razones por las que no podrá pasar de las labores de limpieza del área afectada a la fase de recuperación o reparación de los gigantescos daños materiales provocados por los deslaves ocurridos en esas poblaciones del estado Aragua

Lo que sí está en marcha es la puesta en escena de nuevo (la repetición) de la comedia, en la que una vez más aparece Maduro adjudicando apartamentos no terminados en la “Misión Vivienda Venezuela”, que le sirvieron a Chávez en su momento y ahora le sirven a él (de manera farsesca en ambos casos) para promoverse política y electoralmente entre los sectores sociales que están siendo afectados por los desastres naturales que se han venido sucediendo en el país.

EL AUTOR es historiador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, co-fundador del partido Liga Socialista y exrector del Consejo Nacional Electoral. Autor de los libros “Legitimación de Poder y lucha política en Venezuela” y “El medinismo, modernización, crisis política y golpe de estado”.

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