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El Siamed se mantiene en deuda con los pacientes

Siamed

A cinco meses de la creación del Siamed la escasez de medicamentos se ubica en 70% en todo el país, según Fefarven. Representantes del gremio farmacéutico consideran que el desabastecimiento no terminará si no se cancela la deuda de $ 4,5 millones con los proveedores internacionales


Romhy Cubas, Natalia Quiroga y Alejandro Armas

El 23 de abril de 2015 el ministro de Salud, Henry Ventura, reveló a Venezuela la nueva plataforma creada por el Ministerio de Salud: el Sistema Integral para el Acceso a Medicamentos (Siamed), el cual pretende llevar un registro de los medicamentos necesarios en el tratamiento de las enfermedades crónicas no transmisibles. El programa, según las primeras declaracines del ministro, estaría destinado a aquellos pacientes que sufran enfermedades cardiovasculares, endocrinometabólicas y neurológicas, por ser estas las tres primeras causas de muerte en el país. Asimismo, el funcionario aseguró que el nuevo sistema ayudaría a garantizar los medicamentos para toda la población y a luchar contra “la guerra económica, el acaparamiento y el bachaqueo”.

Esa misma semana de abril, mediante las redes sociales del Min-Salud y diversas farmacias, se difundió el funcionamiento del sistema y los pasos que deben seguirse para el registro. En primer lugar, las farmacias deben registrarse de manera obligatoria llamando al 0800-SIAMED-0 (0800-742-6330). Una vez creado el usuario, pueden ingresar al sistema por la página web siamed.mpps.gob.ve. Posteriormente, los pacientes pueden acudir a las farmacias de su preferencia a registrarse. El registro no es obligatorio, pero cada persona podrá inscribirse en un solo expendio.

El primer y principal requisito es la cédula de identidad laminada o pasaporte junto a su récipe médico (que no tenga más de seis meses de haberse emitido). Una vez inscrito, el paciente recibe un mensaje a su número telefónico que le da la bienvenida al registro; mediante este número el Siamed le indicará a la persona la llegada del medicamento. Se dispondrá de un plazo de 15 días hábiles después de que la persona reciba el mensaje de texto que indique la disponibilidad del medicamento para su retiro en la farmacia de registro.

El ministro Henry Ventura expuso que, en una primera fase, 6.700 farmacias se afiliarían al sistema para hacer el registro de los pacientes. En total, en Venezuela existen 7.649 farmacias que se irían afiliando conforme se perfeccione la plataforma automatizada. Mientras esto sucede, los pacientes pueden acudir a las farmacias que ya cuentan con la plataforma.

En una visita al Ministerio de Salud, en El Silencio, iniciada a las 10:00 am de un miércoles, dio la impresión de que solo el ministro Ventura está al tanto de esta medida. En la entrada, cuando se les solicitó a las recepcionistas el respectivo carnet de visitante a cambio de la cédula, y se les preguntó por la dependencia a cargo del Siamed, respondieron con otra interrogante: “¿Qué medicina es esa que buscan?”. Luego de explicarles, indicaron que debía ser en ‘planificación’, en el piso 3. Hubo que recurrir a las escaleras. Los ascensores no servían.

La búsqueda de información sobre el Siamed se convirtió entonces en toda una travesía. Luego de visitar varias oficinas en el piso 3, siendo referidos de una a otra, se tuvo que subir al 6. Aparentemente, el carnet que decía “Visitante – Piso 3” no era un impedimento para recorrer otros pisos, luego de pedir permiso a un vigilante. “No, eso es en el piso 8”. “No, eso no es aquí, es en el piso 7”.

Las farmacias deben registrarse de manera obligatoria llamando al 0800-SIAMED-0 (0800-742-6330). Una vez creado el usuario, pueden ingresar al sistema por la página web siamed.mpps.gob.ve. Posteriormente, los pacientes pueden acudir a las farmacias de su preferencia a registrarse. El registro no es obligatorio, pero cada persona podrá inscribirse en un solo expendio.
Las farmacias deben registrarse de manera obligatoria llamando al 0800-SIAMED-0 (0800-742-6330). Una vez creado el usuario, pueden ingresar al sistema por la página web siamed.mpps.gob.ve. Posteriormente, los pacientes pueden acudir a las farmacias de su preferencia a registrarse. El registro no es obligatorio, pero cada persona podrá inscribirse en un solo expendio.

En todos esos pasillos y oficinas siempre hay al menos un cuadro del expresidente Chávez o del presidente Maduro (o ambos), e incluso se ve una bandera cubana colgada del umbral de una puerta junto al tricolor nacional. En el departamento encargado de la diabetes, a pesar de ser una de las enfermedades crónicas no transmisibles que abarca el Siamed, tampoco conocían este sistema.

Luego de unos siete desvíos, por fin, el lugar correcto: la Sala Situacional del Siamed en la oficina 725, cuya identificación no aparece en la puerta. Adentro unas 30 personas en computadoras y en unos cuantos cubículos alzaron la mirada de inmediato al notar a los visitantes inesperados.

“Disculpen, quisiéramos saber si alguien nos podría hablar del Siamed. De cómo funciona y cómo ha progresado el sistema”. Una de las personas se acercó, inquirió sobre el motivo de la pregunta y, luego de consultarlo dentro de una oficina (quizá la de un superior), señaló otro sitio: la oficina 622, donde trabajan los ingenieros que lanzaron la plataforma del Siamed.

Ellos solo conocían los aspectos técnicos del funcionamiento del registro y además dijeron que no eran las personas indicadas para hablar al respecto. Eran las 11:30 a.m.

A cinco meses de su creación

El 28 de abril el Estado aseguró que ya había asignado los dólares preferenciales a tasa de Bs 6,30 a los laboratorios para la importación de las medicinas, y por ello se debía garantizar que los fármacos lleguen a la población. Para esta fecha, algunas cadenas farmacéuticas de la zona norte de Anzoátegui empezaron a recibir códigos que les permitirán ingresar al Siamed. Establecimientos como Farmatodo y Saas aclararon en un artículo del diario de circulación regional El Tiempo que conocían poco de la plataforma, pero habían recibido las claves.

El 29 de abril se informó que 2.154 personas ya estaban registradas en el Siamed. Para el 4 de mayo Ventura notificó que hasta la fecha 9.000 pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles se habían inscrito, siendo el estado Miranda el de mayor participación con unos 2.300 registrados.

El 6 de mayo la red Farmahorro informó que ya estaría habilitada como punto de registro en el Siamed. Dos días más tarde, el 8 de mayo, el ministro declaró que el registro había aumentado a 26.000 pacientes e indicó que hasta la fecha se habían solicitado más 20.000 medicinas a través del sistema.

Para la primera quincena de ese mes, según datos oficiales, la cantidad de inscritos en el sistema llegaba a 89.680 y tres meses después, según el último reporte dado sobre el Siamed (el 3 de agosto) por el viceministro de Insumos, Recursos, Tecnología y Regulación del Ministerio de Salud, Henry Hernández, más de 137 mil venezolanos se han registrado y distribuido “40 mil unidades de medicinas” desde el 23 de abril, reseñó la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).

Un problema de abastecimiento

Aunque las cifras de los pacientes inscritos en el sistema van en aumento, según declaraciones de los organismos del Estado, los expertos en el área farmacéutica del país se han mostrado en desacuerdo con la implementación del Siamed.

Así lo expresó el presidente de la Federación Farmacéutica de Venezuela (Fefarven), Freddy Ceballos, quien afirmó que la escasez de medicamentos es consecuencia de la falta de divisas y no de las dificultades con la cadena de distribución, por lo que la nueva plataforma no podría garantizar mejoras para pacientes con enfermedades crónicas.

40%

de las medicinas que se consumen en el país son producidas en Venezuela, pero ese número ha ido cayendo, a juicio de Freddy Ceballos, presidente de Fefarven

Ceballos explicó que el principal problema al que se enfrenta el sector es la caída en los inventarios, que es mayor a 60% en Caracas, mientras que en el interior del país sobrepasa 70%. Señaló que hace unos años era de apenas 15% y con ese porcentaje la situación ya era alarmante.

“En realidad el país tiene un problema de abastecimiento de medicamentos. De nada sirve implantar un sistema nuevo de distribución si hay la misma cantidad de productos”, criticó. Dijo que, a su vez, el poco suministro es resultado de la deuda de 3,5 millones de dólares que mantiene el Estado con los proveedores internacionales de los laboratorios.

“Lo que el ministro Ventura debería hacer es servir de puente comunicacional entre el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex) y las empresas fabricantes para que les paguen y vuelvan a producir como antes. Por desgracia, no pareciera que tenga esa intención”, lamentó.

Afirmó que la deuda tiene unos 4 años acumulándose y que a principios de 2015 fue cancelada el 5%. “Ahorita dijeron que pagaron 15%, pero a mí no me consta. Para colmo nos acusan de hacer un mal uso de las divisas preferenciales. ¿Cómo vamos a hacerlo si ni siquiera las podemos tocar? El Cencoex las pasa directamente a los proveedores sin que pasen por nuestras manos”, explicó.

Destacó que laboratorios, droguerías y farmacias han sido renuentes a revelar información sobre la escasez debido a que temen represalias por parte del Gobierno, como una mayor sequía de divisas.

Una fuente del sector de droguerías, que prefirió no dar su nombre, coincidió con Ceballos en que la efectividad del Siamed pasa necesariamente por la solvencia con los laboratorios, pero estimó una deuda mayor: 4,5 mil millones de dólares. Hace poco el Gobierno anunció que invertirán más de $ 6.000 millones en la misión Barrio Nuevo, Barrio Tricolor. Con menos de eso se pudo pagar completamente a nuestros proveedores y se hubiera acabado así con este desabastecimiento tan espantoso. No vale la pena tener una casita pintada bonito si sus habitantes se están muriendo porque no pueden tratar sus enfermedades”, expresó.

Esta fuente explicó que los pagos por partes pequeñas no ayudan mucho. “A uno de los laboratorios más grandes le adeudan 350 millones dólares. Esta cantidad es tan grande que si ahora le pidiera a su casa matriz o a otro proveedor extranjero cierta cantidad de insumos con lo poco cancelado, muy probablemente le van a responder con una negativa hasta que se pague, por lo menos, un tercio del total”, explicó.

Se conoció que entre el 3 y el 4 de junio el Gobierno canceló parte de la deuda que mantiene con los laboratorios. Pese a que aún no sabe con exactitud en cuánto se redujo el compromiso, que era de alrededor de 3,5 millardos de dólares, una fuente no identificada consultada por el diario El Nacional indicó que el total honrado fue significativo y que varias compañías recibieron pagos. Esa fue la cuarta liquidación que hizo el Cencoex al sector en el primer semestre del año.

El primer y principal requisito es la cédula de identidad laminada o pasaporte junto a su récipe médico (que no tenga más de seis meses de haberse emitido).
El primer y principal requisito es la cédula de identidad laminada o pasaporte junto a su récipe médico (que no tenga más de seis meses de haberse emitido).

El 17 de junio de 2015, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, anunció en su programa de televisión que viajó a Brasil para acordar con productores del vecino país la importación de medicamentos para hipertensión y diabetes a Venezuela, “aunque eso moleste a los laboratorios” criollos. “Es para garantizar al pueblo los buenos precios”, declaró.

Ceballos cuestionó esta postura oficial. “El Estado se ha vuelto un importador desmedido. Con la caída de los precios del petróleo tiene menos divisas, y las que tiene, en vez de invertirlas en el país para generar producción y empleo, las lleva para afuera”, dijo.

Según la fuente del sector farmacéutico, que pidió no ser identificada, hoy Venezuela produce alrededor de 40% de los medicamentos consumidos en el país. Ceballos corroboró este porcentaje e indicó que ha ido cayendo. “Los que se elaboran aquí necesitan principios activos y otras materias primas que vienen de afuera. Una vez más, las divisas son el problema”, manifestó.

Para Marino González, médico especializado en políticas públicas, la implementación del Siamed constituye la mayor distorsión en la distribución de medicamentos en la historia del sistema de salud de Venezuela, ya que más que un aumento del consumo de medicamentos, lo que existe en realidad es una caída extraordinaria en la producción.

Según cifras expuestas por González en una entrevista publicada por el portal web Prodavinci el 27 de abril, desde junio de 2013 hasta julio de 2014 las fallas de inventario de medicamentos pasaron de 45% a 71% (medidas en unidades) y de 40% a 60% (medidas en productos).

Julio Castro Méndez, médico cirujano con especialización en Medicina Interna e Infectología, también expuso en Prodavinci su disconformidad con la nueva política de control en medicamentos del Gobierno, que busca controlar quiénes, dónde y por qué se usan determinados productos “Si no pueden garantizar medicamentos constantes y vitales para 25 mil venezolanos, ¿cómo es que podrán hacerlo para once millones? Porque 36% de la población nacional usa algún tipo de medicamento de forma regular, según datos de la Organización Mundial de la Salud”, declaró.

Data incompleta

La inscripción de los pacientes -mediante las farmacias- en la página web del Siamed en teoría permitiría al Min-Salud tener la información sobre las enfermedades crónicas padecidas por cada persona y así saber cuántas hacen falta en cada zona del país.

La caída de inventarios es mayor a 60% en Caracas

“La primera falla con este sistema es que no es obligatoria la inscripción del consumidor. Por lo tanto, la data registrada no está completa. Con esos números les dicen a los laboratorios que importen o produzcan ciertas cantidades que en realidad no alcanzan para satisfacer la demanda nacional. El concepto está bien, pero la forma de implementarlo, no”, explicó la fuente anónima.

Añadió que aunque el ministerio ha dicho que se han inscrito más de 300 mil personas, esta no es una cantidad representativa del total con enfermedades crónicas. “En Venezuela hay 30 millones de personas, de las que más o menos una tercera parte, o sea 10 millones, tiene alguno de estos padecimientos. Queda 97% por fuera”, dijo.

Ceballos informó que, aunque Fefarven no posee registros del total de pacientes inscritos por cada farmacia, los casos conocidos reportan cantidades muy bajas. “Diez personas, como mucho. Casi siempre son familiares de los empleados”, puntualizó.

El representante del gremio farmacéutico dijo que los medicamentos que presentan más fallas son los que tratan el sistema nervioso central, la diabetes, hipertensión arterial, para la tiroides y otros padecimientos crónicos. Justamente aquellos cuya distribución regula el Siamed.

En efecto, la fuente anónima reveló que los tres productos más solicitados mediante el sistema en todo el país, hasta julio, eran el Atacan, para la hipertensión, y dos fórmulas de insulina. Del primero, fueron solicitadas 27 mil unidades en un mes. “Nosotros manejamos una droguería pequeña, con solo 3% del mercado nacional, pero en circunstancias normales despachábamos 60 mil unidades mensuales. ¿Cómo 27 mil van a cubrir la demanda en toda Venezuela?”, cuestionó.

Para esta fuente, la escasez de medicamentos ha de ser superior a la reportada por Ceballos, puesto que ese porcentaje es de 85% en la droguería para la que trabaja. “Este desabastecimiento tan alto y prolongado no tiene precedentes en la historia nacional. Nosotros pensábamos que no llegaríamos a esto porque se trata de la salud de los venezolanos. Pensábamos que algo así de crítico iba a llamar la atención del gobierno, pero nos hemos dado cuenta de que no es así”, lamentó.

Aumento de las enfermedades crónicas

La escasez de medicamentos que según el Min-Salud terminará gracias al Siamed se produce justamente en un momento en que estos productos pudieran ser más necesarios. Considerando la incidencia de la diabetes, una de las enfermedades crónicas más extendidas en el país, son reveladores los hallazgos de la “Encuesta Condiciones de Vida del Venezolano” (Encovi), realizada conjuntamente por expertos de las universidades Central de Venezuela (UCV), Simón Bolívar (USB) y Católica Andrés Bello (UCAB). A pesar de la falta de estadísticas oficiales desde 2011, la investigación concluyó que entre 6% y 10% de la población padece diabetes.

La prevalencia de la enfermedad pudiera deberse a otro dato: los alimentos más consumidos por los venezolanos, en todos los estratos sociales, son la harina de maíz, el arroz, las pastas, las carnes, las grasas y los azúcares.

“Estos alimentos ricos en calorías son justamente los que deben ser consumidos con moderación para evitar el desarrollo de diabetes e hipertensión. Una alternativa saludable, como el pollo, aparece muy rezagado con respecto a las harinas. Tampoco destacan los granos, un sustituto saludable de las carnes rojas. Las frutas y los vegetales, que tanto aportan, prácticamente han desaparecido de la dieta diaria del venezolano”, explicó Marianella Herrera, médico de la UCV, especialista en nutrición y uno de los coautores del estudio.

Con ella coincidió Nixia Maldonado, presidenta del Colegio de Nutricionistas de Venezuela. “La población está consumiendo harina en exceso. Esos carbohidratos se convierten en azúcar, que produce los desequilibrios que pueden llevar al desarrollo de la diabetes. No es que haya que dejar de comerlas, pero si no se acompañan con fibras y proteínas, como las que se obtienen de granos, frutas y vegetales, son muy nocivas”, dijo.

Ambas especialistas coincidieron en que más allá del deseo individual por adoptar una dieta más sana, hay un problema de salud pública porque los alimentos menos saludables son los que más se consiguen, y a precios más asequibles.

El país tiene un problema de abastecimiento de medicamentos. De nada sirve implantar un sistema nuevo de distribución si hay la misma cantidad de productos”, criticó Ceballos

“La sensación de hambre tiene que ser saciada con lo que esté disponible, y eso, por los momentos, es precisamente lo que debe consumirse con moderación”, dijo Herrera. Maldonado añadió que el Estado ha fallado en su propósito de garantizar el abastecimiento de todos los productos necesarios para mantener una dieta saludable.

Herrera considera que ha aumentado el porcentaje de personas con diabetes en Venezuela en los últimos años. Informó que, según los anuarios de mortandad del Min-Salud, en 1998 hubo 20,8 fallecidos debido a la enfermedad por cada 100.000 habitantes; en 2010, última vez que se publicó esta cifra, había ascendido a 33 por cada 100.000.

Para la especialista, en los últimos 5 años no ha habido ningún cambio en los patrones de conducta que fomentan el padecimiento, como los hábitos alimenticios analizados por la Encovi.

“Si asumimos, de acuerdo con estudios disponibles, que la proporción de personas con hipertensión es 30% del total en el país, y 10% en el caso de diabetes, puede estimarse que la población sin tratamiento adecuado de hipertensión equivale al menos a 6.000.000 de personas. Y en el caso de diabetes serían 2.000.000. Es evidente que el país, entonces, necesita triplicar la cantidad de medicamentos para garantizarles a esas personas la mejor calidad de vida posible. Sin contar los medicamentos que se requieren para otras enfermedades. Esta es otra demostración muy clara de lo desacertado de basar una política en la reducción del consumo y de la producción”, expuso Marino González.

El 17 de junio de 2015, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, anunció en su programa de televisión que viajó a Brasil para acordar con productores del vecino país la importación de medicamentos para hipertensión y diabetes a Venezuela, “aunque eso moleste a los laboratorios” criollos. “Es para garantizar al pueblo los buenos precios”, declaró.
El 17 de junio de 2015, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, anunció en su programa de televisión que viajó a Brasil para acordar con productores del vecino país la importación de medicamentos para hipertensión y diabetes a Venezuela, “aunque eso moleste a los laboratorios” criollos. “Es para garantizar al pueblo los buenos precios”, declaró.

“Disculpe, no hay”

La farmacia La Sosa lleva el mismo nombre del sector de Las Adjuntas en el que se encuentra. Magali Hernández ha trabajado allí como vendedora desde que se fundó hace 22 años. En los últimos 5, aproximadamente, ha notado que de la clientela, un creciente porcentaje está compuesto por personas que buscan medicamentos para controlar la diabetes. Pero desde 2014, ha habido otro incremento: el de la cantidad de veces que tiene que responder a esas personas un “Disculpe, no hay”.

Tras las estanterías está un cubículo donde María Auxiliadora Jasán, administradora de la botica, que ha laborado en farmacias del sector desde hace 47 años, revisa en su computadora el inventario.

“Tenemos cero Glucofage. La droguería no nos ha surtido de ese producto desde febrero, cuando recibimos apenas 12 unidades. Hasta mediados del año pasado pedíamos cuanto necesitáramos y nos lo enviaban sin problema. Por lo general hacíamos órdenes de 72 unidades, pero a veces de 96 o hasta de 144”, relató.

De otro producto regulado para combatir el padecimiento, el Glafornil (Bs 2,82), recibieron 72 unidades en diciembre de 2013. Luego no volvieron a ver el producto hasta junio del año siguiente, pero entonces tan solo les enviaron siete unidades. Igualmente la metformina (entre Bs 2,40 y 3,10), la glibenclamida (Bs 3,82) y la ampolla de insulina Umulin (entre Bs 20,50 y 23,67), cuyos precios están también fijados por el Ejecutivo, no han figurado en las estanterías desde 2014. Es decir, ninguno de los medicamentos regulados está disponible al público.

Poco cambió desde que el Siamed comenzó a funcionar. En coincidencia con lo manifestado por Ceballos, solo se registró una persona durante los dos primeros meses del Siamed. En ese mismo período no recibió ni una unidad de los medicamentos regulados para la diabetes.

Los clientes tienen que elegir entre regresar a casa con las manos vacías o adquirir algunos de los productos no regulados, que, dependiendo de la concentración de la tableta, puede costar entre Bs 250 y Bs 1.170.

“Esta es una zona muy humilde. Casi todos los que vienen aquí no tienen lo suficiente para comprar las medicinas no reguladas. Por eso nunca hemos tenido muchas. Su rotación es muy pequeña. Y aun así hemos recibido menos de lo normal”, lamentó Jasán.

Desde la barra de atención al público, Hernández dice haber visto todo tipo de reacciones de desesperación ante la disponibilidad poca o nula de productos regulados.

“Algunos lloran y suplican, porque dicen que esta es la quinta farmacia en la que no encuentran nada. Te ofrecen pagar lo que tengan si les consigues lo que quieren, como si uno pudiera sacarlo de debajo de la tierra. Otros se molestan cuando les decimos que no tenemos, o que sí hay pero solo pueden llevar uno por persona. Nos acusan de acaparar, de esconder las cosas ¿Dónde vamos a esconder tanta medicina en un espacio tan pequeño?”, cuestionó.


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Romhy Cubas, Natalia Quiroga y Alejandro Armas son estudiantes del décimo semestre de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello. La profesora Acianela Montes de Oca supervisó este trabajo para la cátedra de Periodismo de Investigación