,

Las máquinas captahuellas no son un sistema blindado

Usuarios burlan el sistema de las captahuellas

Irregularidades en el sistema biométrico han permitido que los compradores aprendieran a burlar las máquinas captahuellas; su aplicación en las grandes cadenas no ha frenado a los bachaqueros ni ha disminuido las colas


Mónica Duarte

Ha pasado un año desde el anuncio de la instalación de máquinas captahuellas en la red de supermercados nacionales, pero los lineamientos para su uso aun no están claros. El sistema se presta a fallas y trampas mientras que las colas y los revendedores aún se consiguen en las calles.

La incorporación de máquinas captahuellas en la red pública de supermercados y en las siete principales cadenas privadas fue anunciada en el mes de agosto de 2014 por el presidente Nicolás Maduro. El objetivo: garantizar el abastecimiento seguro y derrotar a los contrabandistas y bachaqueros.

Pasaron casi siete meses para que la instalación de las máquinas se hiciera efectiva en los establecimientos públicos y seis meses más para que el sistema se formalizara en los negocios privados de distribución de alimentos.

Pdval, Mercal y Bicentenario se conectaron el 7 de marzo de 2015 a nivel nacional en una red que registra las compras de cada persona a través de la lectura de las huellas dactilares, oficialmente llamada Sistema Biométrico para la Seguridad Alimentaria.

Aún no existe ninguna normativa publicada en Gaceta Oficial

“Ellos van a tener una base de datos de los productos que estamos comercializando, entonces una vez al mes verán aquellas cédulas que tengan un consumo muy por encima de una media”, así lo explicaba el presidente de la Asociación Nacional de Supermercados y Autoservicios, Luís Rodríguez.

Pero la incorporación a la red pasó de voluntaria a ser una disposición de las autoridades, que dieron plazo hasta el 1 de septiembre de 2015 para que los supermercados y farmacias colocaran el sistema biométrico en sus establecimientos.

Sin embargo, hasta la fecha no existe ninguna providencia o normativa publicada en Gaceta Oficial para el uso de los dispositivos.

¿Cómo funcionan las captahuellas?

Para comprar en cualquiera de las sucursales que poseen el sistema el comprador debe entregar su cédula laminada original, colocar la huella en un lector digital y pagar. Sin ello las cajas registradoras, que requieren de la validación de la captahuellas, no activan el mecanismo de facturación, según explicaron los trabajadores del farmatodo La Urbina.

“El sistema de distribución y comercialización a través de la aplicación del sistema biométrico será un sistema perfecto”, aseguró el presidente Maduro en una cadena nacional de radio y televisión el 20 de agosto de 2014.

Pero los consumidores ya han experimentado diversas irregularidades con las máquinas y los procedimientos que se deben realizar. Cuatro de doce personas consultadas en un recorrido realizado por varios supermercados y farmacias de Caracas dijeron presentar problemas con la lectura de su huella.

«A mí no me agarra el pulgar izquierdo sino el índice, desde la primera vez que me registraron es así, como ya sé que pasa eso les digo a las cajeras y pongo el índice para que la máquina se active», explica José Luis en la cola de un supermercado Unicasa.

Parte del problema es el software del sistema. Se pudo conocer, de parte de gerentes de varios establecimientos, que para interconectar realmente a las máquinas con la red de abastecimiento seguro no basta instalar una captahuella. Explicaron que es necesario un nuevo régimen de caja que comparte la base de datos con todas las cadenas que adquirieron este mecanismo.

El bloqueo de compradores y el límite de consumo son posibles únicamente si esta conexión en red está activada. «Es el sistema no las máquinas captahuellas lo que realmente funciona», explica un trabajador de Farmahorro, cadena que se sumó a la red hace dos meses.

Los locales que no están conectados pero poseen capathuellas trabajan con un registro propio y no contrastan los datos de sus clientes con el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) como los demás.

Yolimar, una obrera de 38 años, asegura que los Automercados Supremo son uno de estos, por lo que cada vez que va a comprar allí debe registrase, porque su huella nunca queda guardada.

Captahuellas
Del segundo modelo de captahuellas se trajeron 20.000 dispositivos, algunos importados desde Taiwan, según investigación de armando.info

La diferencia en la aplicación del sistema también se extiende a las versiones de captahuellas. Las máquinas de los establecimientos públicos y los supermecados del Zulia (donde se realizó el plan piloto del sistema) corresponden a una primera oleada de dispositivos en la que se importaron 40.000 captahuellas.

Este modelo no posee una pantalla individual ni un teclado y funciona conectado a una computadora, no a la caja registradora, así lo dio a conocer una investigación publicada en el portal Armando.info.

En un primer momento, estas máquinas se utilizaban al entrar a la tienda únicamente si el comprador pretendía adquirir alguno de los 23 productos de la lista de artículos regulados.

Pero con el modelo también cambió la aplicación. Las nuevas captahuellas que se ven en Caracas, y el resto de ciudades del país, se usan para adquirir cualquier tipo de bienes.

“Ya aprendieron a burlar el sistema”

“El sistema es mentira, una vez compré aquí con otra cédula porque no me tocaba ese día y me dejó”. Así lo asegura la señora Carmen mientras hace una cola que se extiende en las afueras del Locatel La Candelaria. Es la décima segunda compradora en espera pero no es la única con una historia sobre las máquinas captahuella.

A diferencia de Carmen, a la mamá de Yolimar (quien se encuentra más adelante en la misma cola) no la dejaron comprar porque su huella no aparecía en el sistema. Luego de ese incidente no lo ha vuelto a intentar.

Las irregularidades van desde los procedimientos para la activación de las máquinas en las cajas hasta el bloqueo por compras excesivas en el software de facturación que acompaña el sistema.

En la caja se puede anular la parte del captahuella, se le da a la ‘x’ y se salta el procedimiento”, explica José Javier Morales trabajador de una sucursal de la cadena Excélsior Gama.

Los bloqueos han arrojado casos de usurpación de identidad

Los consumidores aseguran que los «bachaqueros» conocen las mañas de las máquinas y se aprovechan de sus conexiones con los cajeros para comprar más de lo permitido.

«Los bachaqueros le ganan a la máquina, saben en cuánto tiempo te bloquean y pasan varias veces, aprendieron a burlar el sistema», comenta una ama de casa de 44 años que espera por su hermana en el abasto Bicentenario de San Bernardino. Entre ambas completan la compra de la semana porque una sola no puede pasar todos los productos, lo que no consigue una lo intenta comprar la otra.

Hay captahuellas de varios tipos
Hay varios tipos de captahuellas, en unos lugares piden el dedo pulgar y en otros el índice

Las compras excesivas bloquean a los usuarios

La implementación de las captahuellas corresponde a una medida contra el “bachaqueo”, aseguró el superintendente de Precios, Andrés Eloy Méndez en mayo de 2015.

En el estado Zulia ya han sido bloqueados 16.810 usuarios por compras excesivas, entre ellos se encuentran unos 500 empleados de tres supermercados. Pero más del 40% han acudido a reclamar el porqué de la sanción.

Estos bloqueos también han arrojado casos de usurpación de identidad, indefinición de huella por desgaste y compras excesivas permitidas por el sistema. Las sanciones para cada caso no han sido determinadas y por ahora solo se les prohíbe la compra.

Enrique Parra, intendente de seguridad del municipio Maracaibo, admitió que existe una vulnerabilidad en el sistema que ha permitido las irregularidades. “Anteriormente los gerentes de los supermercados con una clave y con discrecionalidad podían permitir la compra sin pasar por la huella, lamentablemente esto cayó en una distorsión perversa”, explicó al diario Panorama en el mes de marzo.

Aunque en las demás ciudades no se ha registrado este tipo de bloqueos, la mitad de los consumidores consultados manifestaron haber tenido que dejar productos en la caja porque el sistema detectó que ya habían excedido la cuota de compra.

«Intenté comprar dos veces mantequilla y apareció en pantalla que no podía, me fui a un Makro de San Juan de Los Morros esa misma semana y me pasó lo mismo», comenta una compradora.

Más colas y más requisitos

escasez-colas-para-comprar

En las calles siguen apareciendo las colas y el sistema biométrico entorpece la fluidez de las compras cada vez que una persona presenta problemas con sus huellas.

Méndez expresó en varias oportunidades que este mecanismo colabora en la disminución y eliminación de las colas, así como también haría frente a la reventa de productos. Pero ninguna de las dos promesas se ha cumplido.

“He hecho colas de hasta tres horas afuera de los supermercados y ni me dejan comprar leche y pañales para mi nieta, tiene que ir mi hija o su esposo”, comenta Enilce Rodríguez, una compradora que espera afuera del Central Madeirense de Bello Campo “a ver qué sacan”.

Esta es otra de las preocupaciones en la que coincidieron los compradores entrevistados. La lista de requisitos para adquirir los productos básicos, en especial los de consumo infantil, es cada vez mayor.

Un comunicado en la vidriera del Farmatodo del Centro Comercial Sambil, en Caracas, indica que las fórmulas infantiles y pañales solo pueden adquirirse por los padres del niño siempre que presenten una partida de nacimiento original o un informe médico que demuestre el embarazo.

“Nosotros sacamos cuatro partidas de nacimiento para cuando mi hija estaba operada y no podía comprar los pañales del niño, hasta en los chinos de la avenida Baralt me la pidieron una vez”, dice una compradora de Locatel.

La venta por terminal del número de cédula tampoco ha sido eliminada. Aunque los requisitos varían en cada establecimiento al momento de comprar productos, la utilización de las máquinas captahuellas es una constante que va en aumento.


Si quieres contactar al autor de esta historia, escribe a: monicaduarte@larazon.net