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Desenlace del chavismo: Incumplimiento del legado o fracaso del mismo

El chavismo se difumina

¿Dónde estuvo o esta el carácter socialista del proyecto bolivariano?


José Rafael López Padrino

En el seno del fachochavismo comienzan a escucharse con más frecuencia voces criticas que cuestionan el malandraje milico-civilista bolivariano. Algunos dirigentes o exdirigentes del PSUV, así como organizaciones políticas disidentes del chavismo están empezando a hablar cada vez más alto y claro sobre los desaciertos del régimen.

Sin embargo, en tales criticas llaman la atención dos cosas i) ninguno de ellos, a título personal o en nombre de las organizaciones, se hacen responsables del desastre que ocurre en el país, aunque todos ellos aplaudieron y festejaron los dilates del difunto eterno y ii) todos sin excepción culpan a Maduro de la crisis actual por no haber “respetado el legado del comandante eterno” y desvinculan al teniente coronel del caos en el cual esta sumido el país.

«El socialismo institucionalizó la tortura, militarizó a la sociedad y exacerbó el odio social»

Contrariamente a lo que afirman sus detractores el iletrado de Maduro ha cumplido fielmente con el legado del difunto eterno. Ha continuado: con la entrega de nuestras riquezas energéticas al capital transnacional (empresas mixtas), conculcando la autonomía del poder popular (correa de ejecución de la política oficial), instrumentando una política antiobrera (intervención de sindicatos, negativa a la discusión de contratos colectivos), aplicando la represión en contra de la disidencia política, militarizando la justicia y a la sociedad y criminalizando la protesta popular.

Además, ha proseguido con la asfixia económica a las universidades nacionales y centros de investigación quienes están a punto de un cierre técnico, la tolerancia y complicidad frente a la corrupción administrativa, así como la transformación de la FAN en partido político armado y sostén del narcotráfico internacional.

Asimismo, le ha dado continuidad al establecimiento de las zonas económicas especiales (paraísos neoliberales), al empoderamiento del lumpen proletario como nuevo sujeto social, la militarización de la sociedad, el totalitarismo comunicacional, de culpar a la oposición (enemigo interno) y al imperio y paramilitares (enemigo externo) de sus propios errores, etc. ¿Qué mayor lealtad al difunto eterno se le puede pedir al ignorante enciclopédico de Miraflores?

No hay que olvidar que las mafias gansteriles que hoy destruyen al país son parte de su legado, engendro de maleantes que el propio teniente coronel creó y los protegió durante su estancia terrenal. Acaso ¿Cabello, Cilia, El Aissami, Vielma Mora, Padrino López, Mario Silva, Luisa Ortega, Tarek William, el pollo Carvajal, Chacón, Ramírez, Arreaza, Jaua y el propio Maduro, no surgieron bajo el “dedo elector” del comandante?.

«La construcción de una sociedad totalitaria fue siempre una propuesta estratégica de Chávez. ¿Qué tiene ello de socialista?»

Los que hoy son calificados como traidores del legado por la disidencia del fachochavismo, son los mismos que el teniente coronel les alzó el brazo y los catapultó como hijos de la revolución bolivariana años atrás. ¿Como desvincular a este grupete de sátrapas del proyecto originario del dicharachero de Sabaneta?. Ellos forman parte de su perverso legado, llevan el ADN totalitario-hamponil del difunto eterno.

Quienes se empecinan en seguir hablando del fachochavismo como una referencia antihegemónica, son los mismos que han renunciado a su pasado, a su honestidad y se han convertido en practicantes de la Estadolatría, del autoritarismo, del atropello y cómplices de la tortura, del sicariato político. Son los nuevos traficantes de esperanzas de los humildes, empantanados en las cloacas de la cultura reaccionaria militarista. Son los trepadores y renegados del siglo XXI.

Valdría la pena preguntarle a los idólatras del difunto eterno. ¿Dónde estuvo o esta el carácter socialista del proyecto bolivariano? Nada más fraudulento que el considerar como medidas de carácter socialista las estatizaciones o los programas sociales (misiones) que el teniente coronel creó y ejecutó. Y ni hablar de su política anti-obrera, lo cual fue un norte durante todo su gobierno.

Su socialismo sui géneris cuestionó a los sindicatos, promovió la eliminación de la autonomía sindical e intromisión del Estado en la vida de los sindicatos, institucionalizó la precariedad laboral (tercerización), penalizó el derecho a la huelga (Ley sobre el Estatuto de la Función Pública).

«Entiendan de una vez por todas que el proyecto facho del difunto eterno fracasó»

Además, criminalizó la protesta sindical sometiendo a cientos de trabajadores a procesos judiciales amañados, entregó nuestras riquezas gaso-petroleras al capital transnacional (empresas mixtas). Institucionalizó la tortura, militarizó a la sociedad y exacerbó el odio social. Todo ello en nombre de una bastarda revolución bolivariana que cínicamente se autocalifica de “obrerista”. Que falsificación más grotesca de las ideas del viejo Marx.

La construcción de una sociedad totalitaria, sin contradicciones y conflictos sociales, fue siempre una propuesta estratégica de Chávez y su logia militar. ¿Qué tiene ello de socialista?. La utopía del chavismo no traspasa los limites de una sociedad cuartelaria con una sola voz, pero excluyente, con una sola voluntad, pero no basada en un consenso de las mayorías, con un solo interés, pero que únicamente reflejará la del caudillo y su proyecto político. Una sociedad armónico, tutelada por la FAN, es decir una sociedad sojuzgada por la pestilente bota militar que en nombre del pueblo disfraza sus intenciones totalitarias.

El problema no radica en que Maduro haya incumplido o no el legado del comandante galáctico, sino el haber cifrado esperanzas y defendido un ideal mesiánico -ahora el legado- de un proyecto concebido por un anodino y totalitario oficial tropero. Ya basta de malabarismos ideológicos y excusas, la realidad es que el proyecto del difunto eterno no representó, ni representa una opción contraria al bloque histórico en el poder.

No es la hora de lloriqueos y de recuerdos nostálgicos, entiendan de una vez por todas que el proyecto facho del difunto eterno fracasó. Ya basta de excusas, de escamoteos ideológicos, asuman su error histórico.