,

«Fiesta Mortal», el texto de la escritora Milagros Mata Gil que desató la ira del fiscal de facto

A petición de nuestros lectores, publicamos a continuación el texto de la escritora venezolana Milagros Mata Gil que desató la ira del fiscal de facto de la dictadura venezolana.

Milagros Mata Gil

I

El asunto es que el afán de figuración social de los recién vestidos resulta tan grande como lo es su narcisismo, variante de la estupidez. Entonces, enviaron y recibieron 800 invitaciones. Contrataron 200 personas para el manejo del catering, el bar y el servicio, ujieres, vigilancia, guardaespaldas, acomodadores, decoradores. Y eso sin mencionar el personal externo relacionado con los invitados al pantagruélico evento.

II

Dicen que la planner de bodas, empresaria ultraconocida, tenía síntomas de COVID, pero no estaba dispuesta a perder un contrato de seis cifras altas en dólares.

Era acondicionar el Club Sirio en Lecherías para la fiesta celebratoria de un matrimonio doble. Por ahí circulan las fotos. Novias de impoluto blanco y amplias faldas. Muy clásico todo. Damas enjoyadas a las que casi se les huele el perfume, y, otras, de cerradas túnicas con visos dorados y burkas, a las que casi se les siente el olor.

Y todos sin tapaboca. Y todos abrazados. Nada de aislamiento social. Torres de pasapalos y dulces de la rica y exquisita variedad árabe. Comamos y bebamos, que luego moriremos. Carpe diem y todo el epicureismo de esa raza.

El fiscal de facto Tarek Saab durante la fastuosa «Coronaboda».

La fiesta fue un éxito. Y más que las novias, las estrellas fueron, dicen, Tarek Saab y su madre Alía.

III

De El Tigre fueron en caravana alegre. Musulmanes y cristianos bien avenidos. Por supuesto, nada de jamón. Nada que oliera siquiera a cerdo. Ante todo, la higiene alimentaria según el Profeta.

Una o dos semanas después, comenzó la epidemia que ha hecho colapsar las clínicas y hospitales tanto de Barcelona y Puerto La Cruz como de las poblaciones circunvecinas. 600 contagiados y sumando. Algunos muertos. Los invitados a la boda y sus familiares y después sus empleados y los familiares de los empleados. La planner, el marido y todo el personal contratado para el servicio y la familia y los amigos. Decían que el propio Fiscal estaba infectado, pero vistas sus pesquisas faranduleras, quizá no.

IV

Hubo un tiempo en que la colonia árabe era modesta. Disfrutaba de sus ganancias, eso sí. Pero sin ostentación. Sus nuevas y desmadradas riquezas, insertados en el turbio y voraginoso cauce de los negocios con este desgobierno, los han hecho resbalar hacia la superficialidad del lujo mostrable y demostrable. Hacia la obscenidad y las secretas búsquedas de placer. No olvidemos el asunto de los suicidios acordados. La decadencia. La decadencia. Y aún falta.

Pero de ésta, pagaron alguna consecuencia.

Milagros Mata Gil nació en Caracas en el año 1951, es miembro correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua, escritora, periodista y profesora de Castellano, Literatura y Latín. Es autora de la letra del himno del municipio Heres (Estado Bolívar) rebautizado ahora «Municipio Angostura del Orinoco». Ha publicado las novelas La casa en llamas (1989), Memorias de una antigua primavera (1989), Mata El Caracol (1991) y El diario íntimo de Francisca Malabar (2002). Actualmente reside en la ciudad de El Tigre, Anzoátegui.

Por el texto «Fiesta Mortal», publicado originalmente en las redes sociales, el fiscal de facto Tarek Saab, mencionado como uno de los participantes en el referido evento social bautizado como «La Coronaboda«, solicitó la aprehensión de la novelista Milagros Mata Gil y del poeta Juan Manuel Muñoz, por «instigación al odio». Ambos fueron detenidos el día 31 de marzo y liberados, con medidas cautelares, el jueves santo 1 de abril, fueron presentados a los tribunales de El Tigre, estado Anzoátegui, por «instigación al odio». Al poeta Muñoz los funcionarios del régimenlo acusan de difundir el escrito Gil en un grupo de Whatsapp denominado El Tigre Al Día.

El tribunal de la causa, el tercero de Control de El Tigre, a cargo de la jueza Carolina Mansour,  les prohibió el uso de las redes sociales, les decomisó sus teléfonos celulares y les ordenó presentación al juzgado cada treinta días por un lapso de seis meses

A las 12:40 pm del jueves santo, Mata Gil, de 70 años de edad, y Juan Manuel Muñoz, de 74 años, salieron del «Palacio de Justicia» de El Tigre.