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Sostenibilidad del Medio Ambiente está amenazada

Lo que más alarma a los ambientalistas es que las metas alcanzadas pueden estar declinando o no ser tales porque no hay manera de hacerles seguimiento


 

Andreína García

A solo seis meses de que finalice 2015 y el plazo que suscribieron los 189 países miembros de las Naciones Unidas, para conseguir los ocho propósitos de desarrollo humano fijados en el año 2000, es una incógnita si el objetivo del milenio relacionado al desarrollo sostenible del medio ambiente se cumplirá a cabalidad o no.

Las cifras oficiales que se tenían hasta 2012 parecían indicar que Venezuela iba encaminada a garantizar la sustentabilidad del medio ambiente, sin embargo la opacidad en el manejo de las cifras de los últimos años y el retroceso que experimentan algunos indicadores hacen presumir que Venezuela no tiene “toda la tarea hecha”.

De acuerdo a Venezuela Socialista en Cifras, en 2012 a excepción del mantenimiento de la proporción de la zona cubierta de bosques, que estaba por cumplirse, los demás indicadores relacionados al desarrollo sostenible, como el acceso al agua potable, la cobertura del sistema de aguas servidas, y la superficie calificada como Área Bajo Régimen de Administración Especial estaban cumplidos.

El logro de objetivos planteados por indicador hablaba en 2012 muy bien de Venezuela en el contexto internacional, pues según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para 2010 en el mundo aún no se habían logrado las metas de conservación de la biodiversidad. Además, a pesar de que había disminuido la tasa de deforestación global, ésta aún era muy alta. Asimismo continúa siendo alarmante la cantidad de especies en extinción por la pérdida de su hábitat y la pesca industrial enfrenta “enormes desafíos para garantizar su sostenibilidad”.

[quote_center]Hace cerca de seis años que el anuario forestal que publicaba los índices de deforestación no sale[/quote_center]

Los representantes regionales de la ONU destacan también que aún hay muchos desafíos para llevar agua potable a ciertas regiones, sobre todo a las áreas rurales. “Las diferencias en lo que respecta a cobertura de instalaciones sanitarias entre zonas urbanas y rurales siguen siendo abismales”, pone de relieve el balance de los indicadores que presenta el organismo supranacional en su web.

Pero el buen desempeño de Venezuela para garantizar la sustentabilidad del medio ambiente se ha quedado en las cifras para algunos especialistas. Zoila Martínez, directora de desarrollo comunitario de la ONG ambientalista Vitalis señala que pese a que las cifras son importantes, la calidad de esas cifras lo es también.

El país alcanzó la meta de cobertura de agua potable en el año 2001, al disminuir el déficit de la población no abastecida de agua potable a través de redes, al 15,2%.

A juicio de Martínez, pese a que Venezuela se garantiza desde 2009 agua potable a 95% de su población y a que se amplió 84,4% la cobertura de su saneamiento, su disponibilidad sigue siendo un tema sensible. Aún quedan muchas comunidades que carecen del vital líquido, no sólo en frecuencia y cantidad, sino en calidad.

Pese a que muchos venezolanos tienen en sus hogares una tubería que debería llevarles agua apta para el consumo humano, padecen de “severos problemas de agua” durante todo el año. De igual manera, aunque la red de saneamiento se ha expandido, solo entre 20 y 30% de las aguas servidas recolectadas son tratadas, el resto es dirigida a los cuerpos de agua sin tratamiento, según lo explica Alejandro Luy, gerente general de la Fundación Tierra Viva.

La disponibilidad del agua potable no es el único indicador de la séptima meta del milenio que genera dudas a los ambientalistas, la disminución de la tasa de deforestación también ha generado polémicas.

No ha disminuido la deforestación

Aunque los venezolanos se sienten orgullosos de tener 47,71 millones de hectáreas de bosques de gran variedad, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) asegura que la intervención de ecosistemas naturales aumentó en 84% en los últimos 20 años y que la tasa de deforestación en el país es la décima más alta del mundo: -0,61%. Es decir que se pierden cerca de 2.880 kilómetros cuadrados al año.

[quote_center]Se pierde de 0,5 a 1 hectárea de bosques cada 2,5 minutos en el país[/quote_center]

Asimismo Provea reseñó en un informe del año 2013 que la pérdida de bosques era de 140 a 98 mil hectáreas por año, aproximadamente entre 0,3% y 0,2% de la cobertura boscosa.

Las cifras oficiales muestran que en el país se había disminuido el avance de la deforestación de 288.000 hectáreas al año en la década de 1990 a 151.800 en la década pasada, y que Venezuela estabilizó, a partir del año 2000, su superficie cubierta por bosques. El indicador se mantuvo en el período 2000-2010 entre 55,6% y 54%.

Alejandro Luy desde la Fundación Tierra Viva manifiesta que algunos voceros del antiguo Ministerio del Ambiente, hoy Ministerio de Ecosocialismo y Aguas, negaron la alarmante cifra de la FAO, “pero nunca dijeron cuál era la deforestación de Venezuela, ni cuál era la metodología utilizada para medirla”.

Martínez, por su parte, destaca que se mantiene la pérdida de las zonas boscosas porque no hay vigilancia, ni guardería ambiental. Según datos que maneja, se pierde de 0,5 a 1 hectárea cada 2,5 minutos en el país. “Es muy distinta la pérdida de bosques en el sur del país, donde se concentra 47% de ellos, a los pocos bosques que quedan en Los Andes, las zonas costeras y en Los Llanos donde hay más asentamientos humanos”.

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Cuando fue creada en 1961, la reserva forestal de Caparo (Barinas) tenía 184.100 ha. Hoy ha desaparecido más de 90% de la superficie boscosa original. Se mantienen 7.000 ha en la Estación Experimental de la ULA.| Foto: El Universal

La especialista también denuncia que pese a que 65,45% del territorio nacional corresponde a zonas de protección como las Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (Abrae), éstas no se vigilan. “La reserva forestal de Caparo (Edo. Barinas) ha desaparecido pese a ser Abrae, tampoco sabemos qué ha pasado con los mangles, cuántos quedan, su salud”.

Hay diferentes problemas asociados a las Áreas Bajo Régimen de Administración Especial, explica Luy. Entre ellos, hay una necesidad de una mayor vigilancia y control y que se aplique lo establecido en las leyes. Para el ambientalista “eso no está solamente relacionado a mineros ilegales como los que hay en Canaima sino a invasores”.

Pero no solo los ciudadanos han estado al margen de lo legal. Luy señala que ha habido actitudes del gobierno al margen de la Ley, cuando se ha propuesto la construcción de hoteles en áreas protegidas o se ha fomentado la construcción de viviendas dentro de parques nacionales.

[quote_center]La reserva forestal de Caparo ha desaparecido pese a ser Abrae[/quote_center]

Las iniciativas para reforestar, como la Misión Árbol, han sido aplaudidas y reconocidas por muchos ambientalistas en el país. Sin embargo, de acuerdo a la Memoria y Cuenta del Ministerio de Ambiente del año 2014, en nueve años que lleva la misión apenas se reporta una meta alcanzada de 37%.

Hacen falta más esfuerzos para mantener la biodiversidad

Venezuela está entre los 10 países con mayor biodiversidad del mundo, pero de acuerdo a El Libro Rojo (2008) existen 168 especies de fauna y 179 de flora amenazadas por la pérdida de su hábitat.

“La alteración de los ecosistemas y la caería ilegal con fines de uso de mascota o con fines comerciales o con fines de alimentación es una presión que está sobre nuestra diversidad”, destaca Alejandro Luy. El biólogo egresado de la Universidad Central de Venezuela manifiesta que hay estudios, como el del profesor Antonio Machado Allison, que indican que toda la cuenca del río Orinoco “está altamente contaminada” y se está afectado a poblaciones de peces.

Esmeralda Mujica, Presidenta de la Asociación Venezolana de Zoológicos y Acuarios, destaca en un comunicado de prensa de Vitalis que hace falta fortalecer los programas de reproducción ex situ de especies amenazadas de extinción a través de los zoológicos y acuarios, así como promover el desarrollo de programas para combatir el comercio y tenencia ilegal de animales silvestres, tan común en muchas regiones del país.

No pueden hacer seguimiento

Pero lo que más alarma a los especialistas es que las metas alcanzadas pueden estar declinando o no ser tales porque no hay manera de hacerles seguimiento. Zoila Martínez destaca que hace cerca de seis años que el anuario forestal que publicaba los índices de deforestación no sale. “Hemos sufrido lo mismo que los economistas”, dice.

Actualmente, ante la poca transparencia con la que se manejan los datos, los expertos se han visto obligados a reconstruir el panorama venezolano con fragmentos de información, porque además los datos que se recogen ya no están disponibles al público. “Buscamos diferentes personas en diferentes lugares del país y vamos tratando de armar el mapa con esa información dispersa. No tenemos una data cierta de lo que hemos perdido, es por ello que se debe involucrar a las comunidades”, agrega.

A juicio de Alejandro Luy la falta de información impide conocer cómo vamos. “Una de las primeras cosas que tenemos en el país es que hay una falta de data dura, sólida, amparada por una metodología clara que permita, con ciertos indicadores, poder saber en qué situación estamos”.


Si quiere contactar al autor de esta historia escriba a andreina@larazon.net